Carlos Sainz comienza su temporada clave entre luces y sombras

El podio de Fernando Alonso ha sido la gran noticia de la primera carrera del año en el Mundial de Fórmula 1. El paso adelante de Aston Martin permitirá a la afición española vivir una temporada en la que dos pilotos nacionales lucharán cara a cara por las posiciones de cabeza. En Baréin ya se pudo ver un bonito duelo en el que se impuso el asturiano.

Carlos Sainz terminó el primer asalto en cuarta posición, por detrás de los inalcanzables Red Bull y Alonso. El madrileño se presenta ante este 2023 con el objetivo de consolidarse en Ferrari, plantar cara a su compañero de equipo y conseguir ser considerado como un candidato realista al título. En el Gran Premio de Baréin hubo cal y arena.

La cruda realidad de Ferrari

Los test de pretemporada habían dejado alguna pista del rendimiento del monoplaza de Maranello y la primera carrera del año lo ha confirmado: el Ferrari no está a día de hoy a la altura de los Red Bull y su alta degradación pone en riesgo su segunda posición. Tanto Charles Leclerc como Carlos Sainz terminaron la clasificación por detrás de Verstappen y Pérez, tercero y cuarto por delante de Aston Martin y, sobre todo, de los Mercedes. Pero el domingo las cosas no fueron tan fáciles.

Lecrec no pudo aguantar el ritmo de salida de los Red Bull y mucho menos Sainz, que fue perdiendo comba según avanzaban las vueltas. El piloto español miró más los retrovisores que a la cabeza de carrera. Al final, el madrileño se vio superado por el asturiano, perdiendo el podio, pero consiguió aguantar los ataques de Hamilton, imponiéndose a los dos Mercedes. Cara y cruz.

Un golpe de suerte

La jerarquía es un tanto difusa en la escudería del cavallino rampante. Ferrari prefiere no otorgar galones absolutos a Charles Leclerc, pero tampoco oculta que está un escalón por encima de Carlos Sainz. Prefieren que sea el circuito el que sitúe a cada uno en su sitio. Una oportunidad de oro para el español de ser considerado un contendiente al título de Fórmula 1.

En Baréin, el monegasco se impuso al madrileño en la clasificación y también fue mejor durante buena parte de la carrera. Sainz no pudo aguantar el ritmo de su compañero de equipo, pero la desgracia de uno fue suerte para el otro. En la vuelta 41 del gran premio el coche de Leclerc se paraba, un fallo de fiabilidad a las primeras de cambio que suponen un primer cero y un podio que se esfumó. Por el contrario, la cuarta posición del español, aunque insuficiente en términos generales, le permiten comenzar el año con una ventaja de 12 puntos respecto a su compañero de equipo. Una diferencia que puede ser importante si la temporada avanza tan ajustada e igualada como se presupone.