Alerta roja en Maranello: los Ferrari no aguantan el ritmo en la temporada más igualada
Carlos Sainz y Charles Leclerc terminaron por detrás de sus grandes rivales en Arabia Saudí y acumulan problemas mecánicos
La temporada no ha empezado nada bien en Ferrari. A los problemas en Baréin se suma la falta de ritmo en Arabia Saudí y pone a la escudería en el foco de todas las miradas. Sin podios después de dos carreras, todo parece muy diferente al inicio de 2022, cuando Charles Leclerc golpeó primero en su lucha contra Max Verstappen.
En Maranello se acumulan los asuntos pendientes por resolver y los pilotos ya han reaccionado con quejas ante las insinuaciones de «crisis» por parte de la prensa. Como una pescadilla que se muerde la cola, varios fantasmas acechan al cavallino rapante este 2023.
Falta de fiabilidad y sanciones
El primer y más grave problema que ha mostrado el Ferrari en este inicio de temporada es el mecánico. Charles Leclerc abandonó cuando rodaba tercero en Baréin por un fallo en la centralita electrónica. Ese mismo elemento había funcionado mal por la mañana y obligó al equipo a sustituirlo dos veces. A partir de ese punto, cada vez que lo hagan sufrirán una penalización de diez posiciones en la parrilla de salida. Ya ocurrió en Arabia Saudí y lastrará al monegasco durante todo el año.
En una temporada tan abierta como esta de nada sirve lograr el segundo mejor tiempo en calificación si terminas saliendo en duodécima posición. Tras el 0 en Baréin, Leclerc solo consiguió remontar hasta la séptima posición final en Yeda. La brecha con sus rivales directos se acentúa tras solo dos carreras.
Pero no solo ha habido problemas con la centralita. El segundo fin de semana del año fue muy movido en el garaje de Ferrari. Los mecánicos se tuvieron que emplear a fondo para cambiar otras piezas fundamentales. Sainz y Leclerc han tenido que utilizar ya su segundo motor de combustión interna. Los equipos cuentan con tres para toda la temporada y después también penalizan por la sustitución. Por delante, 21 carreras para mimar las «tripas» del monoplaza rojo y evitar sanciones.
Sin ritmo en carrera
Las dudas mecánicas han provocado que los Ferrari pasen buena parte del fin de semana ajustando los mapas de sus motores. Solo en la clasificación del sábado demuestran todo su potencial y en el paddock se habla del «puntito más» que pueden desarrollar en carrera. Sin embargo, eso no fue así en Arabia Saudí.
En Baréin fue la degradación la que tumbó las esperanzas de Carlos Sainz de lograr un primer podio, en Yeda el ritmo de carrera de los Ferrari no les permitió en ningún momento sumarse al vagón delantero y luchar contra Aston Martin y Mercedes. Finalmente Sainz terminó sexto (cuatro segundos por detrás de Hamilton y a 15 de Alonso), y Leclerc séptimo a ocho segundos de su compañero de equipo y tras una corta remontada desde la duodécima posición en la que salió.
El paso adelante de los pilotos
Buena parte de las esperanzas de Ferrari están puestas en su joven pareja de pilotos. Aunque el foco está sobre Leclerc, en Maranello no quieren establecer una férrea jerarquía en su garaje y prefieren que sea la carrera la que ponga a cada uno en su sitio. El mal inicio del monegasco otorga a Sainz la posibilidad de tomar ventaja y convertirse de facto en el primer piloto de la escudería.
Sin embargo, al madrileño le falta dar un golpe definitivo en la mesa en forma de poles y victorias. Del mismo modo, el subcampeonato de Leclerc en 2022 parece un listón demasiado alto para superarlo en el corto plazo. Más aún si el dominio de Red Bull sigue inalterable y se suman a la lucha pilotos de la talla de Fernando Alonso.