Así maniobró el primer ministro de Bélgica para salvar el Gran Premio de F1

Verstappen, Hamilton, Alonso, Sainz y compañía pelearán un año más este fin de semana en el circuito de Spa-Francorchamps. Un mítico trazado de la Fórmula 1 que tiene historia en cada una de sus curvas y que este año se podría haber quedado fuera del calendario si no llega a ser por el primer ministro belga Alexander de Croo.

Pisar el acelerador hasta el fondo en Eau Rouge es digno solo de campeones. Schumacher lo hacía y ganó seis veces en Spa; Senna también y lo conquistó cinco veces, porque sabía frenar a tiempo. En política también hay que saber combinar acelerador y freno, algo que ha aprendido De Croo con el tiempo y que le ha valido para que el GP de Bélgica se celebre un año más.

Desde 1970 solo ha habido dos ediciones del Mundial de Fórmula 1 que no hayan pasado por Bélgica. La última fue en 2006 y desde entonces no ha parado, pero De Croo temía que los nuevos dueños del show dejaran de lado Spa para meter en el calendario otra carrera en Estados Unidos. Con sus sospechas, empezó a ejercer su trabajo de lobby.

A lo largo de 2022, el primer ministro habló en dos ocasiones con Stefano Domenicali, CEO de la Fórmula 1, para defender personalmente la celebración del GP de Bélgica, amparándose en la gran historia que tiene esa carrera para la competición y en que es un punto clave para el desarrollo de la región de Valonia.

Como no había respuesta –ni positiva ni negativa–, De Croo le envió en mayo a Domenicalli una carta que vio la luz gracias a Politico. En ella se intuía la destreza del primer ministro belga a la hora de hacer lobby. Hablaba de la importancia para el campeonato de que hubiera carreras en Europa en detrimento de Oriente Medio o América y la «gran apuesta» que harían tanto su gobierno como los futuros por mantener el Gran Premio en su territorio.

Ese verano, Domenicalli y De Croo se encontraron en Bruselas. El motivo de la reunión no era otro que hablar sobre la carrera en Spa, un circuito que estaba perdiendo interés para el calendario y que el primer ministro quería mantener de la forma que fuera. Debatieron durante horas cómo hacer más atractivo ese fin de semana y acordaron en seguir la línea del festival de Tomorrowland que tanto éxito estaba teniendo en Bélgica. Así, a las pocas semanas se anunciaba la la renovación del Gran Premio un año más, hasta 2024.

Bélgica es el camino que deben seguir otros países que ya no están en el calendario de la Fórmula 1. Cuando se anunció la cancelación del GP de Francia, por ejemplo, Domenicalli se quejó por falta de «interlocutores» que había tenido en las negociaciones e hizo un llamamiento al propio presidente de la República. «Cuando Macron quiera hablar, allí estaré», indicó el italiano en una entrevista. Si quiere recuperarlo, el mandatario galo quizás tenga que seguir la senda de De Croo. Gracias a él, se volverá a escuchar el rugido de los motores en Spa un año más.