Con un Barça hundido, Laporta celebra el ser líder por una noche
La victoria en el descuento ante el Valencia provocó otra imagen para el recuerdo de Joan Laporta
¿Se imaginan a Florentino Pérez y sus hombres de confianza haciéndose una foto en el estadio rival para presumir de victoria? No ha ocurrido ni cuando los blancos han ganado títulos, así que es más difícil de imaginar todavía que ocurra tras un partido de liga.
Lo más parecido en el club blanco a eso fue cuando Ramón Calderón dio una vuelta de honor triunfalista en La Romareda, tras un empate a dos in extremis que ponía en bandeja la Liga de 2006 en bandeja a los merengues. Una forofada que a punto estuvo de costarle caro al conjunto blanco, ya que ganó al RCD Mallorca in extremis y pudo alzarse con el título de Liga.
Pero antes de llegar Calderón al sillón presidencial blanco , en el Barça ya contaban con un extravagante Laporta que se hizo conocido por su forma de celebrar los títulos culés: Desde el conocido «tritranquilo» a su imagen en la discoteca Luz de Gas.
Ese Joan Laporta se mostraba exultante con los títulos, sin embargo, éste de la segunda etapa parece conformarse con celebrar, de momento, cosas menores.
Este pasado fin de semana, en Mestalla, tras ganar en el 93 al Valencia, gracias a un gol de Lewandowski, Laporta no dudó en bajar al césped y fotografiarse con varios miembros de la junta directiva para festejar que esa noche el Barça dormiría líder. Un liderato que duró, exactamente, 19 horas, lo que tardó el conjunto blanco en sumar un punto ante el Girona y sobrepasar a los culés en la clasificación.
Un presidente que adora hacerse notar
Desde su vuelta a la presidencia del Barça, Laporta no ha parado de dar que hablar. Dio el pistoletazo de salida a su candidatura con una pancarta en frente del Bernabéu en la que se podía decir «Ganas de volver a veros». Al final de temporada, el club blanco acabó ganando la Liga y la Champions. Una experiencia, la de la pancarta con su rostro, que le gustó tanto que acabó repitiendo en Las Vegas coincidiendo con la gira americana del Barça este verano.
El abrazo de la ruptura
Laporta basó su candidatura en prometer que él era el único capaz de renovar a Messi. Tal es así, que hizo un video durante la campaña donde se veía abrazado a un maniquí con la camiseta del astro argentino, algo que le granjeó la victoria. Ya con la presidencia alcanzada, se dio un baño de realidad y vio cómo los números de la renovación no salieron. Pasó de ser el presidente que podía convencer a Leo, al presidente que le dejó marchar.
Celebración de la Europa League
Tras el consumado fracaso de la eliminación de Champions del pasado año, algo que no ocurría desde hacía dos décadas, el Barça pasó a jugar la Europa League. En dieciseisavos, se midió al Nápoles y tras conseguir pasar de ronda, se vio al Laporta más eufórico.
El presidente azulgrana dio rienda suelta a su alegría botando y cantando junto a un grupo de miembros de la expedición azulgrana que se había desplazado a Italia para presenciar el partido.
El rey de las presentaciones
Laporta se convirtió en cada presentación de fichaje en el verdadero protagonista. Ni los pies descalzos de Alves en su presentación hicieron sombra al máximo dirigente. Para el recuerdo quedará la presentación de Laporta junto a Xavi cantando ante el público congregado.
El terror de los árbitros
Esta temporada, Laporta volvió al Bernabéu y su equipo se llevó una dolorosa derrota ante el eterno rival. Algo que gustó tan poco a Laporta que no dudó en bajar al vestuario de los árbitros y exigir explicaciones de lo sucedido. Una violenta actitud que le conllevó una sanción de 150 euros.
Así es el actual Barça, un club que ha bajado su nivel de exigencia hasta tal punto que la afición aplaudió a los jugadores tras poner rumbo, por segunda temporada consecutiva, a la Europa League. Un club que celebra los lideratos nocturnos con fecha de caducidad.