El misterio del Barça: negociar por Messi mientras pide créditos

Con una situación delicada en lo que se refiere a lo económico, necesitado de palancas hace unos meses para fichar entre otros asuntos, el Barcelona que más roza la ruina se ha lanzado al regreso de Leo Messi. El argentino, muy criticado (y hasta pitado) en el PSG, lleva dos años fuera del Camp Nou y acaba contrato con el club francés este verano.

Hace unos días Rafa Yuste soltó en una rueda de prensa sobre el estado del club la frase que más ilusiona al barcelonismo. «Estamos en contacto con el entorno de Messi», dijo. Yuste no es una persona cualquiera que pasa por el Barcelona como si no fuera nadie. Es el vicepresidente deportivo, la mano derecha de Laporta, el hombre que actualmente todo lo sabe en el club. Y en una especie de retransmisión en directo de cada fichaje –algo habitual ya en el Barça– Yuste quiso animar la idea de que Messi puede volver.

Y la afición picó en el anzuelo. En el clásico de Copa del pasado miércoles en el minuto 10 corearon el nombre de Messi en una acción que no se había dado antes. Casualmente es ahora justo cuando la directiva del Barça lanza esa idea. Y quien inició esos cánticos fue la grada de animación que controla Laporta.

A día de hoy es una ilusión. Y el aficionado culé con eso se alimenta. El regreso es una quimera. Tendría que tener un 25 % del sueldo que tenía antes en el Barça y ni con esas podría el Barça incorporarle al no cumplir el estricto límite salarial de LaLiga. Si el año pasado ya tuvo que vender patrimonio del club para poder inscribir a jugadores como Koundé o Christensen con Messi tendrían el doble de dificultad.

Para tapar el caso Negreira

En el Barcelona de Laporta el futbolista argentino es la baza con la que esconder otros problemas. En el momento de más dificultades del club, con el caso Negreira en su apogeo y el escándalo llegando hasta a UEFA y FIFA, los máximos responsables de la entidad salieron a hablar de Messi. Ganaron tiempo. Durante unas horas (y días) tuvieron a los culés relamiéndose sobre un posible regreso del mejor futbolista de su historia, ese que se fue nada más llegar Laporta y cuyo entorno más cercano critica de forma muy dura al presidente catalán.

Más allá del intento de desviar la atención y cambiar la actualidad azulgrana de nombre –de Negreira a Messi– hablar ahora del regreso del argentino supone todo un misterio a nivel económico. Leo es uno de los futbolistas que más cobran en todo el mundo y aunque acabe contrato con el PSG tiene ofertas muy suculentas.

Arabia Saudí por ejemplo le ofrece un cheque en blanco para poder reeditar allí los duelos contra Cristiano. Aún rechazado eso, Messi solo podría volver al Barça prácticamente jugando gratis (algo que está prohibido) y sin ningún alarde económico.

Créditos para pagar nóminas

Se da la circunstancia de que justo cuando Rafa Yuste estaba hablando del deseo de contar en un futuro (este verano) con Leo Messi la Junta Directiva del Barça, de la que él es número dos, pedía créditos para poder pagar nóminas. El club dice por un lado que Messi puede volver y por otro tiene problemas básicos del día a día. El Barça acaba de aprobar la renovación de dos pólizas de crédito que tiene con Caixabank y el Banco Santander.

El mismo Barcelona habla de que este dinero (una de cantidad máxima de 17 millones de euros y otra de 32,5) va para «la realización de sus operaciones ordinarias». Eso tiene un significado práctico: es para el pago de las nóminas de los empleados o los gastos habituales como luz o agua.

En todos estos problemas económicos se une uno que pone en jaque las cuentas culés: el abandono durante al menos un año al Camp Nou, que estará en obras. El Barça jugará en el Olímpico de Montjuic. Y eso dejará unas pérdidas de al menos 100 millones de euros. El Financial Times destapó además un agujero de 1.500 millones por la reforma del Camp Nou ya que las condiciones de financiación ofrecidas al equipo azulgrana no resultan asumibles para un equipo con una situación económica tan delicada.

Así, que el Barça tiene unos problemas graves es evidente. Ellos mismos lo demostraron al tener que vender parte del patrimonio del club para fichar y/o inscribir a futbolistas con menos sueldo y cartel que Messi. Y aun así, con esta situación tan delicada, Laporta y sus hombres lanzan la idea del regreso del argentino. Ese quieran que sea el nombre del futuro, cuando la realidad va por otro lado: el nombre del presente y futuro del Barça es José María, con Enríquez de apellido.