El Atlético se toma la revancha y elimina de la Copa al Real Madrid en otro derbi que se decide en la prórroga

La moneda ha caído del lado atlético esta vez. O mejor dicho, la tiró con acierto Antoine Griezmann. El Atlético de Madrid se ha llevado el tercer derbi madrileño de la temporada, el segundo consecutivo, y lo ha hecho en la prórroga, como se decidió el anterior de Supercopa con distinto destino.

Triunfo del Atlético al Real Madrid (4-2) en octavos de Copa en otro derbi igualado, disputado, más contenido que el de hace una semana, pero con el mismo grado de emociones y vibraciones. Se lo lleva el Atlético, que avanza a cuartos de Copa. Deja en el camino al Madrid, que pierde la primera competición del año.

El derbi pudo caer de cualquier lado. Lo resolvió Griezmann en la prórroga. Ya a última hora, sin tiempo para más, Riquelme puso el cuarto. Atlético y Madrid son los mejores equipos de España (con permiso del Girona, no con el del Barcelona, lejos de este nivel) y se deberían repartir entre ellos, compitiendo en el campo, los títulos nacionales esta temporada. La Supercopa fue para el Madrid, la Copa para el Atlético, al que todavía le quedan dos rondas para llegar a la final.

Empezó el Madrid dominando en un derbi caliente, sí, pero como vienen a ser todos los derbis. El fútbol tiene ese componente de protesta, de silbidos, de presión ambiental. No se lo quiten. Lo que sí hay que quitar y que nos sigue mostrando como una sociedad podrida es la de que se utilice el mismo insulto de siempre, «eres un mono», para atacar a un jugador de raza negra. Claro que cuando se dice «eres un mono» estás atacando a una persona por su raza por más que digan que a Rüdiger o Camavinga no se lo dicen. Eso se escuchó en los aledaños de un Metropolitano que algún día será un estadio limpio, sin radicales, con la rivalidad que marca el fútbol pero sin nada más. Ojalá lo veamos todos.

Derbi (otra vez) de goles

Decíamos. Empezó mejor el Madrid, tuvo acercamientos, Oblak salvó un disparo de Rodrygo y el rechace de Vinicius y el larguero evitó el primer gol del Madrid en una jugada maravillosa de Bellingham. El Atlético estaba rezagado hasta que dio el zarpazo.

Llegó el gol en un centro de De Paul al segundo palo que cabeceó mal Rüdiger para atrás, algo que habilitó a Samuel Lino, que libre de marca en el segundo palo remató en plancha. Se vino arriba el Metropolitano, que rugía de una forma verdaderamente notable. Hasta que le vino el empate sin esperarlo.

Justo en el momento en el que más la tomó el Metropolitano con Vinicius (aquí no lo podemos censurar, fueron las cosas de la rivalidad), el brasileño fue clave para el empate. En un centro de Modric Oblak 'cantó', salió fatal al centro y se tragó el balón. Vinicius fue clave porque le molestó lo justo para que eso ocurriera. Y tras ello, el descanso.

La segunda mitad empezó otra vez con un dominio del Madrid con el balón, pero sin ocasiones. Y otra vez con el Atlético agazapado, esperando la suya. Esa llegó en el minuto 57 en una jugada de lo más inocente. Centro al área cómodo para defender, pero Lunin no se entendió con Rüdiger. Ni Rüdiger con Lunin. Los dos fueron a por el balón, el portero lo tocó primero, golpeó en el pie del alemán y el rechace le dejó a Morata solo a un metro de la portería y sin nadie que la cubriera. Empujó el balón y 2-1. Los fallos propios volvían a condenar al Madrid.

Le costó reaccionar al equipo de Ancelotti, al que no se le notó cansado, pero sí falto de ideas. Hubo muchos fallos tontos en pases y lecturas de desmarques. Faltaba alguien que hiciera algo diferente, que cogiera los galones en una situación difícil. Rodrygo lo hizo en una jugada individual en la que acabó estrellándose con el palo, segunda vez que lo hacía el Madrid en este derbi.

Morata pudo sentenciar en el 81' en una contra, Lunin le atajó bien el cara a cara, pero el fútbol es como es y a la siguiente jugada la contra fue del Madrid, Bellingham centró para que Joselu, que llevaba dos minutos en el campo, metiera de cabeza. Con suspense, porque había que mirar en el VAR si era fuera de juego, el empate llegó al derbi. Beso al escudo del gallego, toda una garantía en este tipo de situaciones.

Prórroga

Empate y otra vez, como en la Supercopa, a la prórroga. Y ahí ya se notó el cansancio. Hubo muchas imprecisiones, muchas. También hubo una tarjeta roja perdonada a De Paul (segunda amarilla) por un duro y voluntario pisotón a Carvajal. Esto solo se podía decantar por pequeños detalles o por individualidades de calidad. Ninguno dominaba, pero en el minuto 100 Griezmann cogió un balón casi perdido, se fue internando en el área por un lado donde no había hueco y sorprendió a todos con un golazo. Era el 3-2 y al Madrid le quedaban 20 minutos para salvar la eliminación.

Lo peleó el equipo blanco, que llegó a marcar el gol en otro error garrafal de Oblak, que en una parada se le quedó el balón al lado. La de Arconada pero en vez de ir el balón para atrás (es decir, para la portería) fue a un lado. Llegó Ceballos, marcó, pero estaba en fuera de juego. Gol anulado. Ya al final, cuando la prórroga terminaba, marcó Rodrigo Riquelme en una contra para no dar ni emoción al tiempo de descuento.

4-2 y el Atlético se toma la revancha de la Supercopa, pasa a cuartos, elimina al Madrid y toma impulso en un enero que se le estaba poniendo dramático. Ahora tendrá que superar dos rondas más para llegar a la final. La Copa, por ahora, no la ha ganado.