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El capitán de la selección española, Álvaro Morata, levanta el trofeo como campeones de la Eurocopa

El capitán de la selección española, Álvaro Morata, levanta el trofeo como campeones de la EurocopaEFE

Los clubes desean jugar todos los partidos de las selecciones concentrados en dos meses

Esto no puede seguir así. Todos los equipos lo dicen, pero no hay una unión real para ponerse duros ante la FIFA y cambiar la estructura del calendario internacional. Llegan los períodos de selecciones y todos los clubes europeos con jugadores internacionales cruzan los dedos y se encomiendan a Santa Rita, lo que se da no se quita, para que no haya lesiones. Es en lo único que piensan los entrenadores cuando sus colegas, los seleccionadores, se llevan a sus futbolistas a disputar dos partidos allende los mares, allende las tierras, y con unos cambios de entrenamiento que les destrozan tanto como los viajes de muchas horas.

No hay una unión real para defender sus derechos porque la Asociación de Clubes Europeos (ECA), que debería liderar todos los intereses de las entidades privadas del fútbol, no ha movido un dedo en este sentido.

La ECA no hace nada

Nasser Al-Khelaïfi preside la ECA, que depende de la UEFA, que no es independiente, y lo único que ha hecho el presidente del París Saint-Germain es unirse a Ceferin para evitar la Superliga que defienden Florentino Pérez y Joan Laporta. No han hecho nada más.

Nasser al-Khelaifi, presidente del PSG

Nasser al-Khelaifi es el presidente del PSG y de la ECAAFP

Con los clubes más importantes enfrentados por el asunto de la Superliga, la desunión de los transatlánticos del balompié continental permite la continuidad de un calendario que es simplemente desastroso.

Los parones constantes rompen al futbolista

Hay una verdad que todo el mundo del balón reconoce: los parones constantes de los campeonatos ligueros para jugar con las selecciones en tres o cuatro periodos por temporada rompen a los futbolistas porque les cambia totalmente los entrenamientos y les inyecta un sinfín de viajes que se suman a los que ya realizan con su club.

El resultado de este desastre de calendario lo llamamos 'Virus FIFA', una denominación que tristemente se escucha periódicamente ante las continuas lesiones de los profesionales con sus selecciones. Eder Militao es el último nombre importante que ha caído con el virus. Quedan otros cinco días de partidos de equipos nacionales y la lista de bajas desgraciadamente crecerá.

La FIFA debe actuar

La FIFA conoce bien el caso y se puso a analizar la situación hace tiempo ante las quejas individuales de los clubes. Encargó a Arsène Wenger, técnico mítico del Arsenal, que presentará un proyecto para variar el calendario.

El entrenador habló con los equipos de un asunto que él conocía bien. Y el proyecto que Wenger presentó a Gianni Infantino era claro. Hizo dos propuestas de calendario. La primera era concentrar todos los encuentros de las selecciones en los dos últimos meses de la campaña, es decir, en mayo y junio.

La segunda opción, atendiendo a las peticiones de los seleccionadores, era conceder un único periodo de selecciones intercalado en la temporada, en noviembre o en febrero, y concentrar el resto de partidos a final de curso.

Proyecto, teoría, pero no se ha hecho nada

El trabajo de Arsène Wenger era bueno porque recogía todas las inquietudes y denunciaba la inconveniencia del calendario actual. Infantino lo sabe. Pero a la hora de la verdad la FIFA no ha hecho nada. Lo que sí ha hecho es organizar un nuevo Mundial de Clubes de 32 equipos que se juega totalmente concentrado en los meses de junio y julio. Eso es lo que también piden los equipos respecto a las selecciones: todo al final de la campaña.

No se cumple la legalidad de los tres días de descanso para el jugador

Hay un dato que expresa la ilógica de este calendario internacional. La normativa dice que el profesional debe de tener tres días de asueto desde el último encuentro con su selección hasta el retorno a su Liga. La regla verdaderamente no se cumple. Todos los futbolistas que compiten con las selecciones americanas tienen partidos los martes y los miércoles previos al regreso de la competición con sus equipos. Acaban de jugar los miércoles y viajan el jueves a Europa en un vuelo de doce horas, de tal manera que si su club tiene competición el sábado solo cuentan con dos días de descanso. Hemos visto habitualmente como Ancelotti y otros entrenadores no utilizan a varios de sus pupilos suramericanos en esa primera jornada liguera de retorno a la normalidad. No lo hacen porque los profesionales no se recuperan. El calendario es realmente ilegal.

Esto solo lo puede solucionar la unión de los clubes europeos. Pero esa unión no existe. Y las víctimas son ellos mismos.

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