2024, el año en el que la selección española recuperó la grandeza y volvió a reinar en Europa
El combinado nacional ganó los siete partidos que disputó, lo hizo ante rivales de postín, se fue de Alemania con un fútbol asombroso que deleitó al Viejo Continente y recuperó el espíritu del 2010
Una selección española para la historia: los números que la colocan como una generación única
El año 2024 trajo grandes noticias para el deporte español. Pero, sin duda alguna, la mejor llegó el 14 de julio, día en el que la selección española recuperó la gloria europea ganando la cuarta Eurocopa de su historia. Fue un torneo para el recuerdo. Un nuevo hito de una selección que tras ganar la Liga de Naciones en 2023, volvió a reinar en Europa con una conquista para la historia en Alemania.
La selección ganó los siete partidos que disputó y lo hizo ante rivales de postín. Luis de la Fuente dotó al equipo de una nueva entidad y logró recuperar el espíritu del 2010, cuando Iker Casillas alzó al cielo del Soccer City de Johannesburgo el primer Mundial de la historia de España. La selección volvió a unir a un país que estaba necesitado de éxitos y los aficionados llenaron las calles de todos los puntos del país, algo que llevaba sin hacerse desde hace más de una década. La Eurocopa de 2012 había quedado demasiado lejos y había ganas de volver a celebrar un nuevo éxito.
España se fue de Alemania con un fútbol asombroso que deleitó al Viejo Continente. Y Luis de la Fuente cedió, al igual que hizo Vicente del Bosque, todo el protagonismo a sus jugadores. Unai Simón, Dani Carvajal, Laporte, Rodri, Fabián, Dani Olmo, Álvaro Morata, Nico Williams y Lamine Yamal fueron los Iker Casillas, Sergio Ramos, Xavi, Iniesta, Xabi Alonso, David Villa y Fernando Torres del 2010.
El éxito deportivo sirvió para dejar en un segundo plano lo institucional. En este 2024, España jugó un total de 17 encuentros y consiguió un 82 % de triunfos. Sólo cedió dos empates (ante Serbia en Belgrado y en un amistoso frente a Brasil en el Bernabéu) y una derrota (Colombia en el mes de marzo). Los 14 partidos restantes fueron victorias.
De la Fuente le abrió las puertas al talento joven, no tuvo problemas a la hora de dejar fuera a las 'vacas sagradas' y premió a todos aquellos que derribaron la élite con descaro y calidad. Y el riojano logró asentar un equipo con el que, de nuevo, se identificó el aficionado como hace años que no conseguía con un aspecto clave, como fue dotar a la plantilla de una identidad definida.
Nadie había incluido a España entre las favoritas antes del inicio del torneo. A la selección le faltaba un gran referente. Ese era el principal argumento en su contra. Rodri, a la postre ganador del Balón de Oro, y Carvajal eran los únicos futbolistas destacados. El bloque infundía respeto, pero nunca fue tratada como a esas selecciones a las que fue derrotando por el camino.
La cuarta Eurocopa de España dejó imágenes para el recuerdo. El ambiente del vestuario fue clave y se generó una mezcla perfecta entre veteranos y jóvenes. Futbolistas como Jesús Navas sirvieron de fuente de inspiración para noveles como Lamine Yamal, Nico Williams o Fermín López. Esa fue la clave del éxito: la buena sintonía que había en el vestuario. Fueron todos a una y lo tuvieron claro desde el primer día. Esa era la única forma de ganar.
A lo largo de todo el torneo hubo momentos definitorios, como por ejemplo, la exhibición de Nico Williams para hacer pequeña a Italia en Gelsenkirchen; el compromiso de Jesús Navas; la autoridad del capitán Rodri; el vuelo de Mikel Merino para romper barreras, lograr gestas que nunca se habían firmado en la historia de la selección y darle a España el pase a las semifinales tras vencer a Alemania en el tiempo extra; el gol ante Francia que ascendió a Lamine Yamal a otra categoría; y el tanto de la victoria de Mikel Oyarzabal, que fue la imagen del éxito.
España se convirtió en el primer país de la historia en conquistar cuatro Eurocopas y Álvaro Morata recogió el testigo de Iker Casillas levantando al cielo de Berlín este prestigioso trofeo. El delantero madrileño se resarció y dejó atrás unos meses en los que transitó por el infierno, en los que superó una depresión y desafió los límites que le puso su cabeza para querer abandonar la selección española.
En definitiva, el capitán perfecto para todos se quitó la tensión de encima con el éxito que marcó un año glorioso para España. Lo cerró clasificándose con autoridad para los cruces de una Liga de Naciones en la que defiende corona en 2025, con una generación que ya alimenta el sueño de volver a ser campeona del mundo tras reinar en Europa.