El Barça se da un festín en Barbastro y olvida por unas horas el caso Olmo

Solucionó bien el Barcelona un partido que daba mucho miedo al aficionado azulgrana. Tras los batacazos acumulados en Liga y la semana horrible vivida por la no inscripción de Dani Olmo y Pau Víctor, el equipo culé llegaba a Barbastro con la obligación de ganar para no hacer aún más grande la crisis. Cumplió sin sufrimientos y ganó por 0-4 con doblete de Lewandowski, para que vean que Flick no guardó ningún arma en los dieciseisavos de la Copa del Rey.

La Liga se le ha puesto complicada al Barcelona y necesitan ganar un título este curso como sea. Saben que otro año más en blanco no se lo pueden permitir y la Copa del Rey es el camino más corto para conseguirlo. Ya están en octavos, tras superar un partido que fue un trámite. Ni rastro del Barbastro que el año pasado forzó la prórroga, esta vez fue un equipo muy blando.

Dominó el Barcelona el coque de principio a fin y en ningún momento se vio a Szczęsny, que debutó con el Barcelona. Entró con gran intensidad y sin que se notara el malestar de la plantilla por lo ocurrido con Dani Olmo y Pau Víctor y a pesar de que los aragoneses iniciaron el duelo de manera intensa, en nada empezaron a llegar las ocasiones azulgranas.

Koundé y Lewandowski dieron los primeros avisos hasta que Eric García acertó con un buen remate de cabeza a un gran centro de De Jong que prolongó Araujo para que llegara el catalán y rematara de primeras. Un gol clave para que el duelo no se les hiciese 'bola' y llegaran los nervios. Además, minutos después Lewandowski hizo el de la tranquilidad con un cabezazo a pase de Pablo Torre y la historia ya estaba resuelta.

Ritmo pausado

Los deberes estaban hechos y el Barcelona se lo empezó a tomar con calma. Aun así, salieron con todo a la segunda mitad para evitar cualquier intento de reacción del Barbastro y Lewandowski logró un nuevo tanto para, ya si que si, sentenciar el choque y esperar a que pasaran los minutos. Eso sí, Pablo Torre también quiso su golito y aprovechó un error grosero de los locales en la salida de balón para fusilar a Arnau Fàbrega.

Todo el pescado estaba vendido y ya el interés estaba en el estado de Jaime Ara, futbolista del Barbastro que minutos antes del cuarto tanto azulgrana había caído desplomado tras un choque de cabezas con Íñigo Martínez. Se desmayó, pero recuperó la consciencia en el propio campo, aunque se tuvo que marchar directo al hospital para que le hicieran una exploración.

Después de esto y el gol de Torre todo se enfrió y ya comenzó el carrusel de cambios. Todos merecían jugar por parte del Barbastro y en el Barça entraron Ansu Fati en busca de un gol –que no ha podido hacer– para recuperar la confianza y el joven de 16 años Toni Fernández. Otro proyecto de futuro en el Barcelona, que tiene en la cantera su única noticia positiva de los últimos tiempos.