Celtic de Glasgow, el club católico de Europa
El primer rival del Real Madrid en Champions es la imagen de que la religión puede ser el componente principal de un club de fútbol
Al Celtic, rival del Real Madrid este martes en el estreno de la Champions League, es imposible no relacionarle con el Rangers, su eterno rival. Va unido a ello, no se entiende el Celtic sin sus enemigos de ciudad. Y para aquellos que crean que en el fútbol solo hay componentes futbolísticos que viajen a Glasgow para comprobar que no es así. En esta ciudad escocesa, en la que el Real Madrid inicia el camino a la 15ª, el fútbol va más allá, es una rivalidad social, religiosa, política...
El Celtic de Glasgow es el equipo de los católicos de Escocia y es un club con corazón en Irlanda. Porque sin Irlanda también es imposible entender a uno de los equipos más conocidos de Europa, imagen del fútbol continental durante muchas décadas, campeón de Europa en 1967 y uno de los conjuntos que más aficionados arrastra. Esos hinchas son en su inmensísima mayoría católica, aunque en los últimos tiempos el componente religioso no tenga ya tanta relevancia en las gradas de Celtic Park –uno de los estadios con más ambiente y en el que se canta el You'll never walk alone– ya que las nuevas generaciones no tienen ese componente entre sus prioridades. Eso sí, el fútbol en Escocia siempre se ha entendido desde la vertiente religiosa: los del Celtic son los católicos, los del Rangers los protestantes.
Esa tradición viene desde su creación en 1887. El Celtic es un equipo de fútbol católico porque su fundador fue el hermano Walfrid, un marista irlandés que llegó a Escocia y que desde St. Mary's Church Hall -una iglesia católica- fundó el club. El Celtic es el equipo de fútbol de los que descienden los inmigrantes irlandeses que fueron a Escocia a últimos años del siglo XIX, una inmigración masiva que afectó a aquellos años en los que el fútbol se abría paso. El objetivo de Walfrid era el de conseguir fondos para crear un comedor para los inmigrantes irlandeses y por eso creó el Celtic.
Si bien nunca hay que generalizar en el ámbito de aficiones, en el caso del Celtic (también en el Rangers, pero al contrario) está claro la pertenencia a un equipo: católico, con lazos con Irlanda y con sus hinchas siendo nacionalistas escoceses. En el otro lado de la ciudad está el Rangers, protestantes y unionistas, a favor de la Reina Isabel y haciendo gala de la bandera británica. Esa enseña jamás se verá en Celtic Park. Entre la afición del Celtic es habitual ver siempre banderas de Irlanda. Son sus raíces y aunque ahora a quienes van al estadio les queda muy lejos el nacimiento de su club han mantenido a rajatabla la esencia del club. El Celtic honra a los inmigrantes irlandeses y a quienes le fundaron: católicos que desde una iglesia formaron uno de los clubes más reconocidos de Europa, si bien en los últimos años el club está a años luz de lo que fue en el siglo XX. Esa relación explica que el trébol de cuatro hojas, símbolo de Irlanda, lo sea también del Celtic, que viste con los colores de la bandera del vecino país.
Artur Boruc y la fe católica
A lo largo de la historia existen muchos casos de tensión religiosa en Glasgow, pero un caso se recordará siempre por la carga simbólica que tuvo. Fue el del polaco Artur Boruc, portero del Celtic durante 5 años y miembro de la comunidad católica de Glasgow, quien defendió sin titubeos su fe frente a la hinchada protestante del Rangers. Tuvo varias polémicas, le acusaron de provocar a la afición rival por santiguarse y cansado de los cánticos ofensivos hacía los católicos, en un Old Firm (como se denomina al partido Celtic-Rangers, que además se jugó el pasado sábado) salió a jugar con una camiseta de Juan Pablo II y el lema 'Dios bendiga al Papa', que tras ganar la lució con orgullo.
La lucha deportiva en Glasgow no solo es futbolística. Es también entre católicos contra protestantes, nacionalistas irlandeses contra unionistas y republicanos contra monárquicos. Lo dijo el escocés más ilustre en la historia del fútbol, Sir Alex Ferguson: «Hay gente que cree que otras rivalidades futbolísticas pueden generar tanta intensidad como los choques entre Rangers y Celtic… Creedme, no hay nada comparable».