Real Madrid 4-1 Valencia
Un Madrid inabordable no da opción al Valencia
Dos goles de Vinicius y dos goles de Benzema, estelares junto a todo el equipo, dan la victoria a los blancos, que vuelven a la solvencia y la brillantez en 2022
Escuché «Piccini» y me sonó a verano. Como Luka de Pixar o como el acantilado de La Gran Belleza, donde al adolescente Jep Gambardella le pasa por encima una lancha motora. Pero fue Musah el que le pasó por encima a Lucas Vázquez. Era la lancha el valencianista y el Bernabéu la costa amalfitana y yo unas de esas jóvenes sufrientes por ver a Jep salir a la superficie. El remate de cabeza de Militao se va convirtiendo en un clásico como el golpe franco de Toni. Si juntas los dos te queda Los Soprano o Mad Men o incluso El Joven Papa, una beldad preciosista donde ya no cabe más estética.
Ver a Asensio titular y jugante le reconcilia a uno con el pasado, con la juventud, y los amagos de Vinicius, dejando pasar el balón y dejando y atrás y cariacontecidos y apurados a sus defensores directamente se la devuelve. El Madrid y La Juventud, otra vez Sorrentino, casi reencarnado en un Modric paseante por las orillas del Tíber. Mendy se pone en una banda, pero puede estar en el centro sin ninguna particularidad, más allá de que es uno de los mejores defensas del mundo, un lujo que ya hasta centra bien.
Poco después vimos otra vez el amor, la belleza. Benzema casi acabando un contraataque y de repente parándose y centrando delicado, casi enviándole una mariposa al martillo de Asensio que se desvaneció como polvillo. Y luego Modric, él sólo tapando la salida de la caballería. Un Custer balcánico y nada excéntrico. Un mando al que encomendarse. Como a Militao, ¡qué confianza la suya!, a quien el árbitro Hernández Hernández, un viejo conocido madridista, le sacó una amarilla por nada que luego no sacó a Wass por un flagrante placaje a Kroos. Un poco tremendo. Escandaloso.
Se enrabietó el Madrid, buen síntoma, la gasolina de la justicia, del honor y del talento. Qué pase de Modric, qué control de Marco, qué protagonista, qué gusto. Paredes ofensivas al borde del área entre Mendy y Casemiro. El equipo, qué equipo. Cerrado el Valencia, cómo no. Esa cerrazón típica ante el Madrid que rebusca el gol casi como un can con las patas olisqueando algo enterrado. Inventó Lukita buscando el hueco tras el movimiento de Vini. El preámbulo de la caza en el área de Casemiro, que mientras se adentraba se le puso figura de oveja rodeada de lobos que vengó Benzema de modo abrumador e ideal al borde del descanso.
Los papelillos
Seis minutos después del regreso Benzema le dio una pincelada asistente a la lanzadera Vinicius, que sacó un pie como muerto para burlar a dos defensas, los dos últimos, en una base de béisbol para marcar un poco a lo Magic, sin mirar, a lo Maravich. Era el segundo y el regreso del Madrid a la solvencia tras las dudas y los temores de los idus de enero ancelottianos que no son tales sino nuevos viejos vientos de madridismo repensado. Si un lateral izquierdo hace las cosas de Mendy es porque es lateralismo madridista, una tradición que bien puede verse por la izquierda o por donde se tercie, por donde hagan remolino los papelillos.
Se estiraba un Madrid imparable que dejaba el remate para Asensio. Paraba Cillessen en vaselina que se le fue por detrás para que rematara Vinicius el tercero. Asensio hizo una conducción zidanista, dos o tres toques sin que el balón tocara el suelo marchándose del marcador para habilitar a Vini, al que sin embargo detuvieron. Lo siguiente fue el paradón de Courtois para soliviantar al Bernabéu, o para terminar de soliviantarlo, como el cohete que faltaba de la fiesta. Un Madrid postnavideño rehecho y un madridismo feliz de verlo. Un Madrid que atacaba hasta por debajo de la yerba.
No le faltaban flancos que probar a un Madrid sabueso, incluso un penalti raro de Mendy que paró Courtois, a pesar de que el rechace le llegó a Guedes, el lanzador, para marcar el primero del Valencia. Wass lo probó de nuevo de lejos. Y por poco. Vinicius levantó a la grada una vez más al borde del precipicio. Courtois salvó una audacia de Camavinga en los medios. El Madrid subía y se cerraba bien. Sólido. Mendy por la izquierda para Benzema, que da la vuelta a Valencia en un giro para marcar el cuarto y acabar la obra con la firma del artista.
Ficha técnica:
Valencia 1: Cillessen; Piccini (Iranzo, m. 77), Diakhaby, Alderete, Gayá; Costa (André, m. 66), Guillamón, Wass, Guedes; Maxi Gómez (Koindredi, m. 66) (Vallejo, m. 83), Musah (Chéryshev, m. 66).
Goles: 1-0: Benzema (m. 43. P.) 2-0: Vinicius (m. 52). 3-0: Vinicius (m. 61). 3-1: Guedes (m. 76). 4-1: Benzema (m. 88).