Pues a ver el Atleti… ¡Ah! Y un abrazo para Iceta
Un triunfo colchonero en el Camp Nou excitaría a los más excitables, volvería la Cofradía del Clavo Ardiendo en el Madrid, 8 puntos con 24 por disputar
Les supongo enterados que el Atleti visita este domingo el Camp Nou. Tratándose de favorecer al Madrid palmará 3-0. O cuatro. Eso dicen merengones amigos, veremos a ver.
El caso es que el Madrid hizo algo tremendo como es ganar dos partidos seguidos en Liga. Sí, lo ha hecho alguna vez, este curso digo. Tres, pocas. Eso también ha influido en que esté a ocho puntos del liderato.
El Madrid hizo lo que debía y terminó el partido repartiendo abrazos a sus colegas del Celta que se portaron como hermanos. Hicieron unas faltas a Vinicius, cosa muy de agradecer porque las tradiciones hay que conservarlas y, además, no conviene que el chico se relaje. Y poco más. Debieron repasar el calendario del Madrid y se apiadaron de él. Buena gente. Fue una noche plácida.
Pues eso. Que a la hora del sol, cuatro y cuarto, Barça-Atleti. El local empezará ganando 1-0 pues tendrá el césped como le gusta. Y pondrá la pelota: inflada comme il faut, diría Benzema. Vamos, como se nuble la tarde, la tarea rojiblanca será titánica. Pero sí, un triunfo colchonero excitaría a los más excitables, volvería la Cofradía del Clavo Ardiendo en el Madrid, 8 puntos con 24 por disputar, todo eso. Estaría bien.
Buen partido de los blancos con Asensio protagonista otra vez. Un gol tras otro. También marcó Militao, cosa mala su baja en la ida ante Haaland. La cosa tuvo una única dirección y si había posibilidad de embolique el primero al filo del descanso y el segundo nada más volver espantaron fantasmas.
Por cierto. Hablando de fantasmas. El señor Iceta dijo que no sigue de cerca lo de Negreira. Se trata de la mayor autoridad española en asuntos deportivos. ¿Estará más atento el ministro de Consumo, el de Agricultura? Al de la cosa no le interesa el mayor escándalo de la historia de nuestro deporte. No lo sigue de cerca. Debe estar agobiadísimo de trabajo. Es extraordinario. Un abrazo, ministro.