El Sánchez-Pizjuán se rinde a la figura de Jesús Navas bajo el lema «el orgullo de Nervión»
El lateral palaciego recibió el cariño del sevillismo en su último partido como profesional en el feudo hispalense y no pudo contener las lágrimas en ningún momento del homenaje
Así serán las botas que lucirá Jesús Navas en su último partido como profesional en el Pizjuán
El capitán del Sevilla, Jesús Navas, titular en el último partido de su carrera en el Sánchez-Pizjuán, frente al Celta, ha recibido este sábado el tributo de la afición sevillista, que lo ha recibido con un enorme tifo con la leyenda de 'Orgullo de Nervión'.
Desde que el Sevilla salió a calentar media hora antes del partido, los aficionados vitorearon al jugador palaciego, que saltó al campo a los sones del himno del Sevilla y acompañado por todos sus compañeros, que vestían una camiseta de homenaje.
Tras saludar a sus padres y su esposa, el palaciego salió al campo con sus hijos visiblemente emocionado, con lágrimas compartidas por todo el sevillismo, cuando el jugador posó en el centro del campo ante los trofeos logrados en su carrera y con los vítores de «Navas, Navas, Navas...» de la afición.
Los jugadores del Celta también se sumaron al homenaje con una camiseta roja para rendir tributo a Navas y Iago Aspas abrazó al palaciego. En un acto nada habitual, el capitán del Sevilla hizo el saque de honor junto a sus hijos antes de que los suyos hicieran el de verdad para empezar el partido. La emoción estuvo a flor de piel y el Pizjuán se rindió a uno de los mejores futbolistas de sus 119 años de historia.
Ovación espectacular en el cambio
Jesús Navas disputó 70 minutos en el duelo frente al Celta y cuando el cuarto árbitro levantó el cartelón para anunciar su cambio, la emoción se volvió a apoderar del lateral de Los Palacios y Villafranca. La afición coreó de nuevo su nombre y sus compañeros se acercaron al centro del campo para darle el último abrazo a Navas como futbolista profesional en el Sánchez-Pizjuán.
Acto seguido, el lateral se detuvo un par de segundos para aplaudir y devolverle el cariño a la afición sevillista que le había estado animando durante todo el encuentro y le dejó su sitio en el terreno de juego a Idumbo.
Cuando Navas llegó a la zona técnica recibió un abrazo cariñoso de García-Pimienta y se dirigió al banquillo aún con lágrimas en sus ojos. El palaciego tenía motivos más que de sobra para sentirse orgulloso y el sevillismo le dio su último aliento. El cambio llegó cinco después de que Manu Bueno anotara el 1-0 en el minuto 65 para el Sevilla.