España despierta a tiempo en la segunda parte y solventa un debut espinoso ante Uzbekistán

Los debuts siempre tienen una dificultad añadida y es realmente complicado sacar conclusiones. Hay cosas que se hacen mejor que otras. Puedes cometer fallos, es lógico, pero lo más importante de todo es ganar. Y eso es exactamente lo que ha hecho la selección sub-23. Los de Santi Denia debutan con buen pie en el torneo olímpico y se llevan un triunfo valioso gracias a los goles de Marc Pubill y Sergio Gómez (1-2).

Había ganas de ver en acción a la selección olímpica masculina sub-23. La medalla de plata conseguida en los Juegos de Tokio dejó un mal sabor de boca y los de Santi Denia se presentaron en la capital francesa con objetivos renovados y con ganas de llevarse la medalla de oro y así cerrar un verano de ensueño para el fútbol español. Sin embargo, esa ilusión no se reflejó en el terreno de juego.

España salió al Parque de los Príncipes bastante espesa. Enfrente estaba Uzbekistán, una selección de la que no se tenían demasiadas referencias y los de Santi Denia tuvieron serios problemas para sacar el balón jugado. Los futbolistas uzbekos salieron bastante más motivados y se fueron a apretar a Arnau Tenas desde el primer segundo.

De hecho, el combinado asiático gozó de varias ocasiones para ponerse por delante. Pero a la hora de la verdad les pudo el nerviosismo de enfrentarse a una selección tan potente como la española. Con el paso de los minutos, la rojita consiguió dejar atrás ese tramo de dudas y empezó a jugar con algo más de sentido y buscando ser un poco más imprevisible a la hora de atacar.

La selección de Santi Denia tiene una gran virtud. Y esa es la del balón parado. El técnico manchego alineó a jugadores con buen pie y a través de una falta lateral llegó el primer gol del partido. Sergio Gómez colgó un balón perfecto y Marc Pubill apareció en el segundo palo para superar a un Nematov que no pudo hacer nada. Respiraba aliviada la sub-23.

El 0-1 adverso llenó de motivación a Uzbekistán y los pupilos de Timur Kapadze se fueron a por el gol del empate antes del descanso. Y el tanto de la igualada acabó llegando. Cubarsí arrolló a un futbolista uzbeko dentro del área y el VAR le dijo a Dahane Beida (colegiado del encuentro) que el joven central del Barça no le había dejado rematar limpiamente. ¿Conclusión final? Penalti y empate de Shomurodov. Tocaba remar para buscar la victoria en el debut.

Para tratar de despistar a Uzbekistán, Santi Denia decidió llevar a cabo un par de modificaciones tácticas. Sergio Gómez cambió de banda y los futbolistas empezaron a buscar más a Pablo Barrios, un jugador capaz de romper las líneas de presión y que no duda ni un segundo si tiene que tirar hacia adelante.

Y las cosas como son. Esas teclas que tocó Denia en el descanso le sentaron bien a España. Como era lógico, el empate no le venía bien al combinado nacional y el gol podía caer en cualquier momento. La mejoría era evidente. Y en una jugada sin apenas peligro, el colegiado del encuentro señaló pena máxima a favor de España. Sergio Gómez cogió el balón, pero el nuevo futbolista de la Real Sociedad lo tiró al medio y el guardameta Nematov consiguió pararlo.

Tocaba seguir intentándolo. Por falta de ganas no iba a ser. Y lo que es el fútbol. En menos de cinco minutos, Sergio Gómez pasó del drama a la alegría y consiguió marcar el 1-2 que le daba algo de aire a la selección. Era un gol clave porque el partido se le podría haber complicado bastante.

Con el resultado a favor, España llevó el partido a su terreno e impidió que Uzbekistán se viniese arriba en busca del gol del empate. Y también llegó el momento de los cambios por parte de los dos equipos. Esas modificaciones le sentaron algo mejor a los uzbekos y todo el peligro transcurría en el área de Arnau Tenas. La buena noticia para el combinado español fue la falta de claridad de su rival a la hora de buscar el tanto del empate. No hubo tiempo para más. Victoria de España y a pensar en República Dominicana, su próximo rival.