Rafa Nadal y Zinedine Zidane se abrazan en uno de los últimos relevos de la antorcha olímpica

Rafa Nadal y Zinedine Zidane se abrazan en uno de los últimos relevos de la antorcha olímpicaAFP

Nadal y la presencia de Zidane en dos de sus momentos más especiales como deportista

Rafa Nadal tuvo un papel protagonista en la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de París. El tenista balear en principio no iba a acudir a la gala, o al menos en la embarcación española que navegó por el río Sena. La explicación que daban desde la Real Federación Española de Tenis (RFET) es que sus deportistas se iban a quedar descansando en la Villa por competir ya el sábado, pero Nadal dio la sorpresa.

Primero se vio al ganador de 22 majors disfrutando de la ceremonia en un balcón que daba al río Sena junto a su mujer, Xisca Perelló y su hijo. Una bonita imagen que dio mucho que hablar durante la primera parte de la gala y que en absoluto desvelaba lo que iba a ocurrir después, con Zidane pasándole la antorcha a Nadal, que fue uno de los últimos relevistas.

En la Plaza de Trocadero, la persona encapuchada –que nunca se desveló quién era– le pasó la antorcha olímpica, que la había llevado durante toda la ceremonia, a Zinedine Zidane. El exfutbolista caminó por el Parque de los Campeones hacia la Torre Eiffel y todo hacía indicar que iba a ser él quien encendiese el pebetero olímpico.

Durante meses se había especulado que el pebetero estaría en la parte de arriba del mayor emblema de París, pero no fue así y Zidane a quien se acercaba era a Rafa Nadal, que apareció de la nada para poner la capital gala a sus pies y dejando una emotiva imagen. Nunca antes un deportista extranjero había tenido tanta importancia en el encendido de la llama olímpica.

La figura de Zidane unida a Nadal

Se da la circunstancia de que el relevo de la antorcha no ha sido la primera vez en la que Zidane ha tenido un papel principal en un momento clave de la carrera del balear. Cuando Nadal conquistó su primer Roland Garros, en 2005, la estrella francesa fue quien le entregó la Copa de los Mosqueteros y ahora, casi 20 años después, le dio la antorcha olímpica dejando una de las imágenes más emblemáticas de la carrera de Nadal.

Dos leyendas del deporte que han dejado un momento histórico en estos Juegos Olímpicos y que ha recordado mucho a aquel 23 de mayo de 2005, cuando el español tenía 19 años y Zidane seguía siendo jugador en activo.

De hecho, Nadal fue quien más llevó la antorcha olímpica de los últimos relevistas. Rafa salió de la Plaza de Trocadero para poner rumbo a una embarcación en el río Sena donde esperaban otras leyendas como Serena Williams, Nadie Comaneci y Carl Lewis. La barca llegó hasta el Louvre, donde esperaba Amélie Mauresmo, que recibió la antorcha de Nadal y ya se la fueron pasando entre leyendas francesas hasta encender el pebetero olímpico en el Jardín de las Tullerías.

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