Nadal deslumbra en Wimbledon con su mejor partido: aplasta a Sonego y ya está en octavos
Arrolla al italiano (6-1, 6-2 y 6-4) dejando grandes momentos y con sensaciones muy buenas
Con paso firme, dejando momentos estelares y un gran tenis, Rafa Nadal está ya en octavos de Wimbledon. Y está tras firmar su mejor partido sobre la hierba de Londres y ser un huracán sobre la central de Londres. Se podría decir que presenta su candidatura real al torneo, por qué no afirmarlo, tras esta contundente victoria ante Lorenzo Sonego (6-1, 6-2 y 6-4).
Y no lo decimos porque ganara como tal este sábado ante un rival más flojo de los que se encontrará a partir de ahora. Lo es porque se le vio cómodo, recuperado, con fuerza y midiendo todos los tiempos. Evidentemente Nadal es favorito desde el inicio -es el cabeza de serie número 2 del torneo- pero todos sabemos cómo llegó, angustiado por sus molestias en el pie.
Nadal no jugó. Ni tampoco ganó. Arrasó. Su paso por la central de Wimbledon este sábado fue un ciclón, el mejor Rafa de todo el torneo. Fue un aluvión de buen juego, de confianza y de grandes puntos. Así como en los anteriores duelos se le había visto inquieto, sufriendo por momentos, esta vez fue todo muy fácil. Y siempre con gestos de alegría y confianza.
Lo primero que hizo Nadal fue repetir tres veces su saque ya que las dos primeras había tocado la red. Lo finiquitó con juego en blanco. Con 2-1 a favor del español Sonego cambió la raqueta. Con la vieja había defendido bien su saque, sin ella inmediatamente lo perdió. El primer break de Nadal se añadió con otro más después (5-1) con acciones preciosas en las que mientras defendía acababa en ataque. El gesto del italiano, moviendo la cara como diciendo cómo salgo de esta, lo decía todo. Fue Rafa arrollador y se llevó la primera manga a la primera, con juego en blanco y aprovechando la primera bola de set (6-1).
Desbordó Nadal a Sonego
No había duda de que era el día de Nadal, en el que más disfrutó. Todo eran sonrisas. El segundo set comenzó con un break para el que necesitó dos bolas y dos juegos después volvió a romperle el saque a un Sonego totalmente superado (3-0). El tenis de Nadal fue espectacular, desbordante. Jugaba con una grandiosidad no vista antes en los partidos de Wimbledon. Ganó sin problemas su saque y se dio el gusto hasta de controlar la pelota con la pierna. Y lo hizo bien, como si de Luka Modric se tratara. Si es que todo le salía bien al grande de Rafa.
Nadal cedió dos juegos en este set. El primero se lo llevó Sonego para poner el 1-4. Lo celebró como si su Torino -es muy aficionado al fútbol- hubiera ganado una Liga italiana. Era un simple juego, pero lo disfrutó sabiendo que sería de lo poco que podría llevarse a su casa. Brazos en alto y aplauso de consuelo de Wimbledon. Después se llevaría otro a su saque -y en blanco-, pero Nadal era muy superior. Final de set con un cruzado dificilísimo (6-2) y en una hora ya estaba Rafa encarrilando su pase a octavos, donde ahora espera el neerlandés Botic van de Zandschulp, número 25 del mundo.
Un parón por la luz y Sonego cree en el milagro
Mientras se adornaba Nadal, que estuvo brillantísimo, su rival ya no aguantaba más la presión de enfrentarse al mejor nivel de Rafa. Primer juego, primer break. Aguantando, jugando con el esfuerzo, que seguramente lo hizo Nadal, pero no se notó cansancio. Sus saques los consiguió sin problemas y Sonego también se entonó algo. Se salió del guion el italiano cuando ya con la derrota firmada -a falta de algún juego- pidió al juez de silla parar porque no se veía. No se lo concedieron y eso enfrió el partido.
Tras este mini parón llegó Sonego al primer deuce del partido -que perdió y era el sexto juego del partido, fíjense la superioridad de Nadal- pero se salió el italiano con la suya de que se pusiera la iluminación, algo para lo que se necesitaba sacar el techo. Quedaban pocos juegos (iban 4-2) y ahora sí se paró el duelo 10 minutos.
Tras ello, doble falta inicial hizo Sonego, un fallo que le dio un tremendo impulso porque logró hasta ocho puntos seguidos, uno de ellos precioso mientras se resbalaba: cuatro le dieron su saque (4-3), otros cuatro los ganó al servicio de Nadal con su primer break y en blanco (4-4). ¿Creyó en el milagro el italiano? Puede ser que sí. Él decía que ahora sí veía bien. Nadal pidió un momento hablar con Sonego para decirle que no gritara antes del final de los puntos. De ahí salió enrabietado.
Le hizo break Nadal (5-4) y acabó ya con el partido. Se puso serio cuando más se lo creía el italiano, que hacía gestos en su asiento, pero lo que estaba claro es que la victoria era del español. No sabemos qué le preocupó a Sonego. Parecía como si le molestara que Rafa hubiera hecho su mejor partido ante él. Lo hizo y con su saque con el que estuvo impecable cerró el set (6-4) y el partido. A octavos. Y de qué forma.