Del pie al abdomen, de Roland Garros a Wimbledon: el calvario de Nadal con las lesiones

Pocos habríamos dicho hace unos años que Nadal en 2022 iba a ganar los dos primeros Grand Slams de la temporada. Incluso hace unos meses había quien dudaba de Nadal en Roland Garros, pero Rafa, a pesar de sus dolores en el pie, ganó la Copa de los Mosqueteros por decimocuarta vez en su historia. Irrepetible.

Rafa sigue siendo muy competitivo e incluso cuando su cuerpo no está en las mejores condiciones es casi misión imposible vencerle, prueba de ello son las 35 victorias que lleva esta temporada por tan solo tres derrotas.

Los resultados de este año son de los mejores de Nadal en toda su carrera tenística, sin embargo 2022 no está siendo un año fácil para el español, que ha visto cómo primero el pie, luego la costilla, después otra vez el pie y ahora el abdomen, han frenado a un Rafa que aspiraba a ganar los cuatro grandes en una misma temporada.

El manacorí comenzó el año con dudas en el pie que lo tuvieron apartado de la competición desde el verano pasado. Afortunadamente, el dolor le respetó y se proclamó campeón del Open de Australia por segunda vez en su carrera.

Continuó la temporada saliendo campeón en el ATP 500 de Acapulco. Todo parecía ir bien para Nadal, que estaba en un momento de forma espectacular. Llegaba a Indian Wells invicto y el pie le respetaba, pero en su semifinal frente a Alcaraz notó algo en la costilla que le impidió competir en buenas condiciones en la final ante Fritz, una fisura costal por estrés.

El español tuvo que saltarse parte de su gira favorita del año, la de tierra batida. Reapareció en Madrid, cayó en cuartos de final a manos de Alcaraz. Después fue a Roma, donde hizo saltar todas las alarmas porque a diez días de que arrancara Roland Garros le veíamos sin poder apoyar su pie y con grandes muestras de dolor en su partido de octavos de final ante el canadiense Denis Shapovalov.

No era considerado favorito en París

Llegaba a Roland Garros sin ningún título previo sobre tierra batida por primera vez en su carrera y con muchas dudas en el pie. De hecho la mayoría de expertos no lo colocaban como favorito al título y se equivocaron. Nadal bordó el tenis y ganó Roland Garros con el pie completamente dormido. Un tratamiento efectivo para poder jugar el torneo, pero que a largo plazo no era sostenible.

Rafa se sometió a un nuevo tratamiento en el pie para encontrar una solución definitiva a este problema que arrastra desde los 18 años y que casi lo retira del tenis con esta edad. Wimbledon dependía de la evolución del pie y las noticias fueron positivas, por lo que el de Manacor podría disputar el tercer Grand Slam del año.

Lamentablemente, a pesar de que el pie ha respetado a Nadal en la hierba londinense, desde que empezó el torneo ha tenido que lidiar con una fisura en el abdomen que ha ido a más y le ha obligado a retirarse del torneo.

Rafa confía que «en teoría» el tiempo en el que esté ahora de baja sea de «entre tres o cuatro semanas». Su objetivo es seguir con el calendario que tenía previsto hasta ahora, disputando el Masters 1000 de Canadá y el Open de Estados Unidos, que arranca el 29 de agosto.