A Carlos Alcaraz le sienta bien la hierba: arrollador debut en Wimbledon
Tras las dudas por su estado físico el español vence con una superioridad aplastante al francés Jeremy Chardy (6-0, 6-2 y 7-5)
La diferencia con la que afronta Wimbledon respecto a Roland Garros
Carlos Alcaraz quiere ganar Wimbledon. Eso lo sabíamos, es su deber. Pero ahora, tras su estreno, también sabemos que puede hacerlo. O así al menos lo indica su estreno sobre la hierba de Londres. El español, número 1 del mundo, ha arrasado con una impresionante facilidad al francés Jeremy Chardy (6-0, 6-2 y 7-5).
Relegado a la segunda pista en importancia del torneo, Alcaraz se ha sacudido las dudas que no da su tenis sino su cuerpo. Si ha fallado Carlitos este año no ha sido por su juego. Le penalizó el continuado esfuerzo en forma de molestias físicas.
Con esas dudas llegó a Wimbledon, entrenando con un vendaje hasta dos días antes de este debut, pero una vez que se ha puesto ante el público ha dicho estoy aquí, ténganme en cuenta y crean de verdad que puedo ganar el Grand Slam de la hierba. O al menos peleárselo a Djokovic, que es el gran favorito.
A Alcaraz en su estreno se le vio cómodo y seguro en todo momento. Solo nos asustamos cuando en el tercer juego de partido sufrió un resbalón y se hizo daño. Se miró a la rodilla, contuvimos respiración y por suerte seguimos. Un susto. En el primer set fue más que un ciclón, un hombre pegado a un punto ganado. El arreón inicial que protagonizó fue una buena forma de aceptar la vitola de favorito.
Y es que Alcaraz no será más fuerte que otros en hierba, no tendrá gran experiencia en esta superficie más allá de la reciente victoria en Queen's, pero es el número 1 del mundo y como tal tiene que jugar. Y él no obvió esa circunstancia para arrasar al pobre Chardy: le metió un primer set en blanco (6-0) con una apabullante superioridad, llena de puntos brillantes.
En la segunda manga Chardy al menos se llevó dos juegos, todo un éxito para él. Este francés tiene detrás una curiosa historia. Número 542 del mundo, la vacuna del coronavirus le sentó tan mal que le apartó del tenis durante un año. De ser cuartofinalista en los Juegos Olímpicos de Tokio pasó a la irrelevancia.
Chardy lo máximo que hizo en este estreno en Londres fue conservar su saque cinco veces en todo el partido. Así era imposible inquietar a un Carlitos muy tranquilo y sin desengrasar la máquina. Al español le bastó en el segundo set con romper a la primera y otra vez más adelante para ya saber que el partido estaba ganado (6-2).
Igualdad solo vimos una vez. Fue el sexto juego del tercer set, un juego que fue larguísimo y que pareció no tener fin. Al saque de Alcaraz, Chardy se vino arriba empujado por el público y logró un break que hasta emocionó por su ímpetu. Tuvo hasta cuatro bolas de breaks en un deuce eterno.
Su problema fue que al siguiente juego Alcaraz le devolvió la rotura. Y a volver donde estábamos. Tanto esfuerzo para nada, diría Chardy. Fue Charly quien acabó llevándose el set (7-5) y el partido aguantando a su saque y con el break definitivo en el último saque del francés, que al menos peleó al final en el arrollador debut del número 1 del mundo en Wimbledon, que lo celebró con rabia.