A Rafa Nadal le pesan las piernas en el tercer set y cae en los cuartos de final de Brisbane
Fue derrotado por el australiano Jordan Thompson en un partido que se fue a más de tres horas
La preciosa viñeta con la que Roland Garros celebra la vuelta de Rafa Nadal
Como si no hubiese pasado el tiempo. Así se ha sentido volver a ver jugar a Rafa Nadal y conectar con recuerdos lejanos, la niñez y la incertidumbre de cada día. Nadal reconecta a cada persona con su infancia porque no sabes lo que te deparará su siguiente golpe. Lo lógico, después de tanto tiempo fuera, es que le fuera a costar más, que se sintiera pesado, lento y con errores. Pero no ha sido así. Y es que, si algo ha demostrado Nadal durante su carrera, es que es tremendamente ilógico.
Jordan Thompson, tenista australiano número 29 del mundo al que había vencido en dos ocasiones previas, le planteó un reto a su altura. Fue un encuentro largo, que se fue hasta los 204 minutos, alejado de los 90 y 81 minutos de sus dos encuentros previos. Nadal mostró una resistencia envidiable y tuvo hasta tres bolas de partido para clasificarse a semifinales, pero desaprovechó su oportunidad y acabó cayendo.
Ya nos advirtió Rafa que, en esta vuelta suya a las pistas, hay que disfrutar cada minuto suyo, independientemente del resultado. Y eso hicieron los espectadores, porque aunque Nadal perdió y se despide de Brisbane, nos ofreció un partido a la altura de su leyenda. El camino siempre es más importante que el desenlace.
El arranque del partido, con ambos tenistas resolviendo los juegos en los que sacaban por la vía rápida, fue un señuelo. Rápidamente el encuentro se igualó y los juegos se prolongaban, con ambos desperdiciando oportunidades de break.
Finalmente, en el séptimo juego, Nadal perdió su servicio pero esto, este primer revés en su vuelta a las pistas, en lugar de minimizarle y llenarle de dudas, le impulsó. Pese a su edad y sus innumerables muestras, sigue sorprendiendo la personalidad de un Rafa que jamás se da por perdido. Al siguiente juego, sacando Thompson, rápidamente el menorquín se puso 0-40 y le acabó devolviendo la jugada, igualando el partido.
En un primer set que se marchó hasta los 70 minutos, la igualdad fue la nota dominante. Se le vio ligero a Nadal en sus movimientos, llegando a las esquinas de la pista y subiendo a la red con soltura, aunque también, en ocasiones, cruzando de más sus envíos o con algún error no forzado propio de quien ha estado tanto tiempo lejos de las pistas.
Tras haberle mirado a la cara durante todo el set, finalmente a Jordan Thompson le pudo la presión y, con un 6-5 en contra en el marcador, cometió una doble falta que inclinó el juego final a favor del de Manacor. Finalmente, con un 7-5, Rafal culminó un primer set tremendamente sufrido, pero que decantó la balanza hacia su favor.
Segundo set
El segundo set siguió la misma tónica que el primero, con juegos muy discutidos, que se prolongaban en el tiempo y llenos de alternativas, pero donde al final la lógica se imponía y nadie lograba hacerle un break al rival.
Si bien el séptimo juego del primer set fue la ruptura de saque de Thompson a Nadal, el séptimo juego del segundo set fue bien diferente, y es que Rafa completó un juego en blanco para marcar territorio y hundir emocionalmente a un rival que veía que, pese a su gran nivel de juego, no estaba logrando su objetivo.
Se recompuso bien, de todas maneras, el tenista australiano, aupado por su público. Se está enfrentando Nadal en este torneo de Brisbane a tenistas locales, lo que le está poniendo al público más en contra de lo que se podría esperar.
Continuó el balear mostrando su increíble repertorio de golpes y, lo que es más importante, con un juego de pies muy ligero y dinámico, sin lamentar el tiempo alejado de la competición. Desperdició una bola de partido con 5-4 en el marcador, estrellando, sorprendentemente, una volea en la red.
Defendió muy bien su servicio Thompson, encaminando el set hacia un tie-break en el que Nadal pareció tirar de experiencia y jerarquía para imponer sus cartas, pero donde dejó ir hasta dos bolas de partido más. No desperdició la suya de set Thompson, que resolvió por 8-6 e igualó el partido.
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Tercer set
Le empezaron a pesar las piernas a Rafa Nadal en el tercer set, desacostumbrado de esta carga física y con menos soltura que un rival, Thompson, que se mostró potente y rápido en sus movimientos. Le rompió el servicio el australiano en el cuarto juego del set y encaminó el encuentro hacia su lado.
Ya sin la energía para reponerse a un set en contra como hizo en el primer set, Rafa volvió a caer en el siguiente juego y la distancia en el marcador se amplió. Con 4-1 en contra, Nadal abandonó la pista y se marchó a vestuarios para tratar unas dolencias, aparentemente en el cuádriceps, que congelaron el corazón de todos los espectadores.
Volvió Nadal, y dio esperanzas con un juego en blanco a su rival, pero se desvanecieron rápidamente ante el buen hacer de su contrincante, que defendió bien su servicio, venció por 3-6 el set, y puso punto y final al camino de Nadal en el torneo. Un torneo donde nos reconectó con el pasado y donde volvimos a ser felices.