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Rafael Nadal se despide de los aficionados del ATP 250 de Brisbane

Rafael Nadal se despide de los aficionados del ATP 250 de BrisbaneEFE

Otra vez a mirar al psoas: el esperado regreso de Rafa Nadal, de la brillantez a la tensión por su lesión

Rafa Nadal ha manifestado en más de una ocasión que prefiere ser cauto. Cabe recordar que viene de estar un año parado, pero el enésimo regreso del tenista balear ha sido ilusionante, por mucho que unas pequeñas molestias en el dichoso psoas-ilíaco hayan vuelto a preocupar al aficionado español.

A Rafa Nadal nunca hay que darle por muerto. El balear es un ejemplo de superación tremendo y viendo lo cómodo que se le ha visto en la pista puede estar tranquilo por mucho que esas molestias en el psoas le preocupen. Para el de Manacor volver a colgarse el raquetero al hombro es todo un éxito viendo cómo estaba hace poco más de seis meses.

Llegar a cuartos de final es una gran noticia. El balear se deshizo en las dos primeras rondas del ATP 250 de Brisbane del austríaco Dominic Thiem y del australiano Jason Kubler y sus sensaciones en pista fueron maravillosas. Seguro en todo momento, especialmente con su saque, con muchos puntos ganadores, dominador en gran parte de los duelos... el regreso de Nadal fue perfecto. Fue el Rafa de siempre.

Es como si el tiempo no hubiera pasado para el mejor deportista español de la historia. La celebración con el puño cerrado y el grito de rabia, los puntos a veces imposibles, dominar la escena (y la pista). Sus señas de identidad, todo ello como símbolo de resistencia. El Nadal que ha vuelto un año después de no jugar ni un solo partido era el Nadal de 2006. Y de 2008. Y de 2011. Y de 2015. Y de 2018. Y de 2022.

Muy cómodo en la pista

Jugar al máximo nivel después de estar un año parado es de las cosas más difíciles de este deporte. Pero Rafa Nadal está hecho de otra pasta. Al tenista balear se le podría considerar como un 'superhombre'. El tiempo no pasa para el mejor deportista español de todos los tiempos. Tiene 37 años, pero bien podría ser un chaval.

Su paso por el ATP 250 de Brisbane ha sido triunfal teniendo en cuenta de dónde venía. Su inconfundible drive ha estado presente en los tres partidos que ha jugado; su revés ha sido un espectáculo; ha estado muy fino al saque y muy rápido de piernas. En resumidas cuentas, se ha visto a un Nadal muy cómodo.

No le dio ni una sola opción a sus dos primeros rivales. Hizo pequeño a Dominic Thiem y, simplemente, pasó por encima de Jason Kubler. En sus dos primeros partidos sólo cedió ocho juegos, algo que está a la altura de los más grandes. Sin embargo, el tercer partido le costó algo más.

Las dudas del psoas

Jordan Thompson le puso las cosas muy difíciles al tenista balear. El australiano le llevó al límite y firmó el partido de su vida. Pero no es de extrañar, ya que Thompson ocupa el puesto número 29 del ranking ATP y lleva varias campañas jugando a un gran nivel.

Y en el partido contra el tenista oceánico, Nadal hizo saltar las alarmas. Al principio del tercer set, cuando ya le empezaron a pesar las piernas, el balear solicitó la asistencia médica en pista y los viejos fantasmas de sus dolencias en el psoas-ilíaco hicieron acto de presencia en la Pat Rafter Arena de Brisbane.

Rafa Nadal hizo saltar las alarmas en el encuentro frente a Jordan Thompson

Rafa Nadal hizo saltar las alarmas en el encuentro frente a Jordan ThompsonAFP

Al término del encuentro frente a Thompson, Nadal explicó sus sensaciones en sala de prensa: «El dolor es en el mismo sitio, pero siento que es algo más muscular por el cansancio. La pasada temporada era el tendón y la sensación fue completamente distinta porque lo noté mucho más. Hoy no sentí nada, lo que pasa es que al ser el mismo sitio te asustas más».

La mejor noticia para Nadal sería una simple sobrecarga muscular. Y eso se vería como algo normal. Al final, el tenista balear sometió al psoas a un esfuerzo extra al que no estaba acostumbrado, pero confía en poder estar en el Open de Australia.

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