De atacar a Nadal y decir que iba a «ganar a todos» a estar cerca de la retirada solo un mes después

En el año 2014, un joven Nick Kyrgios, de 19 años, sorprendía al mundo tumbando a Rafa Nadal en Wimbledon. El tenista australiano había sido invitado por la organización y, tras salvar nueve pelotas de partido en primera ronda ante Richard Gasquet, dio la campanada en los octavos de final al tumbar por 7-6(5), 5-7, 7-6(5), 6-3 a un doble campeón en Londres. Lo hizo además en su debut en la pista central del All England Lawn Tennis Club.

Las condiciones de Kyrgios, con un saque descomunal, una derecha de top mundial, un magnífico revés con el que cambiar direcciones y gran juego en la red, hacían de él un jugador total. La gran perla del tenis mundial y además con un carácter de bad boy de los que llaman la atención. Lo tenía todo para triunfar, pero el exceso de protagonismo y de disputas le pasaron factura.

Nick Kyrgios se creyó inmortal, se pensó que siempre sería joven y que en cuanto él quisiera ganaría todos los Grand Slams. La cosa es que el tenis es muy duro, exige un trabajo diario y una evolución constante, pero el aussie no hizo nada de eso y dio más noticias por sus actitudes fuera de la pista como beber alcohol antes de los partidos o insultar y atacar a cualquier tenista.

Con los años Nick ha madurado, pero sus salidas de tono han sido las mismas de siempre y además su trabajo, salvo en 2022, siempre ha destacado por su ausencia. Se tiró en el dique seco tanto en 2023 como en 2024 y se supone que llegaba este 2025 para «ganar a todos» y por ahora dos partidos y dos derrotas claras y, como es habitual, ha sido noticia fuera de las pistas pero no dentro.

Su última faltada

Antes de comenzar la temporada, Kyrgios volvió a desmerecer al Big 4 al considerarse el tenista más inteligente de la historia. «He jugado contra Djokovic, Federer, Nadal y Murray. Tengo un coeficiente intelectual tenístico superior al de ellos. No sé si alguien en la historia del tenis ha llegado a la final de Wimbledon sin entrenador», dijo el australiano, obviando que alcanzó la final con un cuadro sencillo y sin disputar las semifinales, pues Nadal se retiró por lesión.

Aquella final, la de 2022, la perdió ante Novak Djokovic de manera clara y desde entonces no se ha vuelto a saber de él. Se pensó que eso ya era alcanzar la cima y ahí se acabó su carrera por el momento. Intentó ganar un major en el US Open de ese mismo año y, tras caer en cuartos, fue acumulando lesiones hasta hoy, cuando ha vuelto entre algodones, demostrando que su trabajo para superar los problemas físicos no ha sido el adecuado.

A sus 29 años, Kyrgios está totalmente estancado y es sobre todo conocido por sus constantes faltas de respeto. Este año la ha tomado con Jannik Sinner tras su caso de dopaje hasta el punto de acosar a un joven de 16 años que entrenó con el italiano. En cuanto a tenis, cada vez se ve menos y su carrera es toda una incógnita. Problemas de rodilla y de muñeca que hacen entrever su retirada. De hecho, ya ha dicho que no se imagina jugando nuevamente el Open de Australia.

«Soy realista, no me veo jugando individuales aquí otra vez. El cariño de la gente ha sido especial y me queda todavía por jugar en dobles. Hoy he salido a pista porque respeto a los fans y a mi rival. No sé si volveré aquí», dijo Nick en rueda de prensa alimentando los rumores sobre que este será su último año.

La promesa que se quedó en eso

A pesar de todas sus faltas de respeto, es imposible que los amantes del tenis no sientan nostalgia por ver que la luz de Kyrgios se apaga. Un tenista que no deja indiferente a nadie y que tenía todas las armas para marcar una época, pero siempre estuvo más centrado en soltar burradas que en jugar al tenis, la última, sus planes dentro de 10 años: «Creo que estaré en las Bahamas fumando un gran porro».