Mercado laboral
¿Está preparada España para trabajar cuatro días a la semana?
Algunas empresas ya adaptan el modelo, pero la patronal tiene dudas de cómo implantar un sistema que ya se ha aprobado en Bélgica
La pandemia obligó al teletrabajo y el teletrabajo ha empujado a las empresas a modernizar el mercado laboral. Las encuestas aseguran que los trabajadores prefieren la flexibilidad y un buen horario a un mejor sueldo.
El modelo laboral cambia y esas jornadas maratonianas donde los hijos no veían a los padres forman parte del pasado. La familia y el tiempo libre son los motivos de la gran renuncia tiene lugar en Estados Unidos. Renuncia al trabajo, porque el trabajo ya no es la prioridad. Las jornadas se deben adaptar a las necesidades de los empleados y no al revés.
En España fue Más País el partido que puso sobre la mesa la opción de trabajar cuatro días y descansar tres. La medida se parecía bastante a aquella de la prepandemia que pretendía que España volviese al uso horario que le pertenecía y, de paso, adaptase sus hábitos a los del resto de Europa. Algo que quedó en el olvido.
Lo de trabajar cuatro días sigue vigente en los distintos sectores de la economía europea. El Gobierno de Bélgica ha dado luz verde a la reforma para adaptar el mercado laboral que permitirá concentrar las horas de la semana laboral de cinco a cuatro días y flexibilizar los horarios de los trabajadores.
El objetivo de la reforma es «fortalecer a los trabajadores y las empresas», según indicó el presidente del Gobierno belga, Alexander De Croo, tras la presentación de medidas, y añadió que la reforma pretende establecer una «economía más sostenible, innovadora y digital».
Pionera en España
En España, la empresa jienense de informática Software DelSol es una de las pioneras en cambiarse al nuevo modelo. Las opción de trabajar cuatro días surgió cuando Fasga, el sindicato mayoritario, solicitó a la empresa un replanteamiento de los horarios. La empresa tenía sus oficinas en Jaén a turno partido con dos horas de comida y, posteriormente, se trasladan a Mengíbar, a unos 40 kilómetros. Se hizo un estudio para evitar costes de desplazamientos. Se redujeron horarios y se encontró una solución en la jornada de cuatro días semanales que no impide que la empresa ofrezca servicio de lunes a viernes.
«El sueldo no se ha visto afectado, lo que se ha hecho es reducir el número de horas para que la jornada se ajuste a cuatro días trabajando cuatro horas semanales menos en invierno y siete horas menos en verano. En invierno se hacía una jornada de 40 horas y se redujo a 36. En verano se hacían 35 y se quedó en 28. En total, las mismas horas que si trabajaran cinco días. Por lo tanto, la jornada anual, dentro del convenio de empresa que tenemos negociado, se redujo a 1.495 horas», explica Luis Del Olmo, secretario general regional de Andalucía oriental del sindicato Fasga.
¿Estamos preparados?
Volviendo a las encuestas, otra vez esa mayoría que aceptaría una rebaja si pudiera teletrabajar más o si ajustara su jornada a cuatro días laborales.
Beatriz Martín dirige una administración de empresas. Cuando escucha lo de trabajar cuatro días le asaltan todo tipo de dudas. Cerrar de viernes a domingo o alternar turnos para abrir cinco días, pero rotando libranzas a su equipo. Luego, la duda sobre si contratar empleados para cubrir ese tiempo libre extra. Algo que generaría más gasto. También el miedo a no dar un completo servicio al cliente si la competencia no se suma a esa jornada. Y cómo repartir las 40 horas semanales de sus empleados en cuatro días sin que se convierta en una presión inasumible. Son muchas incógnitas que acaban en lo mismo: ¿Somos una sociedad preparada para este cambio?
Quizá sí. Pero esa curva tocará fondo y pasará por un periodo de reajuste en el que todo no será una maravilla para patronos y empleados.
La productividad es otro problema. El síndrome del trabajador quemado (burnout) desvela la presión laboral de los empleados. Muchas horas, mucho trabajo, poco sueldo, objetivos exagerados y la espada de Damocles del despido siempre encima.
Tener un día más libre puede ser doblemente beneficioso ya que elevaría la implicación durante esos cuatro días y permitiría mayor desconexión en los otros tres. Otra hipótesis que han verificado en DelSol con un 30 % menos de absentismo desde que implantaron el sistema.
Crítica de los sindicatos
Mientras los objetivos están en concentrar la jornada laboral en cuatro días, UGT ha anunciado que «luchará» para que la jornada semanal de 32 horas «sea una realidad en el corto plazo para todos los trabajadores», ha afirmado Mari Carmen Barrera, secretaria de Políticas Europeas de UGT.
CC. OO. considera que la semana laboral de cuatro días, como ha planteado el Gobierno de Bélgica, «en ningún caso favorece la conciliación» y apunta a que el debate debería centrarse en la reducción y la redistribución de la semana laboral.
El secretario de Estudios y Formación sindical de CCOO, Carlos Gutiérrez, se ha referido al caso español, con 40 horas semanales, y ha explicado que esa medida se traduciría en jornadas laborales de 10 horas, a las que habría que sumar el desplazamiento y el almuerzo.
«Esta medida no favorece la conciliación aunque se gane un día, es imposible conciliar así. Además, este tipo de medidas puede tener un impacto muy negativo para la salud de los trabajadores, tanto en términos de salud física como mental», ha dicho Gutiérrez.
El nuevo modelo ya empieza a tomar forma en Europa y hay ganas de cambio en España. Empresas, trabajadores y, sobre todo, la sociedad son los actores que deben afrontar con garantías este proceso.