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Lenin se negó a reconocer las deudas contraídas por los Romanov

Lenin se negó a reconocer las deudas contraídas por los Romanov

Bancarrota

El «efecto Vodka» y las deudas de los zares que no pagó Lenin

Rusia ya ha vivido dos 'default' financieros por no pagar deudas: durante la revolución bolchevique y a finales de los años 90

Rusia tiene 30 días de gracia desde el 16 de marzo de 2022 para acometer el pago la deuda que tiene contraída en Eurobonos. En condiciones normales, el país que preside Putin pagaría en dólares y seguiría cumpliendo con sus obligaciones de deuda externa.

Evitar la bancarrota es algo que ya sabe hacer Rusia de aquella manera. En su historia ha habido momentos parecidos al que se enfrenta ahora, pero siempre con cierto apoyo internacional. Ahora Rusia es el enemigo público número uno y todo lo que sea hundir a Putin y bloquear su economía sería aplaudido por Europa y Estados Unidos.

La crisis del rublo tuvo su momento clave el 17 de agosto de 1998. El sistema económico, político y fiscal de aquella Rusia era inestable y el lastre de la crisis financiera asiática de 1997 pesaba mucho.

El petróleo, el gas, los metales y la madera sufrieron un declive de precios que ponían en riesgo el 80 % de las exportaciones rusas. A eso había que añadir la falta de pago de impuestos por parte de las industrias energéticas y manufactureras en un país de reciente creación que había arriado la bandera de la URSS el 25 de diciembre de 1991.

Los bonos GKO (Gosudárstvennoie Kratkosróchnoie Obyazátielstvo) de cupón cero fueron una especie de venta piramidal que experimentaron una subida de interés de un 150 % en pocas semanas. Los vencimientos empezaron a incumplirse y el pago de salarios se congeló.

El FMI ayudó a Rusia con 22.600 millones de dólares para evitar el colapso. Se trataba de dinero para impulsar reformas y convertir los bonos en corto en bonos a largo plazo, pero sosteniendo el tipo de cambio del rublo.

La medida fue ineficaz. Los salarios seguían sin llegar y las huelgas se multiplicaban en las calles. El rublo se cambiaba entre seis y siete dólares, pero los intereses de la deuda subían por encima de la recaudación fiscal. Esta debacle y sus consecuencias fueron el llamado «efecto vodka».

El FMI ayudó a Rusia en 1998 con 22.600 millones de dólares para evitar el colapso

Nunca se supo qué hizo Rusia con el dinero del rescate del FMI. La noche del 16 de agosto desaparecieron de las arcas 5.000 millones de dólares antes de que el gobierno de Boris Yeltsin devaluara el rublo un 300 % con una caída de precios del 65 %.

El nivel de vida de los rusos se vio muy afectado, pero esa crisis sirvió para que Rusia se reinventará y volviera a ser una potencia competitiva gracias al petróleo con un crecimiento medio anual del 7 % entre 1999 y 2008 con las reformas de un exalcalde de Leningrado llamado Vladimir Putin.

Deuda zarista

Tras la revolución bolchevique y la llegada de Lenin al poder, Rusia sufrió otro impago de deuda, esta vez, sumida en un giro político hacia el comunismo con el odio a la dinastía zarista como telón de fondo.

La gran Rusia del imperio de los Romanov donde el escenario era de opulencia y gasto contrastaba con la deshumanización que vivían sus ciudadanos, en su mayoría, analfabetos que se dedicaban al campo.

La vida de los zares rusos se sustentaba en generar una gran deuda que pagaban gracias a los beneficios del campo. Un país mal gestionado y un ejército, por ejemplo, que apenas pudo luchar con decencia en la Gran Guerra.

Cuando los bolcheviques tomaron el poder y acabaron con el poder de la familia Romanov, declararon que no reconocían la deuda zarista algo que provocó gran conmoción y condena del resto de potencias europeas.

Lenin rompía así con la Rusia imperial y, de paso, reducía el gasto en deuda para remodelar el país. Europa criticaba con fuerza al nuevo líder porque meses antes reconoció la deuda a los países de la Entente que no lucharan con fuerzas antibolcheviques.

Francia

Francia adquirió entre 1880 y 1917 30 millones de bonos rusos y, en la actualidad, sus dueños creen que la deuda sería de 30.000 millones de euros. Este asunto nunca se ha tratado a nivel oficial entre los dos países porque el oro ruso que Rusia mandó a Berlín por el acuerdo de Brest-Litovsk suponía que París debía pagar bonos rusos que nunca ejecutó.

A mediados de los 90 Rusia y Francia se sentaron a hablar de las deudas de los Romanov con el compromiso de pagar 300 millones de euros en 2000. La cantidad no está satisfecha y todavía hay casi 500.000 personas con cantidades adeudadas de Rusia.

Reino Unido y Suecia

En el caso de Reino Unido, durante la Gran Guerra aportó créditos por 6.000 millones de rublos. La contraprestación para garantizar el pago fue un envío de Petrogrado a Londres de 600 millones de rublos en oro. La decisión de Lenin de no reconocer la deuda zarista mantuvo las ayudas congeladas hasta que Margaret Thatcher y Mijail Gorbachov acordaron que no habría más reclamaciones entre países a cambio de que los fondos rusos en bancos británicos desde la Revolución bolchevique fueran compensados con un 10 % más de su valor.

Suecia es otro país implicado en las deudas rusas. El país hizo un crédito de 30 millones de coronas a Rusia durante la revolución y recibió un aval de cinco millones de rublos en oro. En los años 30 Rusia devolvió el 30 % de la deuda y ambos países dieron por finalizado el asunto.

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