El regreso de los Romanov: boda real en Rusia después de más de 100 años
George Mikhailovic Romanov y la italiana Rebecca Bettarinie se conocieron en Bruselas. Ella se convirtió el año pasado a la religión ortodoxa
El gran duque George Mikhailovic Romanov se casó este viernes con la italiana Rebecca Virginia Bettarini en la que ha sido la primera boda real en Rusia desde la revolución bolchevique. La ceremonia tuvo lugar en la Catedral de San Isaac en San Petersburgo, reconvertida en un museo que ocasionalmente alberga ceremonias religiosas.
«San Petersburgo es la historia de Rusia y la historia de la familia Romanov», dijo el novio. La pareja llevaba comprometida desde hacía diez años, y para contraer matrimonio tuvieron que superar el escollo de la Ley de Sucesión al Trono ruso, que requiere que el heredero se case con una princesa. «Anillos de boda Fabergé, vino siciliano y un catering proporcionado por Evgheny Prigozhin, el empresario vinculado al Kremlin y la empresa Wagner de contratistas rusos desplegados en varios países africanos fueron algunas de las bondades que hubo en el evento», según recoge la web rusa Fontanka.ru.
Al enlace acudieron 1.500 invitados más 50 miembros de las casa reales europeas, entre las que se encontraba la Reina Sofía. Solo un tercio de los invitados pudieron asistir a la celebración posterior, que tuvo lugar en el Museo Etnográfico de la ciudad, fundado por Nicolás II.
Curiosamente, Romanov, de 40 años, nació en Madrid, fruto de la unión entre la gran duquesa Maria Romanova, autoproclamada heredera del trono imperial de Rusia, y del príncipe Franz Wilhelm de Hohenzollern. Así, el duque pasó la mayor parte de su vida entre España y Francia antes de visitar Rusia por primera vez en 1992. Iba junto a su abuelo Vladimir Kirillovich, primo hermano de Nicolás II, quien huyó de Rusia durante la revolución y luego se declaró emperador en el exilio.
Más adelante, George trabajó en el Parlamento Europeo y la Comisión Europea. Se comprometió en Bruselas con Bettarini, de 39 años, e hija de un diplomático italiano. La ya esposa de Romanov, que lució para la ocasión un vestido con el emblema del Imperio Ruso bordado en oro, se convirtió a la religión ortodoxa en 2020, convirtiéndose en Victoria Romanovna.