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Robert Habeck, vicecanciller y ministro alemán de Economía y Acción Climática

Robert Habeck, vicecanciller y ministro alemán de Economía y Acción ClimáticaEuropa Press

Pulso

Alemania estudia endurecer las condiciones para las inversiones chinas

El propósito del ministro Habeck es reforzar la seguridad en un sector considerado estratégico

El Gobierno alemán está estudiando una propuesta del ministro de Economía, Robert Habeck, para endurecer los exámenes a los que se someten las solicitudes de las empresas chinas que desean invertir en Alemania.

Una portavoz del Ministerio de Economía confirmó hoy en una rueda de prensa en Berlín que existe un borrador en proceso de ser debatido a nivel interno por el Ejecutivo liderado por Olaf Scholz y compuesto por socialdemócratas, verdes y liberales.

Estrategia

Según fuentes del Ministerio citadas el domingo por diversos medios alemanes, entre ellos el semanario económico «Wirtschaftswoche», el propósito de Habeck es reforzar la seguridad en un sector considerado estratégico, a través exámenes más estrictos.

Por ejemplo, deberán autorizarse en un futuro, conforme a su plan, también aquellas operaciones en las que el inversor no adquiere participaciones que podrían otorgarle el control de una empresa, sino solamente obtiene acceso a determinados bienes y tecnologías.

De esta manera, el Estado debería pronunciarse también sobre el uso de licencias por parte de empresas chinas.

Por otro lado, Habeck aspira a que su Ministerio pueda vetar la construcción de fábricas en territorio alemán por parte de empresas extranjeras, así como determinadas cooperaciones en el ámbito investigador, en sectores especialmente delicados como los semiconductores o la inteligencia artificial.

Cosco

En la actualidad, requieren autorización gubernamental las operaciones en las que una empresa no comunitaria aspire a adquirir más del 25 % de una compañía alemana o más de un 10 % si se trata de una infraestructura esencial.

El plan del gigante chino Cosco para comprar parte de una terminal del puerto de Hamburgo (norte) causó el año pasado desavenencias en el seno de la coalición de Gobierno, ya que Habeck y varios de sus colegas de gabinete eran reacios a autorizar la venta por motivos de seguridad.

Sin embargo, Scholz terminó por imponer su criterio de que la operación podía tener lugar siempre y cuando Cosco adquiriera menos de un 25 %, con la argumentación de que según criterios formales la terminal no era una infraestructura esencial.

Antes de que se oficializase la transacción el pasado junio, trascendió la noticia de que conforme a criterios más recientes, la terminal sí que pertenece a esa categoría, pero a pesar de eso la cancillería se negó a revisar el procedimiento de autorización.

La estrategia con respecto a China es uno de los puntos de roce entre socialdemócratas y verdes, ya que estos últimos son partidarios de una línea más dura y menos tolerante con presuntas violaciones de derechos humanos.

Por el contrario, Scholz se ha manifestado a favor de reducir la dependencia de China y los consiguientes riesgos económicos, pero en contra de un «desacople» a nivel comercial.

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