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La cesta de la compra de alimentos frescos ha subido un 13 % en el último año, y apenas unos productos escapan a esta tendencia

Un mujer compra en una pescaderíaDavid Arquimbau / Efe

Los precios de los alimentos por las nubes y el INE enrocado en un 2,6 % de subida

Estamos asistiendo a un auténtico movimiento mediático con el precio del aceite de oliva

Cada día me parece más lamentable la posición que está tomando el Instituto Nacional de Estadística y, en especial, su presidente Elena Manzanera, que me recuerda más a un insigne del cine español, Paco Martínez Soria, en una de sus grandes comedias «Don Erre que Erre».

La gran diferencia es que Paco Martínez Soria era un gran actor y Elena Manzanera simplemente la mandada por Calviño para que el Instituto Nacional de Estadística se parezca cada día más a al CIS de Tezanos, que ha perdido todo el prestigio que tenía desde que se sentó al frente su bochornoso gestor.

El problema es que con el CIS podemos seguir adelante, porque hay muchas empresas demoscópicas que pueden facilitarnos resultados de encuestas y datos necesarios para interpretar lo que pasa en nuestro país, pero el INE es fundamental y clave para saber el estado real de nuestra economía y, cada vez que se manipula un dato, se está afectando de forma real a la convivencia ciudadana.

Si el INE dice al final del año que la inflación ha sido este año un 4 %, las pensiones indexadas al IPC subirán un 4 %, pero si la realidad es que la inflación ha sido un 8 %, porque ha sido «trucada» con ponderaciones y con formas diferentes de calcular, resulta que, a los pensionistas, se les «truca» 4 puntos de subida y eso es mucho dinero. Lo mismo, pasa con los empleados públicos o con los trabajadores por cuenta ajena, no es lo mismo que la inflación sea la mitad que el doble.

Estamos asistiendo a un auténtico movimiento mediático con el precio del aceite de oliva, que ha pasado de costar 4 euros el litro y una garrafa de 5 litros, menos de 20€ a tener que pagar más de 60€ por esa misma garrafa. Pero el aceite no es el único producto que se ha salido del carril, tenemos cientos de productos que en el último año han subido mucho más de lo que nos dice el INE con el IPC.

Pero como los números son los que nos tienen que dar el discurso, lo más importante es que veamos los números:

Aquí tenemos el índice de precios que teníamos por los 12 diferentes conceptos en agosto del año pasado, en diciembre del año pasado y en agosto de este año.

Tenemos que recordar que los precios de los alimentos representaban en el índice de 2022 el 22,6 % y, de pronto, por una decisión sin demasiada justificación pasan a representar el 19,6 %, es decir se ha decidido que el indicador de los alimentos suponga un 3 % menos a la hora de calcular el IPC. No teniendo suficiente con esto, el otro indicador que llevó de cabeza al Gobierno, que fueron los precios de la energía, se decide que en lugar se suponer el 14,2 % del total de los precios baje al 12,7 %, con lo cual bajamos otro indicador clave otro 1,5 %.

Pero como eso no es suficiente se decide cambiar la metodología del cálculo de los precios de la energía y se hace de una manera totalmente diferente.

Todo esto, que ha pasado, se podría haber arreglado manteniendo dos series paralelas durante un año, de tal manera que viésemos como estaban los precios con el modelo antiguo y con el modelo nuevo, pero como a Elena Manzanera no le pareció bien la idea decidió pasársela por donde todos ya sabemos y no nos atreveos a decir.

Y el resultado está aquí.

El IPC dice que crece un 2,6 % anual, porque los precios de la energía han bajado un 18,0 %, con respecto al año pasado que estaba calculado de otra manera diferente y, por lo tanto, comparamos melones con calabazas, y los precios de los alimentos crecen un 10,5 %, pero pondera un 3 % menos a efectos del cálculo real.

Pero como las mentiras duran lo que duran, a medida que van pasando los meses, los efectos del nuevo método del cálculo de los precios de la energía se van diluyendo y si miramos solo lo que va de año, vemos que en los 8 primeros meses solo han bajado un 4,7 % y por eso el IPC de los 8 meses primeros del año está en el 3,0 %, cuatro décimas más que el anual.

La ponderación ya no la vamos a poder arreglar nunca, pero el método de cálculo de los precios de la energía volverá en enero a ser contrastable.

Tan pronto como Eurostat facilite los datos desglosados del IPC de la UE, recalcularé el IPC para que, al menos, tengamos una estimación de por dónde van realmente los precios de nuestro país, aunque sea simplemente una estimación, porque los datos reales solo los tienen el Instituto.

Es realmente una pena que un Gobierno, por intereses espurios, pueda destrozar la brillante historia de una institución que hasta ahora nadie se había atrevido a usar para su propio beneficio, ni siquiera el tan denostado dictador que la creó, la hizo pasar por esta situación.

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