El INE y el milagro de las bodas de Caná

Definitivamente hay que reconocerle a la presidenta del Instituto Nacional de Estadística (INE), Elena Manzanera, que va a conseguir, sin duda alguna, convertirse en la milagrera del sanchismo.

No creo que suba a los altares, ni consiga la beatificación por el desarrollo de sus obras, pero está consiguiendo que cuando ya pensábamos que nada más podía pasar en nuestro país, ella consigue multiplicar los panes y los vinos. Como Jesús en la boda de Caná, pero en este caso para la economía española.

Desde su llegada al puesto ha conseguido que la inflación sea la más baja de la Unión Europea, cambiando la metodología de cálculo de los costes energéticos. Estos, al cuantificarse de forma diferente, han bajado en los últimos 12 meses un 18%. Un auténtico milagro, porque en la Unión Europea han crecido un 2,5 %. Ha cambiado, también, los porcentajes que tenían los alimentos, que están absolutamente descontrolados, y ha modificado asimismo el peso de la energía.

El problema es que hoy nadie en este país se cree que tenemos la inflación controlada. Y, menos todavía, que los cálculos están bien hechos. Pero, cuando ya pensábamos que nada podía volver a pasar, sale la Sra. Manzanera y se pone a hacer crecer el PIB de este país. Es decir, ha cogido su varita mágica y se ha puesto a modificar los resultados del PIB. Por supuesto ni un solo momento ha pensado que alguna vez las correcciones puedan ser a la baja. Para ella hay que hacer crecer como sea la economía de nuestro país. Más panes y más vino.

La última ocurrencia es volver a «retocar» el PIB del segundo trimestre y subirlo otra décima. Si lo añadimos a los recálculos comunicados días atrás, ya coloca a nuestro país en un crecimiento de los últimos cuatro trimestres de un 2,2 %, cuando el anterior cálculo era de un 1,8 %. Así que, con todos los efectos, ha conseguido mejorar el PIB en un 22,2 %. Si a esto no se le llama un milagro económico es que no entendemos de economía. Esto le da marcha al gobierno para volver a decir que vamos como una moto.

No hay nadie que haya mejorado, con técnicas y tácticas, un 22 % el cálculo del PIB. Vuelvo a decir que la página del INE nos daba un crecimiento de los cuatro últimos trimestres de un 1,8 % y ahora nos dice que es un 2,2 %. Ante esto solo podemos hacer una cosa, ponernos de rodillas y alabar a Manzanera por su capacidad milagrera: sin cambiar nada en los bolsillos de los españoles estos ahora ven que nuestro país mejora su realidad en ese 22 %.

Dicho esto, como nada podemos hacer, porque no disponemos de los medios para realizar nosotros los cálculos y decirles que ya está bien, nos vamos a merendar sus datos y a ver qué es lo que ha pasado en el segundo trimestre para crecer un 0,5 %, cuando antes crecía un 0,4 %.

Según el INE de Manzanera, que es como lo voy a llamar a partir de ahora, al igual que llamamos al CIS el de Tezanos, lo primero que observamos es que nuestro sector primario decrece, en el segundo trimestre del año, la importante cifra del 2,45 % y lo mismo le pasa al sector industrial, que también decrece un 1,15 %.

Cualquier país en el que el PIB se vaya para abajo en el sector primario y en el industrial entraría en pánico. Si la economía se sostiene por los servicios, el día que nos viene una crisis, nuestro PIB se da bofetones, como el de la pandemia.

Vienen nubarrones

La construcción todavía aguanta en el segundo trimestre, con un crecimiento del 0,89%, pero ya se atisban tremendos nubarrones, cuando dentro del sector servicios, que crece un 0,94%, las Actividades Inmobiliarias caen en un 3,15%. Y esto no ha hecho más que empezar, pues es ahora cuando los tipos de interés se están poniendo muy serios.

Los sectores que mantienen el sector servicios son fundamentalmente las Actividades Financieras, que crecen un 3,34 %, las Actividades artísticas y recreativas, que crecen un 3,12 %, y la Información y comunicaciones, que suben un 2,81 %. Los impuestos al valor añadido suben un 0,97 % y apoyan al crecimiento del PIB del 0,53 % del INE de Manzanera.

Ya se que lo que voy a decir es como si lo dijese en un cementerio a las personas enterradas, porque no me van a oír, pero yo si estuviese en el gobierno, a parte de mantener a Manzanera, empezaría a pensar que hacer en los próximos meses para tratar que el sector servicios no se me hunda y ver en que medida puedo ayudar al sector primario y a la industria.

Si siguen arreglando las cifras, la distancia entre la realidad de los hogares españoles y la de los resultados económicos se va a seguir ensanchando y nadie va a creer ninguna de las cifras que dé el gobierno, porque lo que no se puede manipular es la realidad de lo que entra en los bolsillos de los españoles.