A las multinacionales se les acaba el chollo en Rusia: el Kremlin congela sus activos

Desde el comienzo de la invasión de Ucrania, 284 empresas occidentales han abandonado Rusia, mientras que otras 1.225 han restringido sus inversiones. Se calcula que, en total, supone una pérdida de más de 200.000 millones de dólares entre ingresos, capital y activos. Sin embargo, muchas otras que permanecieron lucrándose bajo la justificación de su carácter «esencial» de sus productos, ahora denuncian la congelación de los fondos.

Raiffeisenbank registró en 2022 un beneficio récord de 2.000 millones dólares. Pero el banco austríaco ha denunciado a Financial Times que no tiene «acceso» a las ganancias en Rusia. Lo mismo ocurre con los estadounidenses Philip Morris y PepsiCo, o el fabricante sueco de camiones Scania. Así hasta 20.000 millones inmovilizados.

El Kremlin está utilizando restricciones al pago de dividendos a empresas extranjeros como método de presión para descongelar activos rusos en Occidente. Por ello, muchas empresas están intentando deshacerse de sus filiales rusas, pero cualquier acuerdo requiere la aprobación de Moscú con el consiguiente e inevitable descuento.

Ya el pasado 23 de agosto, el Kremlin suavizó las restricciones al pago de dividendos a extranjeros que invierten en la economía rusa, pero estas ganancias no pueden exceder el volumen de inversiones. Dos días después del anuncio de gobierno ruso, la multinacional holandesa Heineken anunció que abandonaba el país tras la venta de sus actividades al grupo industrial ruso Arnest por la cifra simbólica de un euro.

284 multinacionales habrían abandonado Rusia desde el inicio del conflicto

El instituto Kyiv School of Economics (KSE), un centro de análisis económico con sede en Kiev, calcula que 284 empresas habían salido de Rusia. En 2021, estas compañías empleaban representaban el 31,2 % del empleo total de las empresas extranjeras, poseían el 19,9 % y el 20,3 % de los activos y el capital invertido respectivamente, y en 2021 habían generado unos ingresos de 71.800 millones de dólares.

Además de las 284 compañías que han salido de Rusia, otras 327 habrían restringido sus actividades en el país y 230 han reducido sus operaciones y retrasado nuevas inversiones. Otras 659 empresas continúan sus operaciones con normalidad en el país por distintos motivos. Por ejemplo, el gigante suizo-japonés Japan Tobacco International vio una oportunidad para multiplicar sus ingresos –un 25 % en un año– con el conflicto, mientras que Philip Morris aseguró que prefería mantener su lucrativo negocio –Rusia tiene una tasa de tabaquismo relativamente alta– antes que venderlo muy por debajo de su valor.

Productos esenciales

A la interpelación de los organismos internacionales, estas empresas justifican el carácter esencial de los bienes de suministros que van desde medicamentos o alimentos más o menos fundamentales hasta helados o loción del afeitado. Ante las críticas externas, estas compañías han comenzado a adaptar su lenguaje usando eufemismos como «productos asequibles no perecederos» o «productos alimentarios y de higiene cotidianos».

Un ejemplo claro es el del fabricante de chocolatinas Mars, que en 2022 pagó 99 millones de dólares en impuestos en Rusia sobre unos ingresos de 2.600 millones. En enero de este año, la compañía aseguró haber reorientado sus esfuerzos «en el papel esencial en la alimentación del pueblo ruso y de sus mascotas», pero no han especificado en qué consiste esa nueva estrategia.

Si bien estas empresas están quejándose de la congelación de fondos, los informes de KSE demuestran que el negocio de permanecer en Rusia ha sido sumamente lucrativo. El hecho de que el impuesto sobre los beneficios sea solo uno de los muchos aranceles que las empresas pagan al gobierno ruso sugiere que sus contribuciones financieras son en realidad mucho mayores.