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08 de septiembre de 2024

Enrique Martínez, vicepresidente de la FED de Dallas

Enrique Martínez, vicepresidente de la FED de DallasEl Debate

Entrevista

Enrique Martínez, un alicantino en la cúpula de la FED: «España tiene que tomarse en serio el talento que está perdiendo en el extranjero»

Advierte que los bancos centrales afrontan un «cruce de caminos» que puede acabar desacoplando a Europa y EEUU en cuanto al calendario para bajar los tipos

Oriundo de Novelda, en Alicante, Enrique Martínez estrena responsabilidades en la Reserva Federal (FED) de Dallas como vicepresidente y jefe del área internacional. Licenciado en economía por la Universidad de Alicante, el año pasado le fue concedido el premio al mejor economista de banca central del mundo 2023, que recibió en un acto en Londres.

Experto en el sector inmobiliario, atiende a El Debate por videconferencia en un castellano veteado por un leve acento texano, que se diluye conforme avanza la charla. Consciente del grave problema inmobiliario que atraviesa España, advierte contra los límites al alquiler y considera que la solución está en manos de los políticos. Y lanza un aviso: «Uno de los factores que está en mente de todos que puede contribuir a complicar este 2024 es lo que pase en el sector inmobiliario estadounidense».

–¿Cómo acaba un alicantino de vicepresidente de la Reserva Federal de Dallas?

–Me licencié en la universidad de Alicante y desde el profesorado y el departamento de análisis y fundamentos económicos me aconsejaron que viniera a hacer estudios de posgrado a Estados Unidos. Terminé el doctorado en la universidad de Wisconsin en 2007. Fue un año complicado y eso que aún no era lo peor de la crisis financiera. En Dallas en ese momento había un presidente llamado Richard Fischer. Tenía una idea: los bancos regionales necesitan distinguirse en torno a una bandera común. La FED ha tenido tradicionalmente una perspectiva de economía cerrada: lo que pasa en EE.UU. es lo que importa, lo que pasa en el resto del mundo es secundario. Y él quería que, a través de análisis económicos rigurosos, intentaremos validar esa tesis o bien cambiar el chip. Me hicieron una oferta. No tuve muchas dudas. Siempre me ha interesado mucho el tema internacional: cómo las interacciones con otras empresas, personas y países influyen en nuestras decisiones económicas y en la macroeconomía.

–Entiendo que la tesis (de Fischer) resultó ser cierta

–Desde que llegué aquí hemos tenido una crisis financiera global, una pandemia que también fue global y un episodio de inflación no recordado desde los 70 y 80, también global. Una de las cosas que se ha hecho fácil en estos años certificar que esa tesis se ha hecho cierta.

Aquí la gente está muy influida por la cultura hispana y no hay ningún problema para comunicarse

–¿Cómo fue su aterrizaje?

–Le cuento una anécdota de cuando me contrataron que dice mucho del carácter de esta parte del país. El proceso para doctorados está muy estructurado. Hay una serie de entrevistas y si se hace una oferta entonces ya lidias con recursos humanos. En mi caso no: fue el propio presidente de la FED de Dallas el que me llamó. El tipo me dio sus argumentos totalmente en español. Me llegó que tuviera ese detalle. Aquí hay un 40 % de hispanoparlantes. El clima es muy similar al del sureste de España, con veranos muy cálidos y ocasionalmente sequía. La gente está muy influida por la cultura hispana. Cuando mis padres venían les encantaba, porque no tenían ningún problema para comunicarse. Lo único que se echa de menos es el Mediterráneo. Y quizá el arroz. Aquí gustan mucho las tapas y el flamenco, pero en el arroz falta entrenamiento.

–¿Es habitual encontrar españoles en puestos de responsabilidad en EEUU?

–No es habitual pero cada vez hay más. Cuando llegué aquí en 2007 éramos menos de 40.000 en un distrito consular que incluye buena parte del sureste: Nuevo México, Oklahoma, Texas… Ahora somos tres veces más. Tradicionalmente los españoles que encontraba en Dallas eran señoras de cierta edad que se habían enamorado de un militar americano en Rota y se casaban. Pero ahora Ferrovial tiene mucha actividad aquí, lo que ha atraído a muchos ingenieros españoles. Hay bastante gente que viene a hacer el doctorado y se ha terminado quedando. Conozco a tres profesores españoles aquí en Dallas. Uno de los campos en los que se ha expandido muchísimo la población española es el de los profesores de español a todos los niveles. Entre el 25 y el 50 % de los alumnos son hispanos, y cada vez es más importante darles clases en español. El número de españoles en EEUU está creciendo y tienden a ser profesionales cualificados. Lo cual tiene un lado positivo y también otro negativo: lo que aquí llaman los americanos el brain drain. Gente cualificada que acaba haciendo su carrera en el extranjero, donde encuentra más oportunidades que en casa. Me gustaría que en España se tomaran más en serio el talento que estamos perdiendo en el extranjero.

La falta de movilidad laboral es un problema endémico en España

–Usted es experto en el mercado inmobiliario. En España hay un problema descomunal: según el Banco de España faltan 600.000 pisos. ¿Sucede lo mismo en Estados Unidos?

–Desde que estoy aquí he tratado de monitorizar a través de datos y técnicas estadísticas el comportamiento del mercado inmobiliario, y uno de los mercados que nos preocupa es el español. En última instancia el Banco de España se refiere a una característica fundamental que es la falta de oferta. Cuando la oferta es inflexible y no es capaz de suplir la demanda con rapidez el ajuste se produce a través de precios. Esto explica algunos de los vaivenes importantes que ha habido en el sector inmobiliario en España. Es un problema no solo para el sector inmobiliario sino para la macroeconomía. La vivienda sigue siendo uno de los activos más importantes en la cartera de inversión de las familias. La vivienda que adquieren en compraventa es muy importante para permitir el desplazamiento de trabajadores en el país. Y la falta de movilidad laboral es un problema endémico de España. El problema es estructural.

–¿Cuál es la receta para abordarlo?

–La solución principalmente debe pasar por el lado de la oferta. En Estados Unidos hay situaciones similares en partes del país. En el noroeste, en Nueva York o Boston, o en áreas de la costa oeste como California, la flexibilidad de la oferta es muy limitada. En parte por motivos como la orografía. Pero también por el tipo de legislación y regulación. Las más flexibles tienden a estar en el sur, en lugares como Texas y Florida, y ahí se nota la diferencia. Dos terceras partes de toda la oferta de vivienda nueva en EEUU se concentra en el sureste. Ahora bien, no solo hay una divergencia muy grande entre cómo se ha comportado la economía de EEUU y la de Europa en este último año y medio, sino también en cómo se ha comportado su mercado inmobiliario. En Estados Unidos hemos tenido un problema muy fuerte de encarecimiento de la vivienda, igual que en Europa. Durante la pandemia era muy difícil construir, mantener los plazos y la cadena de suministro. Todo eso dificultó la construcción y limitó la oferta. En el último año y medio sin embargo el mercado inmobiliario que se había encarecido tanto tuvo una bajada significativa de precios. Pero esa bajada se ha recuperado incluso ajustando por la inflación. Ahora mismo en 2024 estamos en precios casi tan altos como en 2021 o 2022, que ya eran históricamente elevados. En EEUU la economía se ha comportado de una manera muy fuerte, con un mercado laboral al rojo vivo. Incluso con tipos de interés elevados los precios han empezado a crecer porque factores como el mercado laboral y los ingresos de las familias están tan fuertes como no lo han estado en mucho tiempo. En Europa, donde gran parte de la corrección se produce porque los precios siguen debilitándose, salvo en países donde la oferta es tan escasa que eso es lo que realmente sigue manteniendo los precios.

–Que es el caso de España

–Exacto.

Las restricciones de precios ponen impedimentos al mercado inmobiliario

–¿Es por causa de la Ley de Vivienda, que entre otros factores impone límites a los precios del alquiler?

–No hemos analizado específicamente la entrada en vigor de la regulación, pero las restricciones ponen impedimentos al mercado inmobiliario. Hacen que la oferta sea más difícil de expandir, tanto de vivienda nueva como de vivienda en alquiler, lo que complica el mercado inmobiliario.

–¿Quién debe tomar la iniciativa para abordar el problema?

–Tras la pandemia se han acelerado tendencias como el —trabajo híbrido o desde casa, que está teniendo un impacto muy fuerte en la viabilidad económica del commercial real estate. Grandes oficinas están en desuso. La utilización está en el entorno del 40 % respecto a los niveles prepandemia. Hay factores que pueden aliviar los costes financieros de los promotores y esto facilitaría el crédito y la construcción. Pero cabría esperar que las soluciones vengan del lado de la oferta. Cabría revisar qué tipo de regulaciones tenemos y qué desincentivos introducen a la oferta. Especialmente si es posible liberar más suelo para permitir la construcción. Otro tipo de medidas son basadas en la tecnología, pero son a más largo plazo. ¿Es posible desarrollar nuevos métodos de construcción para abaratar la vivienda? No está claro que las autoridades tengan mucha influencia en este campo, pero podrían ayudar. La pelota cae del lado de los representantes del pueblo y de las decisiones que puedan tomar.

–La FED se resiste a bajar tipos. ¿Puede haber un desacoplamiento entre lo que suceda en Europa y lo que pasé en EEUU?

–Sobre la política monetaria en Estados Unidos deben ser los gobernadores de la Reserva Federal los que deben dar su perspectiva. Pero sí puedo decir, globalmente, que la situación en muchos países es de cruce de caminos. La inflación tiende a estar por encima de lo que le gustaría al banco central al tiempo que tiene que mitigar los posibles efectos que un periodo de tipos altos tiene en la actividad económica. La realidad es que la situación en Europa parece radicalmente diferente a la de EEUU y por tanto cabría pensar que hubiera una divergencia en las opciones que se pudieran acabar adoptando. Quizá no tanto en la dirección sino en el cuándo se produce. En EEUU preocupa la medición de los alquileres. La realidad es que la fortaleza de la demanda en EEUU está contribuyendo a que tanto los precios de la vivienda como los alquileres se mantengan mucho más robustos de lo que habíamos esperado. Uno de los factores que está en mente de todos que puede contribuir a complicar este 2024 es lo que pase en el sector inmobiliario estadounidense. Esto no es lo que vemos en Europa, con quizá la excepción de España.

A Bush padre ya se lo decían: es la economía, estúpido. Los políticos han aprendido la lección

–En un año electoral en Estados Unidos ¿va a ser la economía un tema de debate principal para los candidatos?

–Los años electorales tienden a ser años en los que el desempeño económico se mira especialmente con lupa. La gente está preocupada por su propia economía y les va a interesar muy mucho las alternativas que proponen los candidatos. A Busch padre ya se lo decían: es la economía, estúpido. Supuestamente le costó la reelección en 1992 el no haberse concentrado tanto en la economía como debiera. Esa es una lección que los políticos tienen bien aprendida, aquí y en Europa. La economía les importa, y mucho, o al menos la percepción que se tenga. En los últimos años la percepción que tienen los hogares parece ser mucho más pesimista que la que se desprende de los datos macro La economia está fuerte, crece un 3 %, también el mercado laboral, y sin embargo los hogares opinan que la situación va mal.

–¿El culpable es la inflación?

–La inflación es clave. La visión de los hogares en la economía tiende a no estar dominada por el conjunto de factores, sino por algunos factores en concreto. Aquí lo peor que te puede pasar es que el precio de la gasolina suba. La percepción que tiene la gente cuando eso pasa es mucho peor de la que hay en realidad. Y cuando hay mala percepción de la inflación tienen una mala percepción de la situación económica en general.

–¿Está entre sus planes volver a España?

–Tiendo a regresar todo lo que puedo. Desde que terminé el doctorado siempre he tenido como visión a largo plazo volver. Hemos hablado mucho sobre la enorme labor que realiza el Banco de España como parte del sistema de bancos centrales europeos en materia de política monetaria, pero también respecto al grandísimo análisis de calidad que realizan. Es una de las fuentes de análisis económico mas importantes que tenemos en España. Ese tipo de trabajos que además te atraen a España sería ideal para mi. Una de las cosas que creo que es importante de esta oportunidad en Dallas es que además de una carrera académica he tenido la oportunidad de ser protagonista de momentos clave del proceso de formación de la política monetaria en EEUU. Esto es una oportunidad que cuando salí de Alicante en el año 2000 por primera vez no me imaginé que tendría. Fui parte del grupo de economistas que elaboró la última revisión del marco de política monetaria, que se aprobó en 2020. He tenido la ocasión de presentar mis ideas sobre el componente global de la inflación y la importancia que tienen en EEUU delante de los gobernadores de la reserva federal, incluyendo Bernanke o Powell. Ese tipo de experiencia, tanto académica, da rigor pero también una cierta amplitud de miras sobre los problemas que conocemos y que no conocemos es una experiencia valiosa que me gustaría usar en España en algún momento.

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