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Turistas en una terraza al paso de una manifestación contra la masificación en Mallorca.

Turistas en una terraza al paso de una manifestación contra la masificación en Mallorca.EP

Convivir con la masificación: Baleares acogió en 2023 a doce veces más turistas que habitantes

Con una población de apenas 1,2 millones de habitantes, esta comunidad recibió el pasado año a 14.4 millones de viajeros

España se convirtió en 2023 en la primera potencia turística del mundo gracias a la llegada de algo más de 85 millones de personas. Aunque se trata de un sector clave para la economía española, los expertos advierten de las necesidades de mejorar las infraestructuras y comunicaciones, así como invertir en innovación, para minimizar los inconvenientes de la masificación donde en algunas comunidades el total de viajeros supone más del 1.000 % de su propia población.

Solo en los cinco primeros meses de 2024 ya llevamos 33,2 millones de visitantes, el mejor arranque de la historia, y todo indica que acabaremos el año por encima de los 90 millones de turistas internacionales. Este incremento se ha traducido también en un aumento de los ingresos, que se dispararon hasta los 108.789,41 millones el año pasado, el 12,8 % del PIB.

Sin embargo, este aumento no se ha traducido en mejoras para los residentes de las ciudades más visitadas, que en las últimas semanas se han concentrado en varios puntos de España para protestar por la masificación en algunas localidades mientras los ayuntamientos buscan fórmulas para limitar la entrada de viajeros sin que afecte a la economía de la región.

Por el momento, el más osado ha sido el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, que ya ha anunciado que «erradicará» los apartamentos turísticos de la Ciudad Condal para 2029 con el objetivo de poner «de golpe en el mercado» 10.000 pisos para alquiler a largo plazo como si eso fuera a solucionar el grave problema de la vivienda que sufre la capital catalana. Todo un prodigio de la gestión.

Pero volviendo al asunto de la masificación, resulta indudable que España tiene muchos deberes por delante. Nuestro país recibió 85.169.050 turistas internacionales en 2023, lo que supone un 75,2 % más de su población total a finales de ese año (48,6 millones)-. Sin embargo, las diferencias regionales son considerables.

Cataluña fue la comunidad que más turismo registró con 18,2 millones de personas, lo que supone que sus fronteras acogieron a un 126,7 % más de población que sus poco más de ocho millones de habitantes, mientras que en la Comunidad Valenciana, Andalucía y Madrid estos porcentajes fueron del 96,9 %, 41,3 % y 12 %. Pero donde se observa mayor diferencia es en las islas.

Con una población de apenas 1,2 millones de habitantes, Baleares recibió el pasado año a 14.4 millones de viajeros, un 1.070,8 % más; y en Canarias, con 2,2 millones de habitantes, llegaron 13,9 millones de turistas, un 523,3 % más. Por el contrario, el resto del país apenas recibió 8,1 millones de turistas frente a los 16,2 millones de residentes.

Si sumáramos los habitantes con el turismo, España tendría una población superior a México, décimo país más poblado del mundo. Afortunadamente, los flujos turísticos están escalonados, aunque los expertos advierten de la necesidad de seguir mejorando su gestión «para minimizar las externalidades negativas que genera la actividad, entre las que se encuentran el impacto en el mercado de la vivienda local, la presión sobre los servicios públicos básicos y la ocupación de los espacios públicos», como explican desde CaixaBank Research en su último informe sectorial.

«Es deseable que tanto la Administración como el propio sector sigan trabajando para que el crecimiento pueda ser sostenible, tanto desde el punto de vista social como medioambiental», añaden.

Inversión en infraestructuras

Al sector, que ya anda con los ánimos caldeados por la subida del salario mínimo y la reducción de jornada, no le ha sentado nada bien que desde el Gobierno y algunas comunidades se esté utilizando al turismo como cabeza de turco ante los problemas estructurales que sufre el país desde hace años. Como recordaba la pasada semana el presidente de la patronal hotelera, Jorge Marichal, el incremento poblacional de los últimos años «no ha ido acompañado de un aumento proporcional de la infraestructura correspondiente».

Tras la crisis financiera, la inversión pública en infraestructuras cayó a mínimos durante una década y solo los fondos europeos han incrementado las partidas que sigue, no obstante, lejos de los años anteriores al crack de 2008.

Las vacantes de hostelería, desiertas

A pesar del aumento de turistas, este año se ha vuelto a agravar el problema de mano de obra en la hostelería, cuya patronal ha pedido contratar «contingentes» de trabajadores extranjeros ante la falta de personal, una medida que ha sido rechazada por los sindicatos.
Según Emilio Gallego, secretario general de Hostelería de España, el 50 % de los empleos ofertados en el sector en 2023 quedaron desiertos, una situación que cree que se repetirá este año.
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