La turismofobia se hace fuerte en Baleares con una nueva ola de protestas

Más de 20.000 personas, según la Policía Nacional, han salido este domingo a las calles de Palma de Mallorca para protestar, una vez más, contra la masificación turística en la isla.

La manifestación, que ha tenido lugar en plena temporada turística, con miles de turistas que llegan cada día a Baleares para disfrutar del sol y de sus playas, ha puesto el foco en la pérdida de calidad de vida de los residentes y el difícil acceso a la vivienda.

Baleares es la segunda comunidad autónoma, después de Canarias, en acoger protestas contra la masificación turística. En palabas del portavoz de la plataforma convocante, «el objetivo de esta manifestación es cambiar el rumbo, porque la población está harta de un modelo económico que no tiene en cuenta las problemáticas que genera a los residentes».

Proponen limitar la llegada de vuelos -este fin de semana han operado en los tres aeropuertos de Baleares 4.786 vuelos-, el número de cruceros, el alquiler de coches y de viviendas vacacionales y «controlar» la compra de casas a los no residentes.

La Mesa de Turismo de España demandó, la semana pasada, de forma urgente una actuación «planificada y consensuada» por parte de las administraciones públicas con el propósito de paliar los efectos perjudiciales de las manifestaciones celebradas contra el turismo.

Desde la asociación también alertaron de que los medios internacionales seguían muy de cerca estas manifestaciones, y que cuando tuvo lugar una concentración en Barcelona, publicaron advertencias desaconsejando a sus compatriotas a viajar a la Ciudad Condal. Por lo que, desde la Mesa de Turismo recordaron la importancia de «comunicar a los turistas que son siempre bienvenidos en toda España».