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Santiago Carbó, Catedrático de Economía de la Universidad de Granada y Director de Estudios Financieros de Funcas

Santiago Carbó, catedrático de Economía y Director de Estudios Financieros de FuncasJavier Valeiro

Cinco economistas examinan a España (III)  Santiago Carbó: «La política nos va a traer probablemente un otoño y unos próximos trimestres turbulentos»

El catedrático resalta problemas como los de la vivienda, la productividad y la competitividad entre los más preocupantes de la economía española

Santiago Carbó (Gandía, 1966) es catedrático de Fundamentos de Análisis Económico en la Universidad de Valencia. Además es director de Estudios Financieros de la Fundación Funcas, y director ejecutivo de su Observatorio de la Digitalización Financiera. Autor de numerosas publicaciones y economista de mucho prestigio, responde a nuestras preguntas.

–¿Cómo ve la economía española y mundial y cómo espera que evolucione en los próximos meses y a lo largo del año?

–La economía española y mundial está mostrando, a pesar de todo, una gran resiliencia. La economía ha cambiado en la última década por varias razones: por el ámbito tecnológico; el ámbito también del envejecimiento de la población, que está haciendo que, a pesar de que las economías se desaceleren, a veces no noten un impacto en el empleo porque hay menos capacidad. Hay menos recursos humanos jóvenes, y entonces las empresas se tienen que apañar con lo que hay, y eso lo estamos notando además en determinados sectores donde hay un cierto estrangulamiento o cuellos de botella para encontrar personal; no solamente en España, que lo estamos notando todo hostelería y otros: en el ámbito digital hay una pugna global por el talento. Ese ámbito tecnológico y de renovación de los recursos humanos (la generación del boom de la natalidad ya está empezando a jubilarse), ahora está siendo sustituida por gente más joven. Son menos, pero de esa manera se está logrando un cierto equilibrio en el mercado de trabajo, que no se nos ha derrumbado.

Hay muchas incertidumbres, pero también sabemos gestionar mejor las crisis

Hay muchas incertidumbres, pero en general parece que también sabemos gestionar mejor las crisis; no solamente en España, sino en otros sitios. Después de dos guerras o del encarecimiento brutal de los carburantes, de la energía, de las materias primas, de los productos alimenticios, las economías resisten razonablemente.

Por otro lado, también hay un elemento importante de la economía mundial y la economía española: ¿qué va a pasar con los tipos de interés? Parece que van a iniciar un proceso de descenso que ya ha empezado en la eurozona y en Inglaterra y que continuará también con Estados Unidos probablemente en septiembre. Con ello las empresas que han estado sufriendo, en parte algunas de ellas en el ámbito financiero, tendrán una situación un poco más holgada y también muchas familias, sobre todo en Estados Unidos, que han enfriado un poco su consumo por el aumento de los costes financieros, también se pueden animar. Entonces, yo creo que, aunque los próximos trimestres sean de cierta desaceleración, en general no se va a producir un proceso traumático como vivimos hace 15 años. La sociedad mundial o la economía mundial no está en un proceso de endeudamiento tan elevado como aquella vez con el mercado inmobiliario y con determinados productos financieros que eran tóxicos.

La burbuja de la inteligencia artificial y la sobrevaloración que produce en la bolsa es la que más me preocupa

Eso no significa que no haya riesgos. Me preocupa mucho la sobrevaloración de las bolsas mundiales, sobre todo de la bolsa estadounidense y del sector tecnológico, porque parte de esa sobrevaloración a veces no está muy bien fundamentada. Y es que la inteligencia artificial va a generar un montón de ingresos. Sí, pero cuando los genere o empiecen a verse claras perspectivas, es cuando debería reflejarse la valoración. Esa es la burbuja que ahora más me preocupa, pero en general, bueno, pues vamos a tener unos trimestres de cierta desaceleración, en España también, pero se va a mantener el ritmo de crecimiento por encima de lo esperado. No va a ser el 2,5 % que hemos tenido el último trimestre, o el 2,9 %, pero sí que se puede quedar en el entorno del 2 %, que es bastante razonable con todo lo que está pasando.

Aunque los próximos trimestres sean de cierta desaceleración, en general no se va a producir un proceso traumático como vivimos hace 15 años

–¿Cuáles considera las principales amenazas para la economía mundial y la economía española, cuáles cree que deberían acometerse con mayor celeridad y cómo?

–Me preocupa la sobrevaloración de las bolsas y de ciertos activos, porque podría acelerar un problema serio de corrección bursátil. Me preocupa que los conflictos bélicos de Ucrania, fundamentalmente, e Israel, agraven la situación de algunas materias primas o de la energía, aunque hemos aprendido de alguna manera a gestionar ese proceso de crisis. Me preocupa la falta de consenso internacional en muchas materias, que podría tensionarse más si llega Donald Trump; evidentemente, también la falta de entendimiento de Estados Unidos y China, en la que Europa está por medio, que también se ve afectada, y también ha puesto aranceles y muy importantes a los automóviles chinos. Todo eso son amenazas significativas con las que hasta ahora de alguna manera, y no me gusta la expresión, no ha llegado la sangre al río, pero evidentemente generan una incertidumbre importante. Falta consenso internacional que para mí sería muy importante, y falta en un ámbito tan importante como la inteligencia artificial. ¿Cómo vamos a acometerla? En Europa, solo regulándola e intentándola restringir, Estados Unidos yendo por libre, haciendo lo que quiera, China parecido a Estados Unidos. Esos consensos son muy importantes, como lo eran los consensos sobre la fiscalidad de las empresas internacionales, de las tecnológicas, etcétera. Entonces, a mí me preocupa esa cierta falta de consenso y, si los resultados de las elecciones estadounidenses son malos en el sentido de Trump, que a lo mejor no es Trump, y a lo mejor Trump luego no resulta ser tan malo, en general la percepción es que él puede de alguna manera causar más problemas y tensionar aún más las cosas. Pero eso está por ver.

Me preocupa la falta de consenso internacional en muchas materias, que podría tensionarse más si llega Donald Trump

–¿Y en España?

–La política nos va a traer probablemente un otoño y unos próximos trimestres turbulentos, o podrían serlo. El acuerdo de investidura de Cataluña, intentarlo acometer con un proceso de financiación autonómica que además altera otros pesos dentro de las votaciones, etcétera, pues puede ser problemático. Es decir: el acuerdo de financiación para Cataluña, tal como se ha sabido o lo poco que sabemos, puede generar tensiones políticas que podrían llevar a pasar una mayor dificultad, ya no en Cataluña solo, sino en el Parlamento español, para llevar determinadas leyes, o la principal, los presupuestos del Estado, que son fundamentales. Son fundamentales porque ya llevamos un año con los prorrogados. Tenemos que acomodar nuestras cuentas públicas a la nueva situación, a una senda fiscal, a unas normas fiscales europeas que tenemos, que eso probablemente sí que lo podamos lograr, pero también tenemos que acomodarlas a los gastos y a las inversiones que necesitamos, por ejemplo en el ámbito de la vivienda. Eso sí que me preocupa. O que realmente haya una inestabilidad política en la que no se apruebe nada, ni los presupuestos ni la ley del suelo, que yo creo que hay que intentar volver a llevarla porque es fundamental en el ámbito de la vivienda, antes de que la vivienda se nos convierta en un problema social de primera magnitud. Y bueno, eso es lo que más me preocupa. Vamos a ver lo que pasa en los próximos meses, y a partir de ahí, a ver cómo se resuelve políticamente esta situación. Pero muy difícil no avanzar en leyes, muy difícil no tener unos presupuestos para 2025.

–¿Qué índices, datos o medidas anunciadas sobre la economía española le parecen más preocupantes, qué consecuencias pueden tener si evolucionan mal y cómo deberían corregirse, por qué y qué consecuencias positivas tendría hacerlo?

–Evidentemente, las medidas que se llevaron sobre la vivienda no han sido nada efectivas. Se está produciendo un encarecimiento o una falta de salida. No hay un aumento de oferta, que es la clave aquí. Actuar sobre la demanda, intentar restringir precios, no va a funcionar. Me preocupa mucho todo lo que pasa con la vivienda porque afecta a las generaciones más jóvenes que están teniendo menores salarios. Esos menores salarios de los jóvenes me preocupan. Me preocupa la evolución de la productividad, que es una de las razones por las que hay peores salarios, pero también hay otras razones, y eso yo creo que hay que empezar a trabajarlo en serio en nuestro país, pero sobre todo también el tema de la accesibilidad a la vivienda. Por otro lado, el plano macroeconómico se está portando razonablemente bien; el PIB, el empleo, el déficit, el superávit exterior o las cuentas exteriores, etcétera. Eso no me preocupa. Dejo para lo último las cuentas públicas. Creo que aquí hay que volver a darle una vuelta para intentar volver a una senda fiscal mucho más de cuentas equilibradas, porque no es normal que en la fase de crecimiento económico sigamos teniendo déficit público. Cuando hay crecimiento económico, los gastos en teoría se moderan, porque no hay tanto desempleo, etcétera. Y por otro lado los ingresos aumentan, y no estamos logrando ese equilibrio. Hay que ser razonables y volver a una senda cercana al equilibrio de las cuentas públicas. En cuanto al mercado de trabajo, tenemos un desempleo diferencial con el resto de Europa. Es verdad que no ha aumentado, pero tenemos una mayor parte de la población desempleada y en buena medida jóvenes. Es un indicador que me preocupa. Y respecto a las medidas, hay que buscar medidas que eviten ser populistas y que intenten mejorar la competitividad de las empresas y de la economía española. Y de eso se ve poco desde hace tiempo; ya no solamente de este Gobierno, sino desde hace tiempo, y sería muy importante que se hiciera.

No es normal que en la fase de crecimiento económico sigamos teniendo déficit público

¿Qué reformas piensa que deberían llevarse a cabo con mayor urgencia en España, por qué y cómo?

–Todo lo que sea mejorar la competitividad, evitar trabas a la actividad empresarial, potenciar la digitalización de la economía española, son cosas que ya sabemos hace mucho tiempo. Las reformas las tenemos siempre en mente todo el mundo. Una de las reformas que se puede producir a lo mejor ahora genera más problemas que otra cosa, que es la reforma de la financiación autonómica, que es necesaria desde hace mucho tiempo, porque hay comunidades autónomas que tienen déficit estructurales por cómo están confeccionadas y el proceso de financiación. Pero bueno, vamos a esperar. Me gustaría más ver un plan económico que contenga medidas concretas, más que pensar en grandes reformas que muchas veces se anuncian y luego realmente luego nunca se acometen. Aumentar la competitividad y la productividad es lo que nos llevará a tener una economía en la que haya más calidad de empleo, mejores salarios y aumentar el bienestar de todos.

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