Las preguntas del cupo catalán que Sánchez no responde
El Gobierno dice que el sistema fiscal para Cataluña es bueno para toda España, pero no explica por qué
El cupo catalán es aberrante, pues rompe con la solidaridad entre las regiones, al acabar con el régimen común y atentar gravemente contra la normativa existente, que impide que exista dicho régimen fiscal para Cataluña, pero que Sánchez está empeñado en concederles para seguir en La Moncloa.
No es sólo que le dé a Cataluña la caja a costa del dinero del resto de españoles para sanidad o educación. Es que supone, de facto, concederles una especie de independencia fiscal que hace volar por los aires la Constitución.
Sánchez, Montero y todo el Gobierno dicen que el sistema fiscal para Cataluña es bueno para toda España, pero no dicen por qué, como tampoco terminan de explicar en qué consiste el cupo catalán.
Ante esto, hay una serie de preguntas sobre el cupo catalán que Sánchez –ni Montero– responde:
1. ¿Le va a dar a Cataluña la gestión y recaudación de todos los impuestos?
2. ¿Cómo pretende aplicarlo con la normativa existente, pues va en contra de la LOFCA y de la Constitución?
3. ¿Qué va a aportar Cataluña a la Administración General del Estado y cómo se va a calcular?
4. ¿Va a haber aportación catalana a la solidaridad del resto de regiones y va a ser permanente o temporal?
5. ¿Cómo va a cubrir lo que deje de aportar Cataluña, que sirve para financiar parte de la sanidad o educación de otras regiones, como, por ejemplo, Castilla-La Mancha y Asturias?
6. ¿Va a poner el Gobierno ese dinero que deje de aportar Cataluña? ¿Cómo va a obtenerlo en un entorno de reglas fiscales?
7. ¿Va a obligar a Madrid y a Baleares a que cubran lo que deja Cataluña de aportar?
8. ¿Va a dejar sin cubrir lo que deja de aportar Cataluña y, por tanto, las regiones receptoras netas perderán esos 2.000 millones de euros?
9. Si los independentistas catalanes consiguen el cupo catalán, ¿va a seguir el resto de España costeando la parte catalana de la Seguridad Social, que es deficitaria?
10. ¿Cómo piensa cubrir los cerca de 30.000 millones de euros –menos lo que Cataluña aportase de cupo– que la Administración General del Estado recauda ahora en Cataluña y que perdería al entregarles el sistema fiscal propio?
11. ¿Qué inversiones en carreteras, ferrocarriles y demás infraestructuras piensa dejar de hacer en el resto de España para compensar lo que pierde la AGE por el cupo catalán?
12. ¿Piensa, además, condonarles la deuda, para que no tengan lastre en una hipotética independencia?
13. ¿Va a conceder, como sugirió Montero, un sistema singular a todo el que lo pida?
14. ¿Cómo va a garantizar con el cupo catalán la solidaridad entre las regiones?
15. ¿Cómo se va a sostener la igualdad de todos los españoles en el derecho a recibir unos servicios públicos fundamentales equivalentes?
Son preguntas sin respuesta porque no se la pueden dar, porque saben que el cupo catalán, además de ilegal, es inviable, insolidario, injusto e ineficiente, y que la propuesta sólo es fruto de una transacción para que Sánchez siga en La Moncloa e Illa fuese investido presidente de Cataluña. Son preguntas que no debería haber sido necesario plantear, porque nunca debió acordarse esta aberración. Son preguntas que llevan a la necesidad de dimisión del presidente del Gobierno, cosa que sucedería si tuviese dignidad.
- José María Rotellar es profesor de Economía y director del Observatorio Económico de la UFV