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21 de septiembre de 2024

Análisis económicoJosé Ramón Riera

La Seguridad Social, medalla de oro en déficit: 25.000 millones en los seis primeros meses

O de verdad atacamos el problema serio que tenemos, o simplemente esperamos, lo dejamos engordar y el día que venga un problema con la deuda mundial o la deuda española se liará más que guapa

Actualizada 04:30

La Intervención General del Estado ha publicado ya los resultados oficiales, a 30 de junio, de la Administración Central del Estado, de la Seguridad Social, de las comunidades autónomas y del consolidado de todas ellas, que iremos analizando en los próximos artículos.

Hoy es importante empezar por el organismo de la Seguridad Social, porque es una máquina de generar déficit, que en la empresa privada se diría que es una máquina de perder dinero.

En el mundo empresarial, cuando una empresa, se convierte en una máquina de perder dinero, solo caben dos alternativas. La primera es una reestructuración ajustando gastos a ingresos y para ello muchas veces se necesita una ampliación de capital o una renegociación de la deuda con la banca. O, si esto no es posible, solo queda la alternativa de presentar concurso de acreedores y preparar con el Administrador concursal el cierre de esta.

Cuando hablamos de un organismo como la Seguridad Social, la segunda posibilidad a corto plazo no es posible. Y digo a corto plazo, porque si la situación sigue creciendo mes a mes, trimestre a trimestre y año a año, llegará un día que el déficit o las pérdidas serán tan grandes que terminarán por hacer colapsar el sistema económico y financiero del Estado, que se verá abocado a un default o impago de las obligaciones contraídas.

Por ello es urgente tomar una decisión de lo que en empresa se llama reestructuración y que aquí deberíamos llamar «generar un nuevo modelo de financiación de las pensiones contributivas» que son el mayor peso que tiene el organismo de la Seguridad Social.

La recaudación ha crecido en los seis primeros meses del año un 7,1 %, cuando en el 2023 creció un 9,3 %, mientras que los cotizantes a la Seguridad Social crecen en los 6 primeros meses del año un 2,1 % y en el 2023 crecieron un 2,9 %. Esto quiere decir que estamos recaudando más dinero porque las subidas de salarios, al no ser deflactados los baremos de cotización, hacen que sólo haya un beneficiado y muchos perjudicados: el beneficiado la Seguridad Social y los muchos perjudicados, los trabajadores y los empresarios.

Va a llegar un momento en que la inflación se va a parar y los ingresos solo se van a ver incrementados por nuevos cotizantes, que vemos que son muy inferiores al crecimiento de los ingresos, o por nuevos impuestos, que dejarán la competitividad de muchas empresas por los suelos y terminarán llevándose por delante a muchas de ellas.

Por lo tanto, la reestructuración por la vía de los ingresos está muy complicada sin la inflación o sin un cambio estructural del modelo de contratación que con este gobierno es imposible.

La otra alternativa es la reforma de las pensiones y hoy nadie le quiere poner el cascabel al gato y al no hacerlo estamos ya en tiempo de descuento y si no lo estaremos dentro de poco, pero aniquilaremos seguro el sistema actual por incapacidad de pago, que vendrá dado por la incapacidad de financiar nueva deuda.

Y esta es la situación que tenemos hoy:

Cómo podemos, ver la partida de ingresos por cotizaciones sociales se ha ido en seis meses a 98.395 millones, pero para poder pagar se han tenido que enviar por Transferencias Corrientes y de Capital, 28.706 millones que son un 10 % más que en 2023 y, por otro lado, las prestaciones sociales se han ido a 117.051 millones (creciendo también un 7,1 %), hemos dado oficialmente un superávit de 3.674 millones que realmente suponen un déficit de 25.032 millones, un 6,8 % más que en 2023.

Esta es la cruda realidad. Se podría hacer algo que ningún político quiere hacer, que es congelar sine die la subida de las pensiones, como ya hizo Zapatero por un año y eso permitió a Mariano Rajoy sacar mayoría absoluta en las elecciones de noviembre de 2011.

Así que o de verdad atacamos el problema serio que tenemos, o simplemente esperamos, lo dejamos engordar y el día que venga un problema con la deuda mundial o la deuda española, ese día le echaremos la culpa al anterior pero se liará más que guapa. Eso sí, sólo habrá unos perdedores: los pensionistas.

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