La Seguridad Social ya transfiere más de 45.400 millones de euros de otras partidas para poder pagar las pensiones

Los datos del cierre de mes de junio de la Seguridad Social, tal como era de esperar, han sido especiales.

Lo esperado era que hubiesen tenido que mandar, aproximadamente, unos 14.000 millones de euros, que hubiesen dejado un déficit de unos 1.000 millones y que hubiesen presentado unas cuentas aseadas pero sin grandes datos llamativos.

Después de lo que ha pasado, ya empiezo a tener claro cuál es la estrategia de este gobierno con respecto a Bruselas.

El cierre del segundo semestre no les importa demasiado, están convencidos de que los riesgos empiezan en el cierre de septiembre cuando hay que enviar el plan de ingresos y gastos y, por descontado, el déficit, junto con el plan de deuda consolidada de todas las Administraciones Públicas.

Por eso han preferido dar el cante en la deuda pública, que se la han llevado al 99,8% del objetivo del año, hasta 1,625 billones, para así meter caja en los sitios que más le preocupan a la Comisión Europea, que en nuestro caso es tema de las pensiones.

Por eso han decidido, no tanto presentar un superávit en las cuentas, que también, sino dejar en la caja el suficiente dinero para no tener que hacer ni una sola transferencia a este organismo que cerrará septiembre en superávit y, por lo tanto, pasarán esa parte del examen con brillantez y sin llamar la atención.

Hay que reconocerles que tienen buenos técnicos dentro del equipo, porque esto no se le ha podido ocurrir ni a la ministra Montero, ni a la ministra Saiz.

Obviamente, todo dependerá del resultado de diciembre y de las previsiones que presenten en marzo para el 2025, donde pueden llegar los momentos más difíciles y complicados, sobre todo si no han sacado los Presupuestos Generales adelante.

Veamos lo que nos espera y lo que ha pasado en los últimos 4 trimestres completos

En el tercer trimestre del 2023, solo fueron necesarios enviar 5.168 millones y se pudo presentar unas cuentas con un superávit de 924 millones que tranquilizó a Bruselas. Esto significa que en junio del año pasado se hizo una jugada parecida, aunque no la detecté.

En el cuarto trimestre se enviaron 9.952 millones y se presentaron unas cunetas finales con un déficit de 8.211 millones porque no había para todo y para todos y se tuvo que dejar así el problema. Lo que quiere decir que realmente se tendrían que haber enviado 18.000 millones para cuadrar las cifras.

Esto quiere decir que, si se envía la misma cantidad que el año pasado, las transferencias habrán llegado a 50.000 millones y muy posiblemente haya otro déficit muy parecido al del 2023.

Todo esto lo que demuestra es que la Seguridad Social va a necesitar, como llevo diciéndolo desde principios del año, una cifra muy cercana a los 50.000 millones y que ya con los datos de junio se demuestra que es así.

Al final, a medida que se van teniendo datos, está más que claro que la deriva del Organismo de la Seguridad Social es un auténtico pozo sin fondo, o si se prefiera un agujero negro en el espacio, que absorbe todo lo que se le acerca.

Cada mes que pasa es peor y se acumulan los problemas en modo bola de nieve, que cuando alcance un tamaño determinado destruirá todo por donde pase

50.000 millones en un año solo en este Organismo es más del total del déficit previsto para el conjunto de todas las Administraciones y sabemos que las Comunidades en 5 meses llevan 10.000 millones y que van a seguir subiendo, salvo que se aumente las Transferencias Corrientes desde Hacienda. Pero eso está complicado, no hay dinero para todo y para todos, pero no se quiere reconocer y al no hacerlo no se toma ninguna medida, con lo cual, cada mes que pasa es peor y se acumulan los problemas en modo bola de nieve, que cuando alcance un tamaño determinado destruirá todo por donde pase.

Todo pueden ser las pensiones, todo pueden ser los salarios de los empleados públicos, o todo puede ser también el Estado de las Autonomías y dos de sus grandes partidas, la Sanidad y la Educación.

Veremos por donde deriva la bola de nieve, que tiene pinta que ya es imparable.