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17 de septiembre de 2024

Análisis económicoJosé Ramón Riera

O Montero nos miente o aquí no se gasta ni en bolígrafos

Actualizada 04:30

Acaba de publicar el Ministerio de Hacienda una nota de prensa laudatoria, como no, por lo bien que lo está haciendo ella, como ministra plenipotenciaria del Gasto Público Español y del 50% de los ingresos, y nos deleita con una de las elucubraciones mentales más espectaculares que he leído en mi vida.

Para empezar la nota de prensa empieza hablando del déficit de las comunidades a mayo, que fue de 10.446 millones. Es cierto, pero se le olvida decir dos cosas: que ese déficit es un 40% más que el año pasado y que el objetivo de este año presentado a Bruselas es de un superávit casi de 1.000 millones.

Luego sigue tirando cifras, pero ya sin desglosar, y lo único interesante que dice es que el déficit a junio ha bajado porque los ingresos crecen un 6,5% y los gastos sólo un 1,5%.

Con lo cual, como dicen los castizos, blanco y en botella. O no se ha gastado ni en bolígrafos, o simplemente se nos ha olvidado contabilizar aproximadamente 28.000 millones de euros.

Pero acaba de sacar el Banco de España la deuda consolidada bajo el Protocolo de Déficit Excesivo y nos acaba de soltar encima de la mesa una deuda de 1.625 billones de euros, que supondrá un incremento de 56.000 millones, en los últimos 12 meses. Algo muy difícil de comprender con el déficit anunciado de 18.000 millones consolidados, que suponen un 24% menos que en junio de 2023.

No puede ser que tengamos un déficit 33.000 millones más bajo que la deuda que hemos tenido que asumir. Es cierto que la deuda es para pagar, posiblemente gastos atrasados que se han contabilizado después de haberse producido, pero no se aguanta por ningún lado que los gastos sólo hayan decrecido en 6.663 millones con respecto al primer semestre de 2023%.

Para que vean que aquí no cuadra nada, les voy a poner los datos que se encuentran en la web del Ministerio de Hacienda, en el Banco de Datos Económico-Financieros, y que he preparado para que ustedes lo vean, que no es otra cosa que lo que nos gastamos hasta junio de 2023 y lo que nos hemos gastado hasta junio de 2024 en todas las operaciones no financieras, es decir sin contar la amortización de deuda y préstamos.

Y aquí ya aparece la situación tan abracadabrante, según la ministra Montero, llevamos gastado 6.662 millones menos que el año pasado.

Donde el ministerio no puede ocultar datos es en el tema de las nóminas de los empleados públicos. Aquí vemos que llevamos 372,5 millones más que el año pasado, porque no se ha reconocido todavía la subida del 2,5% de los salarios públicos a pesar de que ya se sabe que en julio ha tenido que hacerse efectivo el pago del mes y los retrasos de los 6 meses, con lo cual está cifra contablemente se puede aceptar, aunque esto coloca al mes de julio en el disparadero de gastos. Pero resulta que se nos olvida que en junio hay paga extra a todos los empleados públicos y es sorprendente que con respecto a 2023 solo hayamos crecido ese ridículo importe. «Tampoco es tan importante», debe de pensar la ministra.

Dice Montero que en gastos corrientes de bienes y servicios nos hemos gastado 101,7 millones menos, cuando todos los gastos de este país han subido por lo menos por la inflación

La segunda partida ya no se la cree ni María Jesús Montero, que dice que en gastos corrientes de bienes y servicios nos hemos gastado 101,7 millones menos, cuando todos los gastos de este país han subido por lo menos por la inflación. Si mientes ya en un gasto como este, que es el menor peso de todas las partidas, que no se hará con las grandes.

La tercera partida son los gastos financieros, la tajada más importante son los intereses de la deuda que han contabilizado 10.109,7 millones, cuando en el mes de mayo llevaban 9.873,6 millones a razón de 1.975 millones y este mes han contabilizado solo 236,1 millones, o sea que como mínimos se han dejado de contabilizar 1.740 millones, claro que para Montero 1.000 millones no son nada «Txiqui».

Tercera partida trucada y pillada y ya van tres de tres.

Y llegamos a la gran partida en donde se hacen las transferencias a la Seguridad Social que ya vimos que habían subido un 18% a mayo. Y en junio, con doble paga a los pensionistas, ha tenido que pegarse un subidón, teniendo en cuenta que el gasto por pensiones está ya muy cerca de los 12.500 millones mensuales. Pues va y nos dice la ministra en su web que ha necesitado 7.059 millones menos que el año pasado. Lo mismo, el día que dijo que se contabilizase esto igual se había tomado un copazo, porque si no, no lo entiendo. No puede ser que en el cierre de junio hayamos transferido 59.241 millones a Comunidades y Seguridad Social cuando el año pasado les transferimos 66.301 millones. Señora, esta trampita es un poco más burda y menos refinada.

Y llevamos ya cuatro de cuatro cosas que no cuadran.

Las inversiones reales me las voy a creer porque son 104,6 millones más que el año pasado y así nos va con los transportes por ferrocarril, que le hemos debido dar el dinero al Tito Berni para que se vaya con los amigos de juerga a Ramsés.

Las transferencias de capital, que son 1.891 millones menos, que ya estamos en las mismas.

Pero creo que ya he explicado suficientemente bien que la situación no parece que haya sido un control del gasto que no ha permitido ni comprar bolígrafos es, simplemente, lo más sencillo, el asesino ha sido Richard el mayordomo.

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