Problemas y contradicciones de la PAC, la transición ecológica y su impacto en los sectores agrícola e industrial
¿Tiene sentido sacrificar Europa a pesar de que otros países con un impacto mucho mayor en las emisiones sigan sin tomar grandes medidas?
La recientemente rebautizada gota fría en valencia como DANA puede tener impactos devastadores en el futuro de la región, relacionados con el futuro de su actividad economía y la pérdida de su tradicional huerta valenciana, pero también en otros sectores industriales, en particular en el tejido de las pymes del sector industrial.
El tema tiene muchas aristas que pueden ilustrar cómo las políticas europeas están afectando al sector agrícola de manera compleja y, a menudo, contraproducente.
1. La Reforma de la PAC y su Impacto Económico y Burocrático sobre los Agricultores
• Costes Burocráticos y Requisitos Administrativos: la reforma de la PAC ha añadido una carga burocrática considerable para los agricultores, quienes necesitan documentar y demostrar el cumplimiento de prácticas sostenibles y de reducción de emisiones. Esta carga administrativa es particularmente inasumible para agricultores pequeños y medianos que no tienen los recursos necesarios para gestionar estos requisitos.
• Costes de Cumplimiento vs. Ayudas Insuficientes: la transición ecológica exige la adopción de prácticas costosas, como reducir fertilizantes y pesticidas, implementar técnicas de rotación de cultivos o agricultura ecológica. A menudo, los pagos de la PAC son insuficientes para cubrir estos costes, lo que significa que muchos agricultores están perdiendo dinero, en lugar de recibir apoyo para mantener sus ingresos, como era el objetivo de la PAC en su creación, garantizar unos ingresos suficientes al sector.
La DANA puede tener efectos devastadores para la huerta valenciana
• Contradicción de la Descarbonización en el Sector Agrícola: la PAC impone objetivos de descarbonización que, en países como España, tienen un impacto ambiental marginal, ya que la contribución de este sector a las emisiones totales de gases de efecto invernadero es reducida en comparación con otros sectores. Esto plantea la pregunta de si el coste de la transición ecológica en el sector agrícola es justificado en términos de impacto ambiental.
2. Distribución Desigual de las Subvenciones de la PAC
• Concentración de Fondos en las Grandes Explotaciones: En 2020, el 0,5 % de las explotaciones más grandes de Europa recibieron el 16,6 % de los fondos de la PAC, mientras que el 75 % de los pequeños y medianos agricultores recibieron solo el 15 % de los fondos. Las ayudas se distribuyen en función de la cantidad de hectáreas, lo que favorece a las grandes explotaciones y deja a las pequeñas con subvenciones mínimas, a menudo de menos de 5.000 euros.
• Inequidad y Justicia Social: Este sistema de reparto basado en hectáreas contradice el espíritu de justicia social y de apoyo a los pequeños productores que la PAC debería promover. Además, se contrapone a la idea de una transición verde viable para la mayor parte de las explotaciones.
3. Apertura de Mercados y Liberalización del Comercio Agrícola
• Impacto de los Acuerdos de Libre Comercio: la eliminación de aranceles para productos agrícolas de fuera de la UE ha permitido la entrada de alimentos a precios más bajos, lo que ha beneficiado a las grandes empresas de distribución y perjudicado a los productores europeos. Este fenómeno ha hecho que los agricultores europeos, que operan bajo estrictas regulaciones y mayores costes de producción, se vean en desventaja competitiva frente a importaciones más baratas.
Por otro lado, no favorece tampoco al consumidor, que a menudo se encuentra con productos alimenticios que no cumplen la normativa europea de aditivos, pesticidas y seguridad alimentaria, y que han entrado en la zona comunitaria donde pueden circular libremente sin que el control de fronteras haya prohibido su entrada. No es la primera que supermercados como @ALdi, desechan partidas de frutas y verduras procedentes de países terceros por esa razón. Sin embargo, no todos los negocios tienen la capacidad de realizar análisis, ni aunque la tengan, los llevan a cabo.
4. Contradicciones entre la PAC y la Transición Agroecológica
• Modelo Productivista vs. Agroecología: la PAC sigue premiando a los grandes productores y promueve un modelo productivista, basado en la cantidad de hectáreas, lo cual contradice el objetivo de una transición agroecológica. No se entiende que Bruselas en lugar de tomar medidas para reformar un sector anclado en una política económica keynesiana, no favorezca reformas hacia una PAC con medidas sociales en el sector para preparar una verdadera transición ecológica en el mismo.
No se entiende que Bruselas no favorezca reformas hacia una PAC con medidas sociales en el sector para preparar una verdadera transición ecológica en el mismo
• Forzando la Venta de Tierras: las normativas y el sistema de subvenciones están llevando a los agricultores pequeños y medianos a una situación de inviabilidad económica. Estas ventas de tierras, favorecen la consolidación de grandes explotaciones, la entrada de multinacionales, en detrimento de las comunidades rurales y de la economía local y la conversión de extensiones importantes cultivables en explotaciones energías renovables, huertos de placas fotovoltaicas fundamentalmente.
5. El Rol de España en la Estrategia Energética Europea
• Transformación de España en Productor de Energía Verde: En los foros de energía europeos, se habla de un potencial modelo energético según el cual España tendría el rol de productor de energía verde fotovoltaica para Europa, aprovechando su clima y geografía. Esta estrategia, si bien puede ser positiva desde el punto de vista energético, no puede llevarse a cabo a base de demonizar al sector primario y sustituir cultivos por huertos solares.
¿Porque, alguien ha analizado el impacto ambiental y climático de suplantar decenas de Ha de superficies de placas solares con un efecto espejo en lugar de contar con cultivos y destruir así ecosistemas agrarios enteros?
¿Alguien ha calculado el impacto en el cese de la actividad de las explotaciones que no podrán adecuarse a estas exigencias?
¿Se ha considerado el impacto en el paisaje y en la materia prima del primer sector en otros sectores de gran impacto en el PIB como el turístico?
El conjunto de las medidas está forzando a muchos pequeños y medianos agricultores y ganaderos a vender sus tierras o abandonar el sector
El conjunto de todos estas medidas está forzando a muchos pequeños y medianos agricultores y ganaderos a vender sus tierras o abandonar el sector, lo que beneficia a las multinacionales y a grandes empresas agroindustriales. Este fenómeno podría repetirse de manera similar a como, tras la entrada de España en la UE, se impulsó la desindustrialización de España y, como sigue sucediendo en el sector industrial, que ha perdido un 30 % de sus empresas en 15 años, cuenta con producción en niveles de 1995 y con un peso en el empleo en mínimos históricos.
Si analizamos el impacto de España en las emisiones anuales vemos que apenas rondan los 254 millones de toneladas de CO2 frente al caso de China, en el que la cifra supera los 12.670 millones de toneladas y creciendo. Las emisiones per cápita apenas llegan a 5,48 toneladas, mientras el país asiático tiene una cifra un 60 % superior, alcanzando las 8,85 toneladas.
España también está por debajo del resto de países desarrollados: Finlandia (6,64 toneladas), Noruega (7,62 toneladas), Alemania (8,16 toneladas), Japón (8,61 toneladas), Rusia (13,31 toneladas), EEUU (14,44 toneladas), Australia (15,12 toneladas), Canadá (15,22 toneladas), Arabia Saudita (16,98 toneladas). No obstante, España cuenta con no pocos impuestos ambientales: hidrocarburos, el valor de producción de energía eléctrica, la utilización del agua para producir energía eléctrica, medios de transporte, etc. que encarecen sustancialmente el día a día de ciudadanos, empresas y agricultores y ganaderos.
Esto se suma a los derechos de emisión de CO2 para poder desempeñar cualquier actividad que produzca gas, incluso el agrícola y ganadero (gas metano). El gas determinará así el precio de la energía en España, encareciendo aún más la factura de la luz, a partir de 2025, implementando de forma implacable el Pacto Verde Europeo, conjunto de propuestas para adaptar las políticas de clima, producción agrícola y ganadera, energía, transporte y fiscalidad para reducir drásticamente las emisiones de CO2.
La realidad ha demostrado, sin embargo, que por mucho que Europa exija, el incremento en el consumo de carbón por parte de China supera con creces el descenso en el resto del mundo, cuestionando en la práctica estas medidas anticompetitivas para la producción económica en la UE. Paradójicamente, China es además el mayor proveedor de los países europeos de productos esenciales para la «transición energética»: paneles solares, biocombustibles y turbinas eólicas, superando sus exportaciones los 20.000 millones de euros solo con estos tres productos.
Así, mientras China aprovecha, España y Europa se desindustrializan y están en vías de dejar de poder suministrar la alimentación a los ciudadanos europeos, vaciando una Política Agrícola Común que buscaba la defensa de la salud y la protección de los consumidores europeos, además de garantizar el nivel de vida de los productores.
Las inflexibles exigencias de la nueva regulación europea favorecen la inversión de fondos de inversión y multinacionales norteamericanas fundamentalmente que cada día compran empresas europeas de cualquier sector, incluido el agrícola, a precio de saldo frente a su pérdida de competitividad y la dificultad para salir adelante ante el maremágnum regulatorio y los costes de producción.
Esperemos que el Gobierno se sensibilice ahora con la destrucción económica de Valencia y tome medidas para paliar la devastación que se ha producido
Además, el Pacto Verde, junto con la directiva de defensa de la Naturaleza, bajo la promesa de devolver a su estado natural los ecosistemas, promueven la destrucción de presas, aun a pesar de la sequía. España lidera hoy en la UE la destrucción de presas y embalses. Expertos en ingeniería hidráulica como el profesor Rafael Magro han subrayado como sin las presas en la región de Valencia, el impacto destructivo de la dana, hubiera sido aún mayor. Esperemos que el Gobierno se sensibilice ahora con la destrucción económica de la región y tome medidas para paliar la devastación que se ha producido, evitando estrangular económica a las zonas afectadas.
Por concluir, es como si Europa acudiera a las olimpiadas a competir en velocidad con un tiro en ambos pies.
¿Tiene esto sentido? ¿Sacrificar Europa salvará el planeta, a pesar de que otros países con un impacto mucho mayor en las emisiones sigan sin tomar grandes medidas? ¿Quiénes son los grandes beneficiarios de este sacrificio?
- Mirian Izquierdo. PhD en economía, fue miembro responsable de la política agrícola y la política industrial en el gabinete del miembro de la Comisión Europea Marcelino Oreja. Es autora de los libros Manual de la empresa ante la Unión Europea; La Unión Europea ante la entidades locales y territoriales.