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Imagen de la sesión en el Congreso de la Comisión de Hacienda

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Cae el impuesto al diésel, la salud privada y las Socimis, sigue el de grandes ahorradores y vapeo y patada adelante para el de bancos y energéticas tras el caos en el Congreso

Una de las Comisiones más caóticas que se recuerdan deja a la reforma fiscal de María Jesús Montero, como poco, deslavazada. La Comisión de Hacienda logro salvar este martes (en una sesión que empezó el lunes) el impuesto global del 15 % a las multinacionales pactado con Bruselas, pero optó por tumbar el grueso de las alzas de última hora acordadas en las últimas semanas por PSOE y Sumar.

Así, a la espera de la votación del Pleno de este jueves, la Comisión de Hacienda validó (tras cuatro horas de suspensión para lograr los apoyos y alguna que otra súplica captada por las cámaras) el proyecto de Ley del impuesto mínimo a las multinacionales con los votos de PSOE, Sumar, PNV, Junts, ERC, Bildu y BNG y el voto en contra de PP y Vox.

Además, mediante una transaccional, los socialistas han logrado acordar con Junts subir al 15 %, frente al 14 % actual, la base liquidable del ahorro en rentas de más de 300.000 euros. En el caso de los contribuyentes que tuviesen su residencia habitual en el extranjero, el porcentaje asciende hasta un 30 % a partir de los 300.000 euros.

Esto afecta a rentabilidad por los intereses de las cuentas corrientes y depósitos, la rentabilidad por los dividendos de las acciones, así como el resultado de los fondos de inversión y la venta de acciones.

Sí se han aprobado enmiendas tanto de PSOE como del PNV para añadir deducciones en el IRPF por obras de mejora de eficiencia energética y para combatir el fraude en el IVA de hidrocarburos. También el alza prevista al vapeo, con lo que los líquidos para vapeadores que contengan hasta 15 mg de nicotina por mililitro pagarán 0,15 euros por mililitro, y aquellos que superen esa concentración, el impuesto subirá a 0,20 euros. Además, las bolsas de nicotina tendrán una tarifa de 0,10 euros por gramo. Igualmente ha salido adelante el alza impositiva a los pisos turísticos, del 10 % actual al 21 %.

Por el contrario, la coalición de Gobierno ha visto tumbadas las alzas pactadas al litro de diésel para equiparar su fiscalidad a la gasolina (unos nueve céntimos por litro a 14 millones de conductores), los seguros de salud (que iba a afectar a 12 millones de beneficiarios con un recargo del 8 %) o las sociedades de inversión inmobiliaria. Algunas de ellas, como Colonial o Merlín, habían avanzado su intención de mover su sede del país de salir adelante.

Más dudoso y rocambolesco es el futuro de los impuestos especiales a energéticas y bancos. Sobre el primero, pese a prometer hace semanas su finalmente, el PSOE aceptó anoche in extremis prorrogarlo durante un año junto a ERC, Sumar y Bildu, para intentar evitar que cayera todo el paquete fiscal. Eso sí, irá aparte en un nuevo real decreto ley que deberá aprobar el Consejo de Ministros. No obstante, su convalidación final en el Pleno del Congreso sigue en manos de PNV (que ya aceptó tramitarlo si se le transfiere a las Haciendas vascas para que lo bonifiquen) y sobre todo, de Junts, que se opone.

De hecho, casi en paralelo a la negociación parlamentaria, Hacienda emitió un comunicado asegurando que «el Gobierno quiere aclarar que mantiene su acuerdo con Junts para grabar a las empresas energéticas que mantengan su compromiso efectivo de inversión para la descarbonizacion».

La derrota más significativa es que no ha prosperado la transformación del gravamen a la banca en un impuesto que, conforme a lo pactado con el PNV, iban a gestionar las haciendas forales. En ese clima de falta de acuerdo al PSOE no le ha quedado otra que prometer a ERC, BNG y EH Bildu intentar tramitar el impuesto a la banca en el pleno del jueves.

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