Sánchez avanza hacia el control total del poder económico con la CNMC como próximo objetivo
El Gobierno ha ido colocando afines en las instituciones desde que comenzó su andadura en el año 2018
El Gobierno de Sánchez ha ido avanzando en su colocación de afines en las instituciones desde que comenzó su andadura en el año 2018. En la actualidad ya son más de cuarenta las que tiene colonizadas, y entre ellas se encuentran lógicamente las económicas.
El cambio al frente del Instituto Nacional de Estadística (INE) fue uno de los que más llamó la atención. Ya han pasado más de dos años desde que Elena Manzanera sustituyó a Antonio Rodríguez Poo, y su trayectoria ha dejado algunos hechos llamativos. Entre ellos está la sorprendente revisión al alza del PIB realizada el pasado mes de septiembre. Como contábamos en este artículo, las mayores correcciones hacia arriba se situaron en el primer trimestre de 2021, que coincidió con la nevada de Filomena, y el primer trimestre de 2022, que fue el del inicio del conflicto en Ucrania. Se trata de dos periodos en los que es difícil que ocurra una reactivación económica.
El cambio de presidente en el INE ya ha dado lugar a una revisión llamativa del crecimiento del PIB
La otra gran polémica se ha dado con el Banco de España. Después de muchas especulaciones, José Luis Escrivá tomó posesión del cargo el 6 de septiembre, después de haberse acostado el día anterior como ministro. Pese a las críticas por lo poco ético del nombramiento, el Gobierno siguió adelante, y Escrivá ya ha ido amoldando el personal de la institución para que trabaje como él quiere.
Tras la renovación y colocación de alguien afín en las dos principales instituciones de control de las cifras globales de la economía española, llegó el turno de escoger al apropiado para el organismo encargado de los mercados financieros: la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). En este caso ha habido sorpresa. Todo apuntaba a que la elegida como nueva presidenta sería la catalana Montserrat Martínez Parera, cercana al Partido de los Socialistas de Cataluña (PSC), pero finalmente se ha optado por Carlos San Basilio, que también ocupó cargos con el PP. Quienes le conocen dicen que es más manipulable de lo que habría sido Martínez Parera, aunque a la vez tiene fama de ser un gran profesional.
Resuelta la situación en la CNMV, que era la más urgente por la finalización del mandato del actual presidente el 16 de diciembre, ahora se esperan más novedades en la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).
La CNMC se perfila como el próximo caramelo político del Gobierno para enganchar a PNV, Junts, Sumar o Esquerra
De momento se ha rotado a las consejeras Pilar Sánchez y María Jesús Martín, como estaba previsto (las reglas internas prevén que cada mes de diciembre roten los consejeros más antiguos de cada sala que todavía no lo hayan hecho). Con ello la Sala de Competencia a partir del 1 de enero queda formada por Bernardo Lorenzo, Xabier Ormaetxea y Pilar Sánchez, bajo la presidencia de la presidenta de la CNMC, Cani Fernández. La Sala de Supervisión Regulatoria queda compuesta por Josep María Salas, Carlos Aguilar y María Jesús Martín, con el mando transitorio del consejero de mayor antigüedad: Josep María Salas.
Los huecos que dejará la CNMC, que acumulan un año y medio de retraso en su renovación, son los que el Gobierno puede utilizar para satisfacer a Sumar, PNV, Junts o Esquerra, entre otros. Serán cuatro: dos por sala.
Los consejeros cuyo mandato termina en principio este año en la Sala de Competencia son Bernardo Lorenzo, nombrado a propuesta del PSOE, y Xabier Ormaetxea, del PNV. Si finalmente se crea la Comisión Nacional de la Energía (CNE), diversas fuentes consideran muy probable que el PNV renuncie a su sillón en la CNMC para cambiarlo por la vicepresidencia del futuro regulador energético. Le interesa más, ya que Iberdrola tiene su sede social en el País Vasco y Petronor, filial de Repsol, es la principal contribuyente a la Hacienda Foral de Vizcaya.
Con ello cuadraría todo, pues el número de sillones en el consejo de la CNMC se reduciría probablemente de ocho a seis si se crea la CNE. Los cuatro cesantes este año serían sustituidos casi con toda probabilidad por candidatos del PSOE, y todo apuntaba a que los dos que acaban en 2026 (Pilar Sánchez y María Jesús Martín) no serían renovados. También se ha dicho en algún momento que María Jesús Martín, que fue directora de Energía en la CNMC y es una gran profesional, podría ser la nueva presidenta de la CNE. Para ello tendrá que imponerse a Mariano Bacigalupo, el marido de Teresa Ribera, que podría dejar la CNMV para dirigir la nueva CNE, ya que es un experto en derecho energético.