La pensión media ha crecido un 35 % desde 2007 pese al estancamiento de los salarios
Un informe publicado por el Banco de España pone en relieve el incremento de los tipos efectivos sobre los sueldos para garantizar la sostenibilidad del sistema
Dos Españas se alejan cada vez más desde 2007. Son, por un lado, la de los que perciben un salario, público o privado; y por otro lado, una pensión. Y es que, mientras el salario medio real se ha mantenido prácticamente estable desde 2007, la pensión media ha registrado desde entonces «un aumento significativo», superior al 35 %.
El documento advierte del creciente gasto público asociado a pensiones, sanidad y cuidados de larga duración fruto del envejecimiento de la población. Según datos de la Comisión Europea, los gastos asociados a estas partidas crecerán en 5,9 puntos porcentuales del PIB hasta 2050, en comparación con 2022.
El informe, titulado Los retos del envejecimiento poblacional para los ingresos públicos y firmado por David López Rodríguez y Roberto Ramos, pone de manifiesto además cómo los trabajadores españoles afrontan un mayor mordisco a sus salarios en concepto de cotizaciones sociales para garantizar la sostenibilidad del sistema de pensiones.
Según detallan, en España, los ingresos por cotizaciones sociales en 2022 se situaron en el 12,8 por 100 del PIB y representaron el 34 por 100 de los ingresos impositivos, frente a un 10,8 por 100 del PIB y el 29,6 por 100 de los ingresos del promedio simple de las economías de la UE-27.
No solo ello, sino que además, recuerda el informe, el Estado se ha aprovechado del reciente episodio inflacionario para «generar un aumento de la recaudación derivado de las rentas del trabajo en un contexto de caída de los salarios reales». A este respecto, la indexación de las pensiones al IPC y la no deflactación de la tarifa del IRPF han generado un incremento de los ingresos por lo que los economistas denominan progresividad en frío.
El Estado ha «generado un aumento de la recaudación derivado de las rentas del trabajo pese a la caída de salarios reales»
Este mecanismo consiste en que el incremento de las rentas (para compensar la inflación) hace que estas se graven a un tipo marginal más elevado que su tipo medio; o los beneficios fiscales (deducciones y reducciones) pierden valor relativo o incluso reducen su cuantía. Cabe recordar, a este respecto, que los datos de recaudación tributaria muestran cómo, desde la pandemia, se ha ido batiendo récord tras récord. Este año, hasta noviembre, se han recaudado 273.993 millones, un 8,3 % más que en todo 2023.
«En la última reforma del sistema de pensiones en España –la de José Luis Escrivá, aprobada entre 2021 y 2023– la respuesta al incremento proyectado del gasto en esta partida ha descansado, en buena medida, en un incremento de los ingresos públicos», afirman los autores del informe. «El estancamiento relativo de los salarios explica que las medidas para mantener e incrementar estos ingresos se hayan basado en actuaciones que incrementan los tipos efectivos», abundan.
Entre estas medidas destaca, por ejemplo, el mecanismo de equidad intergeneracional (una sobrecotización de 0,6 puntos porcentuales que empezó a aplicarse en 2023 e irá creciendo hasta el 1,2 en 2029). También el aumento de la base de cotización máxima por encima de la pensión máxima y el recargo sobre los salarios por encima de la base máxima.
Todo ello, calculan los autores, «podría generar un incremento del tipo efectivo de las cotizaciones sociales de en torno a 2,4 puntos porcentuales de aquí a 2050». Y ello, añaden, «sin tener en cuenta posibles aumentos adicionales en el contexto de la cláusula de salvaguarda introducida en dicha reforma», cuya más que probable aplicación supondrá un incremento adicional de las cotizaciones de hasta 3,8 puntos porcentuales, según cálculos de Fedea.