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Fernando Rayón
Fernando Rayón

La larga despedida de María Jesús Montero y otras novedades de la cuesta de enero

María Jesús se va, aunque Pedro Sánchez no está por la labor. Se quedaría sin su mayor 'hooligan' en el Gobierno y en el partido

Actualizada 09:06

Pedro Sánchez bromea con María Jesús Montero y Félix Bolaños

Pedro Sánchez bromea con María Jesús Montero y Félix BolañosEFE

María Jesús Montero se va. No es que ella quiera. Es que se lo piden a gritos en la federación socialista andaluza. La etapa de Juan Espadas ha sido tan desastrosa para el partido que urge un cambio. Y tampoco quieren que las movidas que se anuncian en Hacienda les salpiquen. Solo les faltaba eso.

María Jesús se va aunque Pedro Sánchez no está por la labor. Se quedaría sin su mayor hooligan en el Gobierno y en el partido. Pero es que los casos abiertos a la vice son cada vez más: las denuncias de Alberto González Amador, el novio de Isabel Díaz Ayuso; las investigaciones sobre Carlos Moreno, su jefe de gabinete, dedicado -entre otras cosas- a organizar reuniones entre Víctor de Aldama y Consuelo Sánchez García, la número tres de la Agencia Tributaria; eso por no hablar de Álvaro García Ortiz, Fiscal General del Estado, y sus filtraciones siempre en relación con Hacienda.

Las comunidades autónomas del PP se han empeñado en bajar impuestos con un argumento que no es malo: donde lo han hecho, sube la recaudación

Pero hay más noticias sobre temas fiscales. Las comunidades autónomas del PP se han empeñado en bajar impuestos, hasta un centenar, a los ciudadanos y a las empresas. También a bonificar los de sucesiones y donaciones con motivo -no es mal argumento- de que allá donde han bajado los impuestos ha crecido la recaudación. Naturalmente, la cosa pasa por mantener la autonomía fiscal a toda costa. Y este argumento de la derecha quiere ser copiado por los pocos líderes locales que quedan vivos en el PSOE, cada vez menos. Otra batalla para Hacienda.

Además de Madrid, quizá el caso más evidente en las comunidades gobernadas por el PP sea Andalucía, donde Juanma Moreno ha reducido el IRPF, Sucesiones y Patrimonio en una cifra que calculan, entre 2024 y 2025, en torno a los 1.800 millones. También han mejorado la deducción por compra de vivienda habitual protegida y aumentado el porcentaje de deducción para jóvenes entre un 5 y un 6 %. Otra de las medidas ha sido mejorar la deducción por alquiler de vivienda. Y es que la batalla política va a estar en los impuestos y en la vivienda.

Mientras tanto, el Gobierno sigue sin conseguir sacar adelante la senda fiscal que salve las cuentas del año. Y tanto no le salen las cuentas que, en el colmo impositivo, han decido hacer tributar a los que perciban el salario mínimo. El Ministerio de Trabajo ha calculado una subida del salario mínimo interprofesional (SMI) entre 39 o 50 euros al mes, en 14 pagas. Conclusión: el SMI subiría hasta 1.173 euros brutos al mes o hasta los 1.184 euros. Pero hete aquí que Hacienda ha descartado adaptar el IRPF al nuevo suelo salarial, lo que va a obligar a los que lo perciban a tributar por él. Hasta ahora, cada vez que el SMI subía, Hacienda revisaba el tope de IRPF para que los beneficiarios del salario mínimo no tuvieran que pagar el IRPF. Pues bien, si el Gobierno mantiene el IRPF en el nivel actual, los beneficiarios del SMI tendrán que pagar un 42 % de la subida prevista. Una jugada, por no decir otra cosa. Cuando Pedro Sánchez nos vuelva a decir que los impuestos solo se van a subir a los ricos y a los Lamborghinis, ya sabemos hasta qué punto nos engaña. Una vez más.

Si el Gobierno mantiene el IRPF en el nivel actual, los beneficiarios del SMI tendrán que pagar un 42 % de la subida prevista. Una jugada, por no decir otra cosa

Por eso, y con todo este panorama, María Jesús Montero estaría encantada de darse el piro y volver a Andalucía. Aunque ella dice que no regresa «porque nunca me fui». Dice que «le duele Andalucía», pues allí fue consejera de Sanidad con Manuel Chaves y José Antonio Griñán, hasta que Susana Díaz le puso en la cartera de Hacienda. Nunca le perdonaremos a Susana los berenjenales en los que nos ha metido a todos, pues lo que ha venido después es consecuencia de todo aquello. Incluida la pelea -que sigue y sigue- del ministro de Economía Carlos Cuerpo y la titular de Trabajo Yolanda Díaz. Montero puede seguir dándose mus y que Cuerpo siga fajándose con la vice dos, pero lo de Hacienda y el IRPF es cosa suya y solo suya… y no va a tener tan fácil escaquearse a no ser que se vaya definitivamente.

Y mientras la cosa fiscal va tomando cuerpo, el Gobierno y familia siguen su paseíllo por los tribunales. No me extraña que quieran cambiar leyes. Se creerán que con eso se olvidan los posibles delitos. Y también la vida sigue.

El BBVA -en su particular batalla/opa con el Sabadell- modificó esta semana su oferta para excluir la autocartera de la condición que había puesto para su aceptación del 50,01 % y dejarla ahora en el 49,3 % del capital. Con esta decisión impide que las recompras que está haciendo el Sabadell de sus propias acciones pongan en peligro la operación. Un nuevo escarceo en esta eterna pelea con el Gobierno de espectador a la contra.

Y a la espera de Donald Trump, la inflación ha acelerado por tercer mes consecutivo en la zona euro. El IPC subió hasta el 2,4 % en diciembre, dos décimas más que el mes anterior y la tasa más alta desde julio. Los precios se dispararon en 14 de los veinte países del euro, y lo peor es que las previsiones para este año también crecen. Todos piensan que la bajada de tipos tan acelerada no fue buena. España, con el 2,8 % de inflación, la está notando especialmente en la luz y alimentos. Muy lejos de los datos de Irlanda (1,0) e Italia (1,4), que son los más bajos de la Europa común.

Si a ello suman la inestabilidad política en el Continente, las guerras en Ucrania y Oriente Próximo, el panorama no puede ser peor. Cuando Christine Lagarde, presidenta del BCE, dijo aquello de que «estamos muy cerca de llevar la inflación al 2 % de manera sostenible», o no sabía lo que decía, o se estaba marcando un Montero (María Jesús) en plena cuesta de enero.

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