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Una pareja de ancianos camina por la calle cogida de la mano.

Una pareja de ancianos camina por la calle cogida de la mano.EP

Aviso de la AIReF: Garantizar el equilibrio de pensiones requeriría la llegada de un millón de extranjeros más al año

La Autoridad Fiscal advierte de que la tasa de dependencia se incrementará en más de veinte puntos procentuales, lo que supone que habrá menos de 1,4 trabajadores por cada inactivo

La sostenibilidad del sistema de pensiones pende de un hilo. La población ocupada está cada vez más envejecida y el Gobierno lleva fiando el equilibrio del sistema a la entrada al mercado laboral de los trabajadores extranjeros. Sin embargo, esta no acaba de cubrir las vacantes y se requeriría un flujo de migración neta de más de un millón de personas más al año para compensar el aumento de la tasa de dependencia.

La tasa de dependencia hace referencia al número de ocupados sobre el total de inactivos, proporción que actualmente se sitúa en el 47,8 %. Esto indica que las cotizaciones de 2,3 trabajadores deben pagar cada pensión, cifra insuficiente a tenor del déficit que tiene la Seguridad Social para hacer frente a la nómina mensual, que en el mes de marzo se situó en los 13.492,5 millones de euros.

Y las previsiones no invitan al optimismo, de acuerdo con los datos de envejecimiento, fecundidad y migración que este lunes ha ofrecido la AIReF en su informe de sostenibilidad a largo plazo. Según el supervisor independiente, el gasto público en pensiones supondrá el 16,1 % del PIB en 2050 frente al 12,9 % registrado en 2023, producido principalmente por el aumento de beneficiarios y la revalorización.

A pesar de la última reforma, los análisis de la AIReF muestran una creciente brecha entre el gasto en pensiones y los ingresos por cotizaciones, las denominadas «transferencias implícitas». Esto implica una mayor necesidad de financiación adicional a través de otras fuentes, ya sean fondos de la Seguridad Social o transferencias de la Administración Central.

De hecho, según el organismo que preside Cristina Herrero, en ausencia de medidas adicionales, esta situación podría derivar en la detracción de recursos de otras políticas públicas o en un aumento del endeudamiento, lo que dificultaría el cumplimiento de los compromisos fiscales europeos.

En 2050 habrá menos de 1,4 trabajadores por cada persona inactiva

Así, en 2050 está previsto que la tasa de dependencia ascienda hasta el 69,8 %, cuando habrá menos de 1,4 trabajadores por cada persona inactiva. En ese año, y según las proporciones de la AIReF, en ese año el 36,8 % de la población serán jubilados. Además, la edad mediana –aquella que deja la mitad de la población por debajo y la otra mitad por encima– se situará en los 49 años frente a los 45 de ahora.

En los últimos años, el aumento de la ocupación se ha producido por la llegada de extranjeros, cuyo empleo ha crecido el triple que la afiliación general, algo al Ejecutivo le ha venido muy bien. Ante esta situación, la AIReF se pregunta –y se responde– acerca de si la inmigración podría compensar el aumento de la tasa de dependencia. «Es improbable, ya que se requeriría un flujo de migraciones netas –saldo entre entradas y salidas– de más de 1.000.000 de personas al año adicionales a lo esperado», explica este organismo.

Esta situación, a tenor de los datos actuales se antoja totalmente imposible ya que las migraciones netas se espera que se estabilice a partir de la próxima década en las 300.000-400.000 personas. Este organismo apunta a que la ley de extranjería, junto con las políticas de la Administración americana, «podrían impulsar al alza la inmigración respecto a lo esperado».

Como apunte, la AIReF aporta un dato curioso. Las madres extranjeras están asimilando con rapidez los patrones de maternidad de las españolas y, si en 2002 las tasas de fecundidad eran de 1,8 hijos por extranjera frente a 1,2 por española, en la actualidad son de 1,3 y 1,1 hijos.

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