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Sydney Powell discutió con su madre cuando esta se enteró de la expulsión

Sydney Powell discutió con su madre cuando esta se enteró de la expulsiónCaptura

Estados Unidos

Una joven de 23 años mata a su madre para que no se enterara de su expulsión de la universidad

Sydney Powell propinó a la mujer un sartenazo y más de 30 puñaladas en el cuello

Sydney Powell, una joven de 23 años natural de la localidad estadounidense de Summit (Ohio), ha sido declarada culpable en el juicio celebrado por el asesinato de Brenda Powell, su madre.

El tribunal –durante un juicio que ha durado 12 días– la ha encontrado culpable del asesinato, agresión criminal y manipulación de las pruebas del propio crimen, acaecido en marzo de 2020. Todo se desencadenó cuando Sydney recibió la llamada de su universidad, la Mount Union en Akron, en la que le comunicaban su expulsión y la notificación de que procedían a eliminar su matrícula.

Al escuchar la llamada su madre, ambas empezaron a discutir acaloradamente hasta que la hija, que en ese momento tenía 19 años, le propinó un golpe seco con una sartén. Tras caer al suelo, le propinó más de 30 puñaladas en el cuello.

Se da la circunstancia que el teléfono móvil seguía con la llamada activa de la universidad que desencadenó la pelea, así que tras escuchar lo que sucedía al otro lado de la línea, alguien de la universidad llamó a la Policía.

Brote de esquizofrenia

Su abogado defensor aseguró que la exuniversitaria sufre de esquizofrenia, enfermedad que no habría sido diagnosticada en el momento en el que sucedió la pelea y el posterior asesinato de Brenda.

Tras evaluarla en otoño de 2021, el doctor James Reardon diagnosticó a la joven el trastorno, así como un episodio de depresión mayor, pero añadió que las personas con su diagnostico rara vez actuaban con una violencia semejante, lo que llevó a la acusación a plantear en el juicio si no estaba exagerando su esquizofrenia para eludir su responsabilidad.

Ya no era alumna

Durante el juicio también se reveló que Sydney ya no asistía a la universidad en el momento del asesinato.

El teniente de la policía de Akron David Whiddon subió al estrado y afirmó que, al revisar su teléfono, descubrió que Sydney ya no era estudiante tras haber sido puesta en periodo de prueba académica.

«Muchos de los mensajes indicaban que no se lo había dicho a su familia, que su madre no estaba al corriente», dijo Whiddon.

Los fiscales afirmaron que Sydney mintió a la policía y a su padre diciendo que se había producido un robo en la casa.

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