Estelada colgando de la fachada principal de la Escola Verd, en Gerona
Una escuela de Gerona cuelga una enorme bandera independentista de su fachada para conmemorar el 1-O
Se trata del colegio al que asistían las hijas del expresidente de Cataluña y prófugo de la Justicia, Carles Puigdemont
Aunque hayan pasado ya seis años del referéndum ilegal celebrado en Cataluña, los independentistas continúan con su añoranza coincidiendo con la llegada del 1 de octubre, fecha en la que se celebró.
Aunque el secesionismo está en sus horas bajas en lo que a seguimiento en la calle se refiere, las esteladas (banderas que reclaman la independencia de Cataluña) siguen presentes en las calles de la comunidad autónoma.
Pero el adoctrinamiento también lo está. Hace unos días contábamos que una decena de universidades catalanas habían instalado buzones anónimos para que los estudiantes denunciasen si las clases no se impartían en la lengua catalana. Pues bien, ahora asistimos al enésimo uso de la educación como instrumento para aleccionar a los más pequeños sobre los supuestos beneficios de una Cataluña independiente.
Se trata de una escuela de Gerona que ha decidido desplegar una bandera independentista gigante que ocupa dos pisos de su fachada. El colegio, la Escola Verd de la capital gerundense, es además el centro al que acudían las hijas del expresidente fugado Carles Puigdemont.
Así lo ha denunciado la Asamblea por una Escuela Bilingüe de Cataluña (AEB) a través de su perfil en la red social X, donde recalcan que el adoctrinamiento y la «falta de neutralidad de la escuela catalana continúan» seis años después del referéndum ilegal.
La plataforma cree que la imagen de la entrada de la Escola Verd de Gerona es una evidencia de la « vergonzosa» escuela pública catalana. La asociación PLIS Educación subraya que cuando estas cosas suceden en una escuela «es porque la escuela ha renunciado a lo que le da su razón de ser: la enseñanza».
Un episodio más de la deriva independentista que copa colegios, institutos y universidades catalanas. Aunque el debate de la separación del resto de España ya no esté en la calle, sus impulsores lo mantienen en las aulas para adoctrinar a millones de jóvenes que ya nacen con la lección aprendida.
