A la luz de PISA 2022: Castilla y León, campeona absoluta
Con 499 puntos PISA en Matemáticas, 498 en Lectura y 506 en Ciencias, la comunidad castellanoleonesa es la campeona absoluta en la edición de 2022 y se sitúa en las tres materias notablemente por encima de las cifras correspondientes a la media OCDE (472, 475 y 485 respectivamente)
Desde sus inicios, con el nuevo siglo, el Programa Internacional de Evaluación de los Estudiantes de la OCDE (PISA, por sus siglas en inglés) nos visita por estas fechas prenavideñas, con la sana intención de arrojar una luz, cada vez más amplia e intensa, sobre el comportamiento de los sistemas educativos, desde la perspectiva de su calidad a la hora de preparar a los alumnos para la vida real y los desafíos del futuro.
Salvo en la edición de 2021, que fue aplazada a 2022 a causa de la COVID-19, cada tres años llama puntualmente a las puertas de los países, regiones y economías, y suscita la atención de sus gobiernos, de sus opiniones públicas y de sus investigadores, al facilitarles una información de enorme utilidad para la conducción y mejora de su educación.
Los que hemos sido testigos del desarrollo de esta singular evaluación educativa, internacional y a gran escala, hemos podido contemplar como PISA ha ido incrementando la información de diagnóstico sobre los sistemas. Arrancó con la medida del rendimiento de los alumnos en Matemáticas, Lectura y Ciencias, mediante un sistema de pruebas comunes dirigidas a los alumnos de 15 años, edad que se corresponde con la de terminación de la educación secundaria inferior en la mayor parte de los países de la OCDE. Pero, edición tras edición, ha ido añadiendo información adicional, relativa a una multiplicidad de variables, y las ha cruzado con el rendimiento para facilitar inferencias variadas que permitieran avanzar en explicaciones, facilitar hipótesis causales y promover la comparación entre países y entre regiones.
Esta información relevante, basada en pruebas, ha dado lugar a que algunos países hayan tratado de identificar las causas de sus insuficientes cifras de rendimiento en PISA y hayan puesto en marcha procesos de reforma para corregirlas. Pero también ha generado multitud de análisis secundarios, por parte de los investigadores que, explorando las bases de datos de PISA, han aportado información muy relevante para identificar los puntos fuertes de los sistemas y sus áreas de mejora.
España, como país miembro de la OCDE, ha participado, desde sus orígenes, en el Programa PISA. Pero fue en su quinta edición –la de 2015- cuando las diecisiete Comunidades Autónomas españolas participaron, por primera vez, con muestra ampliada, es decir, estadísticamente representativa de sus respectivas poblaciones. En un país como el nuestro en el que el sistema general de evaluación educativa ha sido bastante inestable, de una ley educativa a la siguiente -con cambios de concepción y de estructura-, el disponer de esta información de calidad nos ha permitido a algunos investigadores efectuar evaluaciones sistemáticas comparadas sobre aspectos diversos de la educación española en el ámbito regional, cuya utilidad potencial con vistas a la formulación de políticas correctoras está fuera de toda duda.
Con las limitaciones que acompañan a una columna como ésta, escrita a vuela pluma, merece la pena detener una primera mirada en la escala regional propia de nuestras Comunidades Autónomas. Cuando se analizan las puntuaciones obtenidas en la edición de 2022 y se comparan con las de 2015, se advierte, en primer lugar, una cierta consistencia, en el sentido de que son aproximadamente las mismas las que se encuentran a la cabeza y también las que se sitúan a la cola de la lista. Castilla y León, con 499 puntos PISA en Matemáticas, 498 en Lectura y 506 en Ciencias es la campeona absoluta en la edición de 2022 y se sitúa en las tres materias notablemente por encima de las cifras correspondientes a la media OCDE (472, 475 y 485 respectivamente). Pero también fue Castilla y León en Lectura y Ciencias, y Navarra en Matemáticas las que ocuparon las primeras posiciones del ranking regional de PISA en la edición de 2015. En las posiciones más rezagadas se encuentran Canarias en Matemáticas con 447 puntos PISA, Andalucía en Lectura con 461 puntos y ambas ex aequo en Ciencias con 473 puntos. Canarias, Extremadura y Andalucía ocupaban esas mismas posiciones en las materias respectivas en la edición de 2015.
Un aspecto sobre el que merece la pena detenerse es el de las brechas territoriales, o diferencia entre las puntuaciones máximas y mínimas obtenidas por las Comunidades Autónomas. Tales brechas tienen una amplitud de 52 puntos PISA en Matemáticas, 37 en Lectura y 33 en Ciencias. De acuerdo con PISA 2022, 20 puntos representan el ritmo anual de aprendizaje, promediado entre todos los países participantes, de modo que las cifras anteriores revelan, a la postre, desfases en los avances anuales entre Comunidades Autónomas y vienen a recordarnos la importancia de las políticas de Estado, tendentes a atenuar esas desigualdades territoriales.
Aun cuando España ha empeorado sus puntuaciones en esta edición en todas las áreas, lo ha hecho bastante más en las Comunidades de arriba del ranking que en las de abajo. Un metaanálisis efectuado por los profesores Sanz, I. y Tena, J.D. (2023) ha demostrado el efecto negativo del Covid-19 sobre el rendimiento de los alumnos, lo que podría explicar, al menos en parte, esta disminución sistemática de las puntuaciones. Queda por tanto abierta la incógnita sobre cuáles habrían sido nuestras puntuaciones en ausencia de la pandemia. Esperemos que la próxima edición de PISA nos permita despejarla.
- Francisco López Rupérez es director de la Cátedra de Políticas Educativas de la UCJC y expresidente del Consejo Escolar del Estado