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13 de septiembre de 2024

La educación en la encrucijadaJorge Sainz

El parvulario ha crecido

La propuesta de convertir el acceso a la educación infantil de 0 a 3 años en gratuito presentada recientemente por el Partido Popular tienes sentido como una política de inversión en futuro

Actualizada 04:30

Mi hijo, que acaba de cumplir los 16 años, lleva recordándome todo el verano que los boomers no vemos la educación como la ven ellos, y que su generación entiende que la educación infantil de 0 a 3 años debería ser gratuita (sí, mi hijo es un poco repipi). Traducido a un castellano que todo el mundo pueda entender, para él la posición de la Generación Z (nacidos entre 1997 y 2012), lo que nosotros conocimos como parvulitos es esencial para navegar por un mundo cada vez más complejo, socializar y aprender las habilidades básicas.

Según Doolittle-Barresi (2024) su intuición está en lo cierto. Los baby boomers (aquellos nacidos entre 1946 y 1964, por lo tanto, la generación anterior a la mía, por mucho que diga mi hijo) ven la educación de 0 a 3 enmarcada en las estructuras familiares tradicionales, haciendo hincapié en la crianza y la socialización básica. Su perspectiva está marcada por una época en la que era más común que uno de los padres, fundamentalmente la madre, se quedara en casa, lo que puede llevar a centrarse en el cuidado maternal y el aprendizaje basado en el juego dentro de la familia. Los de la Generación X (llegados al mundo entre 1965 y 1980) vemos la educación infantil como un apoyo para los hogares con dos ingresos. El aumento de las mujeres en la fuerza laboral da prioridad a programas fiables de cuidado infantil y preparación para la escuela que garanticen el éxito académico.

Los mileniales (entre 1981 y 1996), nativos digitales, según los autores británicos, tienen una percepción de que la escuela infantil es un factor importante para el logro futuro. Por lo general, valoran el desarrollo que incluye las habilidades socioemocionales, el crecimiento cognitivo y la exposición temprana a STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas). Por último, la Generación Z, que son la segunda generación que ya ha pasado por la escuela infantil, la asumen como una etapa básica hoy dentro de su formación. Su perspectiva prioriza la adaptabilidad, el pensamiento crítico y las habilidades de resolución de problemas, al tiempo que reconoce la importancia de la alfabetización digital y la conciencia global en los entornos de aprendizaje temprano.

¿Pero por qué? Un artículo reciente de la revista Nature, (Sripada et al. 2021), explora cómo los patrones de conectividad cerebral se relacionan con la capacidad cognitiva general (GCA) y cómo estos patrones están influenciados por el nivel socioeconómico (SES) en los niños. El análisis descubrió que los patrones de conectividad funcional de todo el cerebro predicen significativamente la GCA, estando estos patrones ampliamente distribuidos por todo el cerebro en lugar de concentrarse en redes específicas. Además, el estudio revela que el nivel socioeconómico es un fuerte predictor de la capacidad cognitiva, y que los patrones de conectividad cerebral median parcialmente en esta relación. La situación socioeconómica influye en el desarrollo cognitivo a través de sus efectos en la arquitectura de la conectividad cerebral y sugiere que las intervenciones dirigidas a la conectividad cerebral, como la asistencia a la escuela infantil, podrían ayudar a mitigar los efectos de las desventajas socioeconómicas en los resultados cognitivos.

¿Cómo conecta esto con lo que sabemos del capital humano? Deming (2022), en el Journal of Economic Perspectives, explora cómo la educación, la formación y otras formas de aprendizaje son inversiones fundamentales para el futuro. El capital humano explica una parte sustancial de la variación de los ingresos laborales tanto dentro de los países como entre ellos. Así lo demuestra la ecuación de Mincer, según la cual cada año adicional de escolarización aumenta los ingresos en torno a un 10 %. Además, las diferencias de capital humano entre países explican al menos un tercio de la variación de los ingresos. Además, las inversiones en capital humano durante la infancia y la juventud producen los mayores beneficios económicos. La curva de Heckman ilustra que las inversiones tempranas en competencias proporcionan altos rendimientos, especialmente cuando se destinan a niños desfavorecidos, aunque las inversiones a lo largo de la vida siguen siendo valiosas. Por eso es fundamental aprender las competencias básicas como la alfabetización y la aritmética. Los recursos son la principal limitación a la hora de mejorar estas habilidades, y hay pruebas que demuestran que un mayor gasto en educación conduce generalmente a mejores resultados y permite acceder a habilidades como la resolución de problemas, el trabajo en equipo y el pensamiento crítico que son cada vez más apreciadas en el mercado laboral.

Gray-Lobe, Pathak y Walters (2023), en el Quarterly Journal of Economics, estiman los efectos a largo plazo de la educación preescolar pública en Boston sobre diversos resultados académicos y sociales. Su resultado muestra que la asistencia a la educación preescolar aumenta significativamente la asistencia a la universidad, los exámenes de acceso a la universidad y las tasas de graduación en secundaria. En particular, la matriculación en preescolar conduce a una reducción de los problemas disciplinarios en la escuela secundaria, como las suspensiones y el encarcelamiento de menores, aunque no muestra un impacto detectable en los resultados de los exámenes estandarizados tipo PISA.

Los efectos de la educación infantil son más pronunciados en los niños que en las niñas, sobre todo en lo que respecta a la matriculación en la universidad y los resultados disciplinarios. El estudio muestra que la educación preescolar puede desempeñar un papel fundamental en la configuración del éxito futuro.

Los factores ambientales pueden explicar gran parte de las diferencias en los resultados de vida, lo que hace que las intervenciones en la primera infancia sean fundamentales. Es por esto que la propuesta de convertir el acceso a la educación infantil de 0 a 3 años en gratuito presentada recientemente por el Partido Popular tienes sentido como una política de inversión en futuro.

  • Jorge Sainz es catedrático de Economía Aplicada en la Universidad Rey Juan Carlos

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