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18 de septiembre de 2024

Análisis económicoJosé Ramón Riera

El Informe Draghi es un acierto, pero endeudarnos para cumplirlo es un error

Los Fondos Next Gen deberían de haber llegado en su mayor parte a las empresas para ayudarlas a salir de las crisis mejor colocadas, no a gastarse en burocratizar más y mejor las Administraciones Públicas

Actualizada 04:30

Después de leer las partes más importantes del Informe Draghi, presentado como una hoja de ruta para la Comisión Europea que está a punto de constituirse, creo que me corresponde una reflexión sobre este tema, que considero crucial para el futuro de la Unión Europea.

El informe tiene tres patas claras y concretas que hacen más fácil su análisis. La Innovación es la primera pata, quizás la más necesaria si la UE quiere seguir existiendo; la Descarbonización porque el Pacto Verde lanzado en 2019 nos metió en un terreno que nos ha costado mucho dinero y ningún éxito y que va muy unido a la competitividad, en la que hemos perdido el tren a causa de la implantación ciega de la política verde; y la Seguridad donde se plantean temas tan importantes como la defensa del territorio europeo en claro riesgo por la existencia de una Rusia con armas atómicas.

El punto de partida de la Innovación es que la UE no está preparada, ni por leyes, ni por organización, para crear un entorno para el desarrollo de los llamados «unicornios», empresas que partiendo de cero generan más de 1.000 millones de ingresos anuales y que una vez que alcanzan un punto de crecimiento se terminan marchando fundamentalmente a EE. UU. porque la UE carece de los modelos regulatorios y financieros para que puedan seguir desarrollándose y se produce la marcha. Vamos, que somos unos verdaderos cracs en imposibilitar el desarrollo de nuevos proyectos empresariales que triunfen.

En la descarbonización, lo que trata es de no darle una bofetada con la mano abierta a quien le ha encargado el informe, Úrsula Von der Leyen, donde explica que nunca debió lanzarse un Pacto Verde, basado en una política de precios bajos en la energía para la producción industrial, basada en el gas ruso, que en el momento que se inicia la guerra de Ucrania, produce unos desequilibrios económicos en la producción que deja a las empresas fabricantes de la UE fuera del mercado.

El gas natural ruso supuso el 20 % del mix energético en 2022, pero marcó el precio de la electricidad en el 60 % de los casos. El informe plantea que la descarbonización puede convertirse en una fuente de competitividad, pero mal planteada puede hundir la industria europea, que es lo que está pasando.

En el área de seguridad, el Informe parte de que la Unión tiene que empezar a crear su propia independencia y necesita plantear un nuevo modelo de gasto en defensa, sobre todo con la idea de crear una industria propia, pero, sobre todo, con una política de abastecimiento de minerales críticos, pero como el coste puede ser altísimo sostiene que esto tienen que realizarse con acuerdos con terceros países que además reduzcan el riesgo en la inversión.

Hasta aquí el documento es para mí impecable, porque lo que ha puesto sobre la mesa son tres problemas que forman parte de nuestra vida cotidiana y que llevo, al menos de dos de ellos, hablando de forma constante en este diario. No invertimos en I+D y vamos muy por detrás del resto de los importantes del mundo y lo que Draghi llama descarbonización no es otra cosa que el Pacto Verde. En lo que él llama seguridad he escrito varias veces que no le dedicamos el dinero comprometido con la OTAN a Defensa y así estamos en estos momentos.

Draghi considera que si la UE quiere salir del agujero, hay que dedicarles a estos tres aspectos 800.000 millones de euros

Draghi considera que si la Unión Europea quiere salir del agujero en el que estamos metidos hay que dedicarles a estos tres aspectos 800.000 millones de euros, el 5 % del PIB europeo.

En el informe dice «la financiación de estas inversiones exigirá tanto mayores recursos privados, como mayores recursos públicos para proyectos conjuntos, que deberían ser financiados con deuda conjunta europea que constituiría un activo financiero seguro europeo».

Aquí es donde empiezan mi total desacuerdo. Creo que es un tremendo error poner en marcha un plan de esta envergadura con deuda de la UE, cuando se ha demostrado que los fondos NextGen, que van a ser 750.000 millones desde 2021 a 2026, no están siendo utilizados correctamente casi por nadie, dado que nadie nos ha informado de a donde han ido esos fondos país por país y el ROI (Retorno de la Inversión) que han generado, en crecimiento del PIB, en crecimiento de empresas, en crecimiento de empleo. Ni un solo dato. Todo opaco, todo oscuro, porque se sabe que los resultados no han sido los esperados.

Si de verdad queremos hacer algo de esta importancia, lo primero que hay que poner en marcha es una reducción del Gasto Público y analizar en cuanto hay que reducirlo para afrontar este nuevo gasto, que va a generar muchos ingresos para los estados, tanto por las obras de infraestructuras, como por la inversión privada, la creación de puestos de trabajo y todos los beneficios económicos que generan inversiones bien hechas.

Si esto se aborda como los Fondos NextGen pasará exactamente lo mismo, que servirán para que gobiernos como el español se lo gasten en las Administraciones Públicas, sin generar mejoras en la digitalización de procesos para que al menos se produzca una reducción en los empleados públicos que se jubilan.

Los Fondos Next Gen deberían de haber llegado en su mayor parte a las empresas para ayudarlas a salir de las crisis mejor colocadas, no a gastarse en burocratizar más y mejor las Administraciones Públicas.

Si la deuda no es de nadie, que es el mantra de los gobiernos, la deuda europea lo es menos. Sería un fracaso a largo plazo todo un proyecto que merece la pena ponerse en marcha para transformar Europa, pero eso con el sacrifico de los gobiernos, no de los ciudadanos.

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