Pablo Casado: «O el PP llega al Gobierno o estaremos abocados a un rescate»
El presidente del Partido Popular atiende a este diario a pocas horas del acto central de su convención nacional
El presidente del PP recibe a El Debate en medio de una Convención de la que su partido ha querido hacer protagonista a la sociedad civil, «porque lo que va a haber que hacer en España cuando lleguemos al Gobierno es demasiado grande como para hacerlo solos», afirma. Y saluda el nacimiento de este periódico por los valores «muy necesarios» que va a defender: «Valores de libertad, de europeísmo, esa inspiración en los valores del cristianismo en cuanto al servicio público y al valor de la labor de la información es muy importante», señala.
–En qué va a ser mejor el Partido Popular que salga de esta Convención.
–En el 2019 la Convención fue un híbrido. Vinieron líderes internacionales, premios Nobel, escritores bestseller a nivel internacional pero, al estar mezclado con toda la dinámica de partido, fue difícil de seguir. Ahora hemos hecho un formato americano con cinco días directamente para escuchar a la sociedad civil y luego ya un fin de semana en Valencia en el que reuniremos a más de 10.000 compañeros para plantear cuál es nuestra experiencia de gestión provincial, municipal, autonómica y nuestro proyecto para España, que es lo que yo intentaré trasladar el domingo.
Pero estos cinco días que han pasado casi 100 personas, el 80% de fuera del partido, son clave porque los españoles empiezan a ver que la época de los partidos tiene que dar paso a la época de la utilidad en un proyecto con principios, pero con propuestas que solucionen los problemas de la gente. Y creo que eso no se puede hacer solo desde un partido político, por mucho que hayamos dicho durante estos años que era importante aglutinar a todo el espectro que no estaba en el PSOE de Sánchez. Pero además de esa reunificación del centro-derecha es importante contar con la sociedad, porque lo que va a haber que hacer en España cuando lleguemos al Gobierno es demasiado grande como para hacerlo solos.
–Hablando de esa reunificación del centro-derecha, ¿a usted le hubiera gustado para visibilizarla que en vez de Juan Carlos Girauta, ex portavoz de Ciudadanos, estuviera Albert Rivera?, ¿lo han intentado?
–Yo con Albert hablo a menudo y además puedo decir que colaboramos profesionalmente porque es nuestro abogado en recursos de inconstitucionalidad muy importantes como los que presentamos contra la limitación de alquileres, contra las políticas de contemporización con la okupación o, más recientemente, en el recurso de inconstitucionalidad contra la Ley Celaá, que es un atentado contra la libertad de elección, la calidad educativa y la vertebración del sistema nacional.
Albert Rivera y yo coincidimos en un diagnóstico: hay que unir todas las fuerzas
Yo creo que él ahora está muy focalizado a esa labor como presidente de un despacho de abogados y creo que es donde él está cómodo. Es verdad que también coincidimos en un diagnóstico, y es que ahora hay que unir todas las fuerzas para que no nos pase lo que nos ocurrió cuando éramos adversarios políticos, y es que todos los que queríamos que se fuera Sánchez del Gobierno tuvimos más votos que Sánchez. Sin embargo, por la proporcionalidad de la ley electoral en España, Sánchez pudo seguir gobernando y además lo pudo hacer con todos aquellos que prometió que no iban a ser claves en la investidura y, lo que es peor, todos aquellos que quieren romper España.
Lo hemos comentado también en la Convención. Han venido muchos líderes europeos, de Polonia por ejemplo con la significación que tiene Donald Tusk como líder juvenil, con Lech Walesa, pero también lo hemos visto con otros liderazgos en Grecia, Austria, Francia, en Italia... y todos lo que vienen a decir es que tenemos que aunar esas fuerzas contra los que son enemigos de la libertad. Que no entienden cómo hay un Gobierno en España que tiene ministros comunistas, que tiene apoyos externos de partidos secesionistas y que incluso tiene apoyo externo de un partido político que no reniega del asesinato sistemático de 850 personas en España por parte de ETA.
Eso no se ve en ningún sitio. Imaginaos a Draghi, que ahora está intentando resarcir a las víctimas de las Brigadas Rojas, imaginaos a Sarkozy o a Macron pactando con los terroristas del Bataclan. Eso no se entiende, y aunque Sánchez intenta disfrazarse de moderación, o echaba la culpa a Pablo Iglesias, ahora ya no tiene ningún parapeto en el que esconderse. Él tiene un proyecto radical para España, se ha hecho acompañar de quien ha querido para desarrollarlo y es urgente hacer una alternativa electoral para echarle del Gobierno.
–Cuando ustedes hablan de populismo en España, y en esta Convención han hablado mucho, siempre se refiere al populismo de izquierdas. ¿Excluye a Vox de lo que es el populismo? Porque Ciudadanos ha quedado muy reducido en su espacio electoral, pero no así Vox, y se da por hecho que si usted gobierna necesitará de alguna manera a Vox.
–Una cosa es la ideología y otra cosa es la práctica. Nosotros hablábamos de Podemos hace unos años como algo... nos quejábamos, 15-M, qué cosas dicen... y están gobernando. Antes de entrar en el Ejecutivo nacional han gobernado en Valencia, Zaragoza, Madrid, Barcelona... por eso hacía referencia a Cinco Estrellas o a Syriza. Mientras son un movimiento estudiantil o acampan en la Puerta del Sol puede parecer como ocupar Wall Street, o el Tea Party. Bueno, pues puede tener algunos representantes. El problema es cuando está institucionalizado. Hay quien decía: 'no, mejor que estén en el gobierno, así se domestican'. No, nunca el tigre se hace vegetariano por mucho que le lances chuletas. Se hace con el bistec.
¿Al final quién está mandando? Yolanda Díaz sobre Calviño. ¿Quién está mandando en materia de pensiones? Acaba mandando el ala de Podemos y porque Sánchez quiere. Porque en el fondo Sánchez, si revisas lo que decía en sus primarias o en sus campañas electorales, va hasta este modelo plurinacional de España, ahora la España multinivel. Y en su ponencia del Congreso del PSOE de dentro de dos semanas dice en el párrafo 10 que no se puede pactar nada con el centro derecha ni con la vieja socialdemocracia en declive. Es decir, que reconoce que jamás hubiera pactado nada con el PP, entiendo que tampoco con Ciudadanos cuando sumaban en abril de 2019, ni con la vieja socialdemocracia en declive. Es decir, reniega del legado de Felipe González, de Rubalcaba o del susanismo, que es el que le encumbró a secretario general del PSOE.
Sánchez reniega de lo que llama 'vieja socialdemocracia en declive'. Entonces reniega del legado de Felipe González
–Sobre el proyecto radical que dice que tiene Pedro Sánchez. Esto es a más de dos años vista de unas elecciones generales, teóricamente. ¿Cree que cuando se acerque la fecha de esas generales Pedro Sánchez se moderará como hizo en la anterior convocatoria? Entonces en campaña anunció incluso que se volvería a incluir la convocatoria de un referéndum ilegal en el Código Penal y después indultó a los presos del procés.
Yo suelo decir que Sánchez no dice la verdad ni al médico, por tanto él va a seguir mintiendo. Ahora bien, llega un momento en el que no se puede mentir a todo el mundo todo el tiempo, o al menos no te creen. Yo creo que la credibilidad de Sánchez está bajo mínimos, no le cree nadie, no le creen ni los suyos. Que él pueda intentar ahora ir a unas elecciones en las que por ejemplo dice 'voy a romper la mesa de negociación y voy a ser duro'... es que ya nadie lo cree.
Sánchez ha hecho un proceso paralelo al de Zapatero. Zapatero llega al poder y se encuentra a ETA derrotada: policial, jurídica, financiera e internacionalmente. Revive con las negociaciones en el caserío con Otegi y con Eguiguren para poder arrogarse el mérito de haber pactado. Es decir, cede el pacto reviviendo a una banda para tener cierto relato político.
Esto está pasando con el procés. El procés había acabado con el 155, con los problemas que podamos decir. Yo he dicho muchas veces que la negociación con el PSOE y con Ciudadanos hizo que no se aplicara en la educación, ni en TV3, que se hiciera por poco tiempo o solo para convocar elecciones. Pero se entendió desde el Gobierno del PP que era mejor el consenso para un tema inédito que no se sabía cómo podía salir. Yo por eso defiendo la buena intención y sobre todo la eficacia: se expulsó al gobierno, algunos de ellos acabaron en la cárcel, otros siguen fugados, y finalmente la función pública catalana respondió y no pasó lo que se decía que iba a pasar.
Zapatero revivió a ETA con las negociaciones en el caserío y Sánchez ha revivido al procés en vez de acabar con el independentismo
¿Qué ha hecho Sánchez con el procés? Revivirlo en vez de acabar ya con el independentismo diciendo 'ni agua' y vamos a acabar con Diplocat como prometió, con el adoctrinamiento educativo como prometió, con la propaganda de los medios de comunicación como prometió, con el referéndum ilegal y los indultos como prometió. Yo también lo he prometido, lo sigo prometiendo y lo voy a hacer cuando llegue a la Presidencia del Gobierno. Pero es que él lo dijo en un debate electoral conmigo, delante de 10 millones de espectadores.
Sin embargo ha preferido ese relato con una salvedad, que es que le va a salir mal. Zapatero en ese momento podía recoger, como pasó en 2008, el voto útil en Cataluña, en Baleares, en Valencia, en Navarra, en País Vasco y en Galicia de aquellos partidos nacionalistas que lo vieron como la forma de unir voto contra la derecha. El problema es que ahora Sánchez se encuentra con un PSOE que ha sido derrotado en Valencia por Compromís, en Baleares teniendo un poder muy compartido con el Bloc, ha sido derrotado por Bildu en el País Vasco, por el BNG en Galicia y por los Comunes en el Ayuntamiento de Barcelona, por no decir que fue derrotado por Más País en Madrid. Por tanto ese voto útil, o ese voto radical que se aglutina en Sánchez, yo creo que no va a salir. Por eso puede que intente ese nuevo disfraz de moderación pero ya no cuela.
–El PSOE, que trabaja muy bien estas cosas, está intentando sembrar la especie de que los indultos están perfectamente perdonados por la sociedad española, que ya nadie se acuerda. Sin embargo, en cierto modo los indultos coinciden con la escalada demoscópica del PP. ¿Si mañana hubiese elecciones se ve en La Moncloa?, ¿manejan encuestas razonables, están afianzados?
–Lo que ahora se ve como normal, que el PP está por encima del PSOE, hasta hace unos meses era algo impensable. ¿Por qué? Porque nunca antes un partido que había llegado al gobierno se había desgastado tanto en tres años, nunca antes una oposición había vuelto a ser alternativa de gobierno en tan poco tiempo.
Por eso yo siempre digo que hemos hecho la travesía por el desierto en tres fases. Primero, unir el partido. Yo me encontré un partido dividido, no por las primarias sino por los años anteriores. Creo que eso se ha conseguido, el partido está unido en una dirección única. Segundo, mantener el poder territorial. Yo pasé otro año con las candidaturas de nuevos valores como Almeida, como Ayuso, como Moreno, como Mañueco, como Miras. Pero también reivindicando la gestión de otros compañeros como Feijóo. Fue un año en el que la dirección nacional brilló poco. Y el tercer año fue liderar el espacio electoral frente a Ciudadanos y Vox, y tampoco era muy lucido porque solo me preguntaban por Ciudadanos o por Vox o por un alcalde que antes no gustaba y ahora encanta o si estábamos bien en el partido.
Ahora estamos en la cuarta fase, que es la alternativa. Y en ciencia política una vez que estás en la alternativa, que de eso va la Convención, llega la fase de cambio. ¿Por qué la fase de cambio ha llegado incluso antes de que los españoles perciban ya la alternativa cuajada del PP? Cuajada me refiero a que la llevamos diciendo durante muchos años pero aún no se quedan con nuestra ley educativa, con nuestra ley contra los indultos. Porque el fin de la pandemia ha acelerado el rechazo hacia Sánchez. Yo tengo una tesis: las pandemias, como las guerras, o como las catástrofes naturales, unen a la gente en su gobierno. Pero las pospandemias, posguerras y poscatástrofes naturales los separan incluso cuando las gestionan bien. Típico, el ejemplo de Churchill, pero también hay ejemplos en las democracias asiáticas después del SARS y hay ejemplos en Centroeuropa después de inundaciones.
Cuando se convoquen las elecciones estoy convencido de que habrá un voto útil de Vox al PP
Las elecciones de Madrid supusieron, aparte del acierto de Isabel, de la candidatura, del proyecto, de la importancia para el PP de Madrid, de la importancia para mí de una apuesta personal como Isa... eran las primeras elecciones que se daban en un horizonte de pospandemia casi. La gente se dio el gustazo de decir 'no me gusta lo que ha hecho usted con la gestión sanitaria, ni con la gestión económica, ni con la gestión de las libertades públicas, y además ya no le necesito a usted porque la vacuna me la pone mi comunidad autónoma'. Y eso es lo que cambia todo, con un nuevo ingrediente: cuando se aglutina el voto en un solo partido se puede ganar. Se dio en Galicia, con la mayoría absoluta inédita ya en Europa, se dio en Madrid y ya dan las encuestas en Andalucía, en Castilla y León e incluso en Valencia. Cuando el voto de Ciudadanos viene al PP va a tener un efecto demoscópico, pero estoy convencido de que con las elecciones ya convocadas también traccionará un voto útil de Vox de decir 'vamos en serio, vamos a sacar a esta gente del Gobierno y luego ya veremos qué plan de gobierno tiene el PP, que por cierto cuando ha gobernado me ha ido bastante bien'.
–¿Por qué cuando el PP está en esa fase de alternativa, incluso de cambio del que usted habla, de repente se enreda en un asunto como el de la Presidencia del PP de Madrid? ¿A qué tiene miedo la dirección nacional de que la presidenta Ayuso presente su candidatura a presidir el partido en Madrid?
–Absolutamente a nada. Nosotros hemos dicho que hay un calendario de congresos, también ha sido una cuestión que lleva su tiempo. Hemos estado haciendo 50 congresos provinciales durante un año, por cierto, con una unanimidad muy clara. Creo que de 50 congresos ha habido dos con dos listas y ahora vienen los congresos regionales, que se hacen los de las autonomías con varias provincias antes y luego las autonomías uniprovinciales después.
Por tanto lo único que hemos dicho es que se mantiene la fecha, que se presente quien quiera y mi única reflexión, que hago siempre, es que en Madrid hay dos personas con muchísimo apoyo que son los que yo creo que entre ellos pueden hablar y pueden plantear qué modelo de partido quieren, porque yo ya he dicho que no me voy a meter. Pero no por ser de Madrid, que lo conozco muy bien. Porque no me he metido en ninguna otra provincia ni en ninguna otra región. Ni en Palencia, ni en Ávila, que las conozco también muy bien. Y es lo que he dicho todo el tiempo, hay un plazo, que se presente quien quiera, que me lo digan a mí que vengo de primarias. Pero por supuesto que no entro a valorar quién se presenta; y, evidentemente, mi relación con la presidenta de Madrid y con el alcalde de Madrid es sobradamente conocido que es excelente.
–Dice que se mantiene la fecha pero no hay fecha, corríjame si me equivoco.
–La Junta lo que marca es un plazo de meses y es a partir de enero hasta verano.
–Vamos a hablar de las cosas de comer. Le pido sinceridad, ¿se puede arreglar el problema de la luz con el encarecimiento del gas y el precio de los derechos de emisiones o es engañar a los españoles decir que esto tiene arreglo? Porque hay problemas de desabastecimiento hasta en China. ¿Qué margen hay, francamente?
–El tema político es la coherencia. Sánchez pedía dimisiones cuando estaba en la oposición por un alza del 8 % de la luz. Ahora ha subido un 240 %, ¿y quién dimite? Pablo Iglesias pedía un minuto de silencio por los muertos por la pobreza energética cuando la luz subía un 10 %. Cuando sube un 300%, ¿quién dimite, quién pide un minuto de silencio? Es una incoherencia tremenda. Y, sobre todo, es la constatación de esta izquierda insensible e incapaz de gobernar.
Sobre la luz. ¿Hay posibilidad de que el precio baje de inmediato sin acabar con la seguridad jurídica, las inversiones internacionales y ese 'exprópiese' de que 'usted como empresa se lo puede permitir y le expropio sus ganancias'. Oiga, pasado mañana se las expropian a un medio de comunicación, que también gana dinero, o a la panadería de la esquina. Si es que eso no es la solución, eso es puro chavismo.
¿Hay otra solución? Sí. Hemos presentado una ley que además es muy parecida a la que Mario Draghi ha puesto en funcionamiento en Italia, que tiene tres puntos muy claros. Lo primero es sacar los costes no energéticos de la factura. Y ahí hay las primas a las renovables, el transporte de la electricidad a Ceuta y Melilla, la generación eléctrica en las islas Canarias y Baleares... que tienen que estar en los Presupuestos.
Segundo, reducción de impuestos, el de generación eléctrica suprimirlo pero además IVA superreducido, que es el que ya hay en algún país europeo, no solo reducido al 10 % más tiempo sino hasta el 4 %. Y tercero, utilizar el dinero que se recauda con los derechos de emisión, que pueden llegar a ser 3.000 millones de euros al año, para abaratar la factura de la luz. Por tanto eso es de un efecto inmediato y no hace que te cargues todas las previsiones de inversión, por ejemplo en renovables, de algunas de las compañías a las que le han metido la mano en el bolsillo en 5.000 millones de euros. Por cierto, sin que baje la luz.
El tema del gas hay que verlo en perspectiva. ¿Por qué hay tan pocas reservas de gas en el mundo? Porque la primavera asiática fue fría, y por tanto las grandes reservas de gas europeo, sobre todo Noruega, vendieron mucho. Y porque Estados Unidos está ahora haciendo un avituallamiento de sus propias reservas, de manera que el gas natural licuado no está llegando o está llegando a un precio más caro a las costas europeas.
A esto se suman cuestiones geoestratégicas. Rusia y que la construcción de Nord Stream 2, el gaseoducto, no va demasiado rápido. Argelia y su disputa con Marruecos. España tiene una conexión de gas directa con Argelia pero otra de Argelia a través de Marruecos. Y luego la previsión del tiempo. Lo que dicen los expertos es que si el invierno es moderadamente frío el gas se puede duplicar, pero si es muy frío se puede quintuplicar y por tanto puede haber desabastecimiento.
Eso hace que la inflación siga subiendo, sobre todo cuando sube también el petróleo, cuando suben las materias primas, y hace pensar sobre todo en la incompetencia del Gobierno a la hora de proponer soluciones al coste industrial y energético pero también a los fondos de recuperación. Porque si nos fijamos tienen dos proyectos muy abultados: coche eléctrico, 12.500 millones en plena crisis de semi conductores; y renovación de edificios para eficiencia energética, 7.000 millones cuando hay carestía de materiales y están por las nubes. Es un Gobierno que no tiene ni idea de lo que hay que hacer por España, que está enredado en el SMI, en la reforma de las pensiones, que hace una contrarreforma energética cuando pagamos 27.000 millones de euros de su déficit tarifario. No tienen ni idea y les da igual, porque lo que hacen es ir quemando en martes de Consejo de Ministros lo que pueden para sobrevivir una semana más.
O el PP llega al Gobierno y desfibrila España en los primeros meses o estaremos abocados a un rescate
Hace falta una política de luces largas. Gente que sepa de energía, de economía, de educación, de fiscalidad. Porque la situación de España es terrible y, o el PP llega al Gobierno y desfibrila España en los primeros meses, o al final estaremos abocados a un rescate. Pero un rescate no como el de ahora, global para los países. Un rescate específico para España cuando el resto de países salga adelante. Porque hoy hemos visto los datos macroeconómicos del INE: estamos creciendo al 1,1 % cuando ellos decían que era un 2,8 %. ¿Y cuánto estamos creciendo con respecto al resto de países? La mitad. ¿Y cómo está la inflación? Al 4 %, el impuesto de los pobres. Eso es insostenible, un déficit estructural de 5 puntos. El Gobierno nos está llevando a una crisis mucho mayor de la que ya teníamos.
–Por lo menos nos van a dejar trabajar hasta los 75 años.
–Todo es una broma. Nosotros teníamos unas reformas aprobadas la pasada legislatura, unas pensiones que lo que aprobamos es un factor de sostenibilidad, que es clave. En España prácticamente la pensión media está por encima del salario medio en muchas autonomías. Al final, ¿qué mensaje están trasladando?, ¿no será mejor que haya un factor de sostenibilidad de las pensiones y un índice de revalorización por el cual siempre ganen capacidad adquisitiva pero no se engaña a los pensionistas como hicieron Zapatero y Sánchez, que aprobaron la indexación al IPC y luego las congelaron? Hay una buena reforma laboral aprobada, hay una buena reforma de pensiones aprobada, hay una buena reforma energética, hay una buena reforma educativa, hay una buena reforma de unidad de mercado, hay una buena reforma de equilibrio presupuestario. ¿Por qué te las cargas, por qué lo único que Sánchez ha ofrecido en la economía y hacia Europa es el contrarreformismo cuando más se podía reformar?
Y por cierto, cuando las reformas nos las podían pagar (la UE), porque en la mochila austriaca que pedimos nosotros, que revolucionaría el mercado laboral en España sobre todo para jóvenes y mujeres, cuesta 10.000 millones de euros según el Banco de España. Es muy cara pero ahora te la pagan. El plan hidrológico que pedimos, sin trasvases, pero con la eficiencia de las cuencas excedentes y de las cuencas receptoras, cuesta muchísimo dinero pero lo pueden pagar porque es pura sostenibilidad. La eficiencia administrativa, el acabar con la burocracia, digitalizar todo, incluido educación, salud y entornos rurales te lo pagan. Entonces, ¿por qué nos dedicamos a hacer un Plan E absurdo que ya sabemos que el que hizo Zapatero creó con 16.000 millones solo 100.000 empleos, casi nada, y encima solo el 4 % se mantuvieron cuando acabó la obra? Vamos a modernizar España. Un nuevo contrato social para poner en marcha España después de estos tres años tan negros.
–Ahora que habla de la herencia de Zapatero. El señor Rajoy estuvo con usted en Santiago el lunes y allí le dijo que tendrá usted que levantar España otra vez. ¿Cree que se encontrará una España peor de la que se encontró él?
–Sí, porque a la crisis económica vamos a unir una crisis territorial, no solo con Cataluña sino también con el nacionalismo en Baleares, en Valencia y el anexionismo vasco hacia Navarra. Vamos a encontrar una crisis social terrible con ese crash generacional, jóvenes sin expectativa, sin futuro, el 60 % de los jóvenes en España no se puede emancipar cuando quiere, el 80 % de mujeres en España dice que le hubiera gustado tener más hijos o tener más hijos antes y el 40% de jóvenes está en el paro. Eso va a acabar mal si no se resuelve.
Además de la económica nos vamos a encontrar una triple crisis muy grave: territorial, social e institucional
Y además hay una crisis institucional de primer orden. Desde el Gobierno se ataca la Monarquía, se pone una comisaria política de fiscal general del Estado, se nombran a dedo a los vocales de la CNMC, de la CNMV, los miembros del Consejo de Estado, de la Comisión Nacional de la Seguridad Nacional. Eso no se había hecho nunca. Y lo más importante, desde el Gobierno se intenta acabar con la independencia judicial, intentando acabar con la separación de poderes, como ha dicho el ministro de la Presidencia. Y por ahí no vamos a pasar, porque nosotros queremos una Justicia independiente, una Justicia que pueda decidir si el estado de alarma se ha hecho mal por mucho que no le guste al Gobierno o que pueda decir que no se puede indultar a golpistas por mucho que no le guste al Gobierno. Y si acabamos con el poder judicial cuando el poder parlamentario, el legislativo, está prácticamente cerrado y ni contestan o ni vienen a las sesiones de control, y el poder ejecutivo está en manos de unos radicales, ¿qué queda del Estado de Derecho? Vuelvo al nuevo contrato social, necesitamos dejar muy claro que los políticos tienen que sacar sus manos de los reguladores, del poder judicial y de las instituciones que tienen que prevalecer a las propias legislaturas parlamentarias.
Eso es con lo que nos vamos a encontrar, una triple crisis muy grave que va a requerir de tres estrategias nacionales, que son las que proponemos en esta Convención. Tres grandes estrategias con mucha legislación dentro, con medidas concretas, que no vamos a esperar a las elecciones para plantearlas en el programa electoral sino que queremos que sean una guía, una esperanza de futuro para España. Que desde hoy la gente sepa que hay una alternativa enfrente que sabe hacer las cosas para salvar a España de esto.
–Ante eso, ¿está preparado el PP para el ya, para el ahora, está trabajando en un gobierno en la sombra? Porque se echa en falta un mascarón de proa económico, una voz con esa autoridad en el PP.
–No estoy de acuerdo. Elvira Rodríguez, que es la secretaria de Economía del partido, lo fue en el 2010. No lo fue Luis de Guindos, que estaba en la empresa privada y luego fue ministro. En 1995 Rodrigo Rato no era secretario de Economía, era Cristóbal Montoro. En la oposición esto de los shadow cabinets no quiere decir que se dediquen a eso. ¿El PP cuenta con personas para hacer gobierno? Para hacer 20 gobiernos, por cierto, con la mitad de ministerios que hay ahora. En esta convención, si se revisa cada mesa te salen ministros de todo, porque también habrá que ir a la sociedad civil. ¿O es que no hay gente que sepa de educación, de industria o de sanidad fuera del partido? Pero es que dentro del partido tenemos a gente con mucha experiencia. Solo en los grupos parlamentarios del Congreso y Senado tenemos ocho ex ministros, siete ex secretarios de Estados, ocho ex presidentes de Diputación, siete ex presidentes de comunidad autónoma. Por tanto sabemos gestionar.
En la parte económica no solo está Elvira Rodríguez, está Mario Garcés de portavoz económico, que ha sido secretario de Estado tres veces, está José Manuel Barreiro, que ha sido conselleiro del área, está García Margallo, como responsable económico en Bruselas. Está Daniel Lacalle como secretario del partido, que es uno de los mejores macroeconomistas que hay, también en la esfera divulgativa y mediática. Y hay gente fuera que no puede dar la cara porque está en su empresa o en su despacho, pero que en la Convención está haciendo los papeles y que alguno de ellos ha dado la cara. Claro que tenemos un equipo y mucho mejor que el que hay, y lo hará mucho mejor.