Ministerio de Consumo
Garzón gasta 100.000 € en una campaña para evitar «estereotipos de género» en la compra de juguetes
El importe destinado no incluye el coste que tendrá la emisión de dicha campaña en medios de comunicación y otras plataformas
El ministerio de Consumo, liderado por Alberto Garzón, prepara ya la campaña de Navidad. Para ello ha publicado una licitación en la que gastarán 100.000 euros para contratar el diseño y producción de una campaña sobre «estereotipos de género en la publicidad de los juguetes».
A menos de tres meses de la llegada de las fiestas navideñas, el ministerio se ha puesto manos a la obra para que empresas y padres tengan en cuenta la perspectiva de género a la hora de comprar y vender los juguetes. Los objetivos concretos de la campaña que se pretende realizar son los siguientes: sensibilizar a la ciudadanía española sobre la «presencia de estereotipos de género en la publicidad», concienciar a los padres de la importancia que se debe otorgar a estos asuntos a la hora de elegir un juguete para sus hijos y que las empresas que los comercializan no empleen imágenes estereotipadas en su publicidad.
El gasto sufragará un vídeo de una duración máxima de cinco minutos que debe incluir la subtitulación en español, lengua de signos y el resto de lenguas cooficiales de España. La empresa adjudicataria deberá entregar el trabajo en un máximo de 45 días desde la formalización del contrato.
En el pliego, publicado en el portal de contratación del Estado, el ministerio afirma que «los mensajes comerciales sobre juegos y juguetes están plagados de estereotipos sexistas». Además, asegura que la simple exposición de los menores a estos anuncios «afecta a cómo visualizan y proyectan el mundo adulto» y a su concepto de los «prejuicios sexistas». Consumo se queja especialmente de aquella publicidad que «hipersexualiza» a las niñas. Entre las teorías que han llevado al ministerio a sacar adelante esta licitación está la de que los anuncios «reproducen y legitiman modelos válidos de conducta que los niños asumen como imperativos para la aceptación social»: «Entre los modelos de conducta que reproduce la publicidad de juguetes destaca el reparto tradicional de roles entre el ámbito privado, la familia, los cuidados, la belleza, la pasividad para las niñas y el ámbito público, científico, de aventuras, de acción y de protagonismo para los niños», puede leerse en el documento.
Según el ministerio, la forma en la que las empresas deciden confeccionar su publicidad «restringe la posibilidad del desarrollo infantil». En resumen, el equipo de Garzón sostiene que los padres y los fabricantes tienen que evitar que las niñas aparezcan jugando a las muñecas y los niños con coches.
De hecho, el pliego no oculta que la intención de esta campaña pasa también por influir directamente sobre la decisión de los progenitores y así «evitar la compra influida por estereotipos sexistas».
El rosa oprime
Estas teorías han sido difundidas anteriormente por el Gobierno. Concretamente por el ministerio de Igualdad de Irene Montero, que publicó el pasado año un informe titulado «Publicidad y campañas navideñas de juguetes: ¿promoción o ruptura de estereotipos de género?».
El Instituto de las mujeres publicó un estudio en el que se aseguraba que existía un «abuso» del color rosa en las campañas publicitarias dirigidas a niñas. Esto, según sostenía el escrito, supone una «opresión del color rosa sobre las niñas».
El ministerio de Consumo ha incluido este informe en su pliego haciendo mención a que una de las conclusiones recogidas fue que «el 38,5 % de anuncios de juguetes muestran a las niñas arquetipos femeninos de belleza o de cuidadora y madre/esposa, el 34 % de los anuncios relacionados con profesiones y dirigidos a niñas se asocian con el sector de peluquería y estética; de los dirigidos a niños, el 50 % lo hace con la actividad de piloto, policía o militar/policía y que el 11 % de los anuncios de juguetes sexualiza a las niñas».