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Pedro Sánchez y Yolanda Díaz en los jardines de La Moncloa.

Pedro Sánchez y Yolanda Díaz en los jardines de La Moncloa.Borja Puig

Las cuentas del Gobierno para los Presupuestos

Sánchez busca un frente radical de 190 diputados entre izquierdas e independentistas

Con la 'vía Ciudadanos' enterrada desde el año pasado, el Ejecutivo confía en sumar a los Presupuestos Generales con mayor gasto público a todo lo que hay a su izquierda salvo a la CUP 

No hay otra suma posible. En realidad, Pedro Sánchez nunca la quiso. El Gobierno de coalición se dispone a sedimentar el bloque de izquierdas en el que se asienta la legislatura con la aprobación de los Presupuestos Generales de 2022, que serán los penúltimos o tal vez los últimos. El presidente aspira a sumar 190 síes entre los 350 escaños del Congreso, uno más que el año pasado.

Desde la mesa del Consejo de Ministros, la titular de Hacienda dio prioridad en las negociaciones a los partidos que apoyaron la investidura de Sánchez en enero de 2020 y citó a ERC, PNV, Más País, Compromís y el PRC de Miguel Ángel Revilla, aunque serán más.

María Jesús Montero explicó que el Ejecutivo está hablando ya con todos los que han mostrado «interés». Entre los excluidos estaban el año pasado y vuelven a estarlo ahora el PP y Vox. A ellos se ha unido este año Ciudadanos.

Sánchez ha excluido a Cs de la ecuación presupuestaria

Tras el fracaso de las conversaciones que desde el verano de 2020 Sánchez mantuvo con Inés Arrimadas en contra de la voluntad de Pablo Iglesias, el presidente escribió un epitafio para el resto de la legislatura que bien podría ser éste: Aquí yace la vía Ciudadanos.

Ni Sánchez quiere ni Arrimadas se deja esta vez. En Cs quedaron escarmentados hace un año. Son incompatibles con ERC y con Bildu, eso lo tienen claro. «No somos un partido de usar y tirar», advertía hace unos días el vicesecretario de comunicación de los naranjas, Daniel Pérez, en alusión a la piedra en la que ya tropezaron.

En el Gobierno son optimistas. Creen que para cualquier partido de izquierdas que se precie de tal será difícil no respaldar unas cuentas públicas con récord de gasto público -196.142 millones de euros- y aumentos sustanciosos las partidas para jóvenes, el ingreso mínimo vital, las pensiones no contributivas y el bono social térmico, entre otras.   

Los Presupuestos de 2021 recibieron un amplio apoyo en el Congreso de 189 diputados (la mayoría absoluta está en 176) de Esquerra, el PNV, Bildu, el PDeCAT (cuatro diputados escindidos de Junts per Catalunya), Más País-Equo, Compromís, Teruel Existe, Nueva Canarias y el Partido Regionalista de Cantabria. 

Los únicos votos que le faltaron a Sánchez para hacer pleno de partidos de izquierdas, nacionalistas e independentistas fueron la CUP y el BNG. De la CUP el Gobierno no espera nada ni obtendrá nada. Del BNG puede que sí. El miércoles el ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños, se reunió en el Congreso con el único diputado del BNG, Néstor Rego, que pidió más inversiones para su tierra. La predisposición es buena.

Las negociaciones discurren por varias carreteras. Una es la de la ministra de Hacienda. Otra la de Bolaños, que mantiene abierta una ronda de contactos con los portavoces parlamentarios. Pedro Sánchez también por su lado, Yolanda Díaz por el suyo. Y en la melé de conversaciones, hasta los Comunes.

Las ministras Montero y Rodríguez.

Las ministras Montero y Rodríguez.Borja Puig de la Bellacasa

En Hacienda creen que una vez logren el apoyo de Esquerra y el PNV ello provocará un efecto arrastre sobre otras formaciones. La ministra afirma que vascos y catalanes son correosos pero que en sus conversaciones con ella ambos se han ceñido a reivindicaciones presupuestarias, como la culminación de las obras del TAV (el tren de alta velocidad) en el caso vasco. 

Tal vez con Montero no, pero en otras ventanillas los interlocutores de ERC y el grupo vasco sí han planteado otras reivindicaciones. Algunas totalmente extemporáneas.

La comisaría de Vía Laietana

Esquerra está empeñada en que el Ministerio del Interior desaloje a la Policía Nacional de la comisaría de la Vía Laietana, en Barcelona, y convierta el inmueble en un lugar de memoria. Tanto Fernando Grande-Marlaska como Bolaños han asumido que allí se cometieron «torturas y tropelías» en la dictadura, pero se han negado a vaciarlo.

«No veo que esté relacionado con la ley de Presupuestos», señaló el ministro de la Presidencia el miércoles con una ingenuidad impostada. Porque él, negociador habitual de Sánchez en todo tipo de menesteres –mucho antes de ser ministro– sabe mejor que nadie que esto no va solo de Presupuestos. 

El primer examen: las enmiendas a la totalidad

Una vez que la semana próxima la ministra de Hacienda y su equipo entreguen el libro amarillo de los Presupuestos Generales a la presidenta del Congreso empecerá su recorrido parlamentario. 

​En las fechas siguientes, los altos cargos que los grupos parlamentarios soliciten comparecerán en las distintas comisiones para explicar las cuentas de sus respectivos departamentos. 

​Después, previsiblemente en la última semana de octubre, se producirá el primer examen en el Pleno: la votación de las enmiendas a la totalidad.  
​Los partidos que enmiendan la totalidad de los Presupuestos ya hacen una declaración de intenciones. No quiere decir que después el Gobierno no pueda recuperarlos para la causa, pero es difícil.

​El año pasado presentaron el PP, Vox, Coalición Canaria, Foro Asturias, Junts per Catalunya, el BNG y la CUP. Siete en total. Todos acabarían votando en contra de las cuentas públicas. Este año habrá que estar atentos al primer movimiento del BNG en ese sentido.
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